Jeanmarco Month; 2018

Day2

actor!Jean and sex-shop assistant!Marco are strangers meeting for the first time. Marco is is buying a lot of fireworks in a yoga class.

Jean, un no tan famoso actor, acababa de terminar su clase de yoga. Podría decirse que era como cualquier día normal, excepto porque no lo era.

—¡Oh! ¿Yoga? —un pecoso confundido hablaba con la secretaria— ¡Perdón! Según las direcciones que me dieron, pensaba que era aquí dónde se vendían fuegos artificiales...

Recordó que había estado pensando en comprar unos para la acampada que iba a montar con unos amigos. No sería ninguna fiesta especial ni nada, pero nunca había usado petardos y ahora tenía una excusa para comprarlos.

Cuando vió al chico de pecas despedirse con una sonrisa, Jean salió corriendo tras de él. Al salir el edificio, supo diferenciarlo por su espalda, aunque lo acababa de ver por primera vez en su vida.

—¡Hey! —le ofreció la mano, intentando parecer formal— Soy Jean, te escuché preguntando sobre unos fuegos artificiales.

Al escuchar sobre los fuegos, su cara comenzó a pintarse, tal vez por la vergüenza. A Jean nunca le había aparecido tan lindo un sonrojo en un chico.

—Marco, y sí, estoy un tanto perdido buscando esa tienda...

Oh, mierda. Cuando desviaba la mirada por su timidez también era muy lindo.

—Bueno, no estoy totalmente seguro, pues nunca he ido, pero creo que queda en la calle de al lado —le expliqué, manteniendo contacto visual—. ¿Vamos?

Él asintió con una sonrisa.

El trayecto no era muy largo, pero tal vez se sintió lo contrario por la escasez de un tema de conversación.

—Perdona —interrumpió el silencio Marco, provocándole una inmediata sonrisa a Jean—, ¿no serás tú uno de los actores de la película de este libro...?

Le mostró el libro que tenía en sus manos. Se trataba de uno de los libros favoritos de ambos, pero en ese momento ellos no lo sabían.
Jean señaló su cara, sorprendido por ser reconocido. Marco asintió, como si de alguna manera se pudiesen comunicar así.

Cuando Jean asintió, el pecoso pareció más confiado y feliz, exclamando sus partes favoritas.
El diálogo entre ambos se hizo tan animado que se pararon a hablar, olvidándose sobre los petardos.

Al encender el móvil para enseñarle su fondo de pantalla, Marco dio un salto al ver la hora.

—¡En diez minutos empiezo el turno nocturno!

A Jean no le apetecía acabar con aquella conversación, pues habían acabado sabiendo mucho el uno del otro, y por alguna razón quería mantenerse cerca de Marco.
No lo entendía, pero lo quería.

—Bueno... —Marco estaba rebuscando algo en su maleta— Toma. ¡Ahora tengo que irme!

Se fue corriendo y se despidieron a distancia, moviendo la manos que en un momento entrelazaron mientras hablaban.
Jean bajó la mirada para leer la tarjeta.

—¿Me está invitando discretamente a comprarle un dildo...? —murmuró en voz baja para sí mismo— Wow, eso supera lo lindo.

Ya compraría fuegos artificiales otro día.