Capítulo 3: Rechazo

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Narradora:

El pelimorado entró a su casa, luego de haber pasado todo el día junto al peliturquesa. Su ceño estaba más que fruncido, y su disgusto podía notarse a kilómetros...

-Hey, hermano... ¿Cómo te fue?, ¿Y Bon?- Preguntó Milly, apenas vio al chico.

El pelimorado trató de disimular su enojo...

-Me fue bien... Bon ya está en su casa, y sí... ¡Antes de que me lo preguntes, en cuanto llegué, le entregué las galletas!- Su voz resonó con cierto fastidio.

¡Cosa que la mayor, notó!...

-Eh... ¿Estás bien?- Preguntó, alzando una ceja.

El más bajo asintió con la cabeza...

-Sí, hermana... ¡No es nada!- Desvió la mirada.

La peliazul lo observó, con cautela...

-¿Seguro?, ¡Porqué ese ''Nada'' me suena a ''Algo''!... ¿Te peleaste con Bon?- Volvió a preguntar.

El pelimorado negó con la cabeza...

-No, no es eso... ¡No quiero hablar, sólo tengo hambre!- Replicó.

Aquella frase causó que la chica se riera...

-¡OK... Pues, ven a comer!- Le señaló un lugar en la mesa, mientras ella procedía a servirle la cena.

El pelimorado suspiró de mala gana, y se sentó en el lugar que su hermana le había indicado. La mayor, a veces, no entendía la actitud de su hermano menor: ¡Un momento, estaba bien, y de repente, podía estar queriendo matar a todo el mundo!... ¡Incluso, a veces se planteaba si su hermano era bipolar!...

Ambos cenaron, y aunque la peliazul trató de sacarle algún tema de conversación estable, no lo consiguió, ya que el otro se negaba a hablar...

-¡Milly, ya tengo sueño!- Replicó, molesto.

La chica suspiró, rendida...

-¡OK, señor gruñón... Buenas noches!...- Dijo, al fin.

El más bajo la observó durante algunos segundos...

-¡Lo siento, hermana!...- Se disculpó, en un tono de voz más suave- ¡Perdona mi mal humor, incluso, hasta con Bon me he desquitado!...- Se lamentó, desviando la mirada.

Su hermana le miró, con una ceja alzada...

-¿Pero, porqué estás así?- Preguntó, intrigada.

El pelimorado miró hacia arriba, con un gesto cansado...

-¡Nada en especial!... ¡Ya sabes cómo soy!- Trató de enfatizar, para que no siguiera haciendo preguntas que no le apetecía contestar.

La peliazul lo observó, algo dudosa, pero aún así, no siguió preguntando, pues sabía que su hermano no le diría nada que él no quisiera...

-¡Sí, lo sé!...- Respondió, virando los ojos, y con una expresión seria.

El oji-rubí torció la boca, tratando de simular una sonrisa nerviosa... La mayor negó con la cabeza, sabiendo que su hermano estaba fingiendo...

-¡Tú nunca cambias!, ¡Eres imposible!- Le regañó.

El más bajo asintió con la cabeza, sin contestar nada...

''¡Lo que dices es algo más que obvio!'' Pensó, hundiéndose entre algunos recuerdos...

-¿No qué ya te ibas a dormir?- Lo interrumpió, su hermana.

¡Homofóbico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora