#2 'Viejas Cotorras.'

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2.

POV Diana.

- ¡Nos vemos mañana! - le dije a mi rubia amiga, dándole un beso en la mejilla.

- ¡Qué no se te olvide! - me gritó cuando ya me había alejado, le respondí levantando el pulgar en señal de que no lo haría.

La verdad no entiendo cómo a Alicia , mi amiga le gustaban los chicos esos, y menos entendía porque YO tenía un poster en mi casa. Se lo habría comprado a Naya con alguna revista..

Le preguntaré a Naya si lo quiere. Si tengo suerte Ali mañana tendrá su queridísimo póster.

Por fiiiiiiiin (vale a lo mejor exagero un pocito) llego a mi casa, subo los escalones del porche, introduzco la llave en la cerradura..

《 No qué va, metes la llave por la ventana, inteligencia. 》

No te metas conmigo, eh.. espera. ¿Quién eres tú?

《 ¿Quién va a ser? Tu conciencia, idiota.

¿Y tienes nombre o algo? Es que llamarte 'conciencia' suena.. no sé.. redundante.

Sí, me llamo Amelia, pero puedes llamarme Ali. 

Ah vale. ( .-. )

Total, que entre a casa y me dirigí a la cocina.

Allí se encontraban como siempre, peleando. Pero hoy había algo diferente , esta vez él se encontraba sobre ella ... golpeándola. Mis manos se dirigieron a mi boca sin creer lo que estaba viendo, sin hacer ningún ruido cogí el jarrón que se encontraba sobre la mesa, y me dirigí a las espladas de mi padre. Mi madre centró su mirada en mí, y abrió los ojos con asombro, imagino que deduciendo lo que iba a ocurrir a continuación. Estrellé el jarrón sobre la cabeza de mi padre, haciéndolo añicos.

Desprevenido, perdió el equilibrio por segundo sujetandose la cabeza con las manos, mientras de ella empezaba brotar sangre. Aprovechando su confusión, lo empujé hacia el salón y abrí la puerta sin soltarle. Allí con la puerta ya abierta le empujé una vez mnás y cuando ya estuvo fuera cerré la puerta.

Una vez que él estaba fuera volví a la cocina, me aseguré de haberle echado la llave a la puerta de la entrada para que no pueda entrar y me encontré a mi madre echa un ovillo en el suelo de esta. Me fijé en que tenía una ceja y el labio partido, a parte de varios moratones por… por todas partes.

- Siéntate aquí mamá - le dije levántandola del suelo y poniéndola en una silla de la cocina. - Ahora vuelvo a curarte eso, ¿vale?

Ella asintió, con la mirada perdida. Suspiré, y me encaminé hacia el baño, saqué el botiquín y volví a la cocina.

- A ver, dolerá un poco - le dije, ella suspiro, me lo tome como un 'Vale, hazlo ya', saqué el algodón y lo empapé con agua oxigenada, empecé delineando la ceja. Una vez acabé con ella,  le limpié el labio. Ella no resoplaba, ni se movía. - Bueno, eso ya está. - dije esperando una respuesta de su parte.

Resoplé y fui a la cubitera que había en el congelador y posé un cubito de hielo en la comisura de su ojo, ya que era el moretón que más peligro tenía.

- ¿Qué ha pasado esta vez, mamá?

Nada, silencio. Me giré y vi la hora que mostraba el reloj de la cocina, 16:40. Debía ir a recoger a Naya, era obvio que mi madre no lo iba a hacer.

- Mamá voy a por Naya, ¿Vale? Cuando venga hablamos.

Salí de casa con las llaves y el móvil. Fui caminando hasta la escuela de Naya, que tampoco pillaba muy lejos. Al llegar eran las 16:55, y ella sale a las 17:00 así que me quedo con el móvil hasta que suena el timbre. Me giro hacia la puerta y la veo salir, parece una tortuga con la mochila que me lleva, es que es más grande la mochila que ella, ja.

- ¡Tata! - me llamo en cuanto me vió, fui hacia ella ante la mirada atenta de todas las madres allí presentes. La cogí en brazos y le di un beso en la mejilla. Íbamos irnos cuando me llama una mujer.

 -¡Disculpa, chica! - me giro y veo a una mujer llamándome. Esta es morena, con el pelo negro liso hasta las caderas y una mirada azul que inspira calidez.

-¿Si? - le pregunté todavía con la pequeña en los brazos.

-¿Por qué se lleva a Nayara? - con esto último, todas, y cuando digo todas es TODAS las madres se giran hacia mí.

¿En serio se pensaban que la quería secuestrar o algo?

-¿Usted es..? - le pregunté. La verdad es la primera vez que vengo a por ella, no sabía quienes eran sus profesores, o a lo mejor era la madre de un amiguito suyo, no sé.

- Soy la profesora de Nayara, ¿y tú? - dijo frunciendo su ceño, intentando relacionarme con alguien conocido.

- Ella es mi tata, seño - le dijo Naya a la señora.

- ¿Tata? - preguntó la señora, más confundida que antes.

-Soy Diana , su hermana. No sé por qué, pero de siempre me dice 'tata'. - dije con una sonrisa. - Siempre he tenido la sospecha de que lo oyó en alguna parte y se le pegó o algo, pero hasta el momento, no tengo ni idea de donde lo ha sacado.

-¿Y vuestra madre? Digo, cómo siempre viene ella.

- Se encontraba indispuesta y venido yo hoy a recoger a la princesa de la casa. - dije guiñándole un ojo a mi niña.

- Entonces, ¿Vendrás tú a partir de ahora por ella?

Recorsé la cara de mi madre al salir de casa, toda magullada, sangrienta, se encontraba tan confusa, indefensa..

- Sí , a partir de ahora vendré yo a por ella.

Alive. || 1D y Tú || [cancelada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora