06.- RECUERDA QUE ESTOY MUERTO

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John Seo frunció el ceño y sintió que su garganta se cerraba cuando encontró a su amigo en la biblioteca, TaeYong sonreía abiertamente y asentía cada tanto, intercambiando palabras con su acompañante y blanqueando los ojos con diversión de vez en cuando.

No había rastros de Kun por ninguna parte, por lo que dudó en acercarse, el chino era el único que podía distraerlo lo suficiente como para no acabar despotricando contra TaeYong por ser un imbécil confiado con Chittaphon, incluso después de lo que el tailandés había hecho.

TaeYong fue el primero en darse cuenta de su presencia y lo saludó extendiendo un brazo en el aire y sacudiendo la mano, llamando también la atención del tailandés, que giró un poco la cabeza y sonrió incómodo.

Solo esperó un par de minutos, mientras ellos se despedían y Ten se iba sin siquiera dirigirle una mirada, para acercarse a su amigo y regañarlo con en silencio.

—No importa lo mucho que me lo repitas —TaeYong le indicó una silla a su lado y volvió a centrarse en sus apuntes—, no voy a dejar de ser amigo de Ten.

Quiso bufar, pero solo negó con la cabeza. Lee TaeYong era el mejor amigo que había podido conseguir en suelo coreano, lo ayudó con el idioma y lo defendió cuando otros se burlaron de su pronunciación. Le enseño a cocinar y cuidó de él cuando estuvo enfermo. Con el tiempo, John comprendió que TaeYong era de ese muy insólito tipo de persona que se preocupa más por los demás que por sí mismo, que es cuidadoso y amable con todo el mundo. Creyó que eso estaría bien para él, porque lo atesoraba de esa manera y estaba agradecido de poder contar con alguien así en su vida, pero también era el blanco perfecto para quienes no comprendían su naturaleza bondadosa y acababan haciéndole daño.

TaeYong ya había tenido su cuota de personas que se aprovecharon de él, Chittaphon entre ellas, pero no había forma de hacerle entender eso.

—No entiendo, solo es eso —se encogió de hombros y revisó su cuaderno, buscando sus últimos apuntes. Una de las muchas cosas que aprendió a hacer para no aprovecharse de la bondad de TaeYong fue a tomar sus propios apuntes y no depender de él, como en un principio, por lo que su cuaderno estaba lleno de esquemas inentendibles con caracteres ilegibles.

—Le das demasiada importancia a algunas cosas insignificantes.

No podía comprender como una infidelidad podía ser algo insignificante, pero ahí estaba Lee TaeYong siendo todo lo magnánimo que John no podía ser, incluso si era hipócrita de su parte.

—Lo que...

—¿No crees que hemos tenido esta conversación demasiadas veces? —por primera vez desde que lo saludó, TaeYong buscó su mirada y John solo encontró ternura en ella—. Debes dejar el pasado atrás, John Seo, aprender a perdonar y perdonarte, verás que haces del mundo un lugar mejor.

—Eres demasiado bueno para tu propio bien.

No puedo evitar respingarse cuando escuchó la voz de Kun a su espalda, las palabras de TaeYong habían sacudido esa parte casi olvidada de su consciencia, que aún le recriminaba todos esos pecados que había cometido y aún no tenía el valor para confesar.

—¿Vieron las noticias? —se perdió el momento en que sus amigos se saludaron, pero devolvió su atención a ellos cuando Kun negó con la cabeza y TaeYong bufó—. En serio, a veces parece que vives en una cueva.

—¿Qué noticias? —preguntó para involucrarse en la conversación y dejar de rumiar.

—Sobre la compañía Choi.

—¡Oh! Yo escuché sobre eso —comentó Kun con una sonrisa enigmática deformando su boca—. Quebró.

—¿Por qué parece que lo estás disfrutando demasiado?

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora