Capítulo Seis

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     Angeline es muy habladora, incluso demasiado para mi pero parece que a nadie más parece importarle. Todos estamos charlando en la cocina a la espera de que la segunda pizza esté lista para salir del horno y no tardo mucho en darme cuenta que a Angeline le gusta presumir de Noah y de sus logros como si fueran suyos, haciendo una lista de las series y películas en las que ha participado o participará.
     —Espera, ¿Sierra Burgess? —Pregunto cuando oigo un nombre familiar, que me hace volver a la conversación de la que había desconectado hace rato mientras Noah y yo nos dedicábamos a chutar una pelota pequeña de perro disimuladamente.
     —Sí, ¿por qué? —Me pregunta Noah después de volver de buscar la pelota que yo había chutado con mi "perfecta" puntería.
     —La audición a la que he ido hoy era de esa película.
     —Es cierto, ¿qué tal te ha ido? —Cam abre la boca por primera vez en toda la noche después de saludarme. Todos parecen felices de dejarle la atención a Angeline y ella la que más, pero lo comprendo, tiene algo que te hace quererla al instante.
     —Bien, o eso creo. Tampoco es un papel muy importante.
     —Esta mañana decías que lo habías bordado. —Suelta Noah guiñándome el ojo y me arrepiento de ser tan bocazas, ahora se reiría mucho de mí si no me daban el papel— ¿Para quién has audicionado?
     —Para una amiga de Verónica, ¿y tú?
     —Me han dado el papel de Jamey. —Suelta con una sonrisa victoriosa.
     —Wow —Digo irónicamente mientras por dentro me muero de envidia y él se ríe.

     —No te preocupes, seguro que lo consigues. —Noah me sonríe con dulzura a la vez que Angeline grita que las pizzas ya están listas, que todo el mundo debe sentarse en la mesa, movimiento que parece planificado por ella porque cuando Noah y Cam se iban a sentar juntos casi tiró a Noah de la silla para dejarme a mí el sitio.

     Al momento de dar el primer bocado de la pizza comprendo del todo lo que Noah me había dicho. La masa está cruda y era tan gorda que es casi lo único que tiene sabor, así que más que pizza es una bola de harina que engorda mucho. Mientras comemos, Angeline explica orgullosa cómo lo ha preparado con la receta que su madre les hacía de pequeños y casi siento lástima por ella si es verdad que ha pasado toda su infancia alimentándose de esto.

     Cuando acabamos de cenar las chicas proponen ver una película de miedo que hace gracia de lo mala que es. A ellas les parece divertido reírse pero a mi me pone muy nerviosa lo mal que han podido llegar a hacerla, así que cuando Noah dice que va a ensayar sus frases para mañana, le propongo ayudarle y le acompaño al piso de arriba.
     —Casi no sé nada sobre ti, eres española ¿no? —Se sienta en el sofá de una sala que parece una sala de estar en versión pequeña. —Cómo has llegado hasta aquí.
     —Vengo de Barcelona, tan solo surgió la oportunidad y lo dejé todo para venir hasta aquí aunque me hubiera gustado poder tener papeles con más protagonismo sin tener que dejar a mi familia. En dos días comenzaré a grabar un papel secundario pero es increíble imaginar que me podré ver en los cines aunque sea por dos minutos.

     —Lo siento... Yo tuve suerte con eso, también me tuve que mudar pero mi familia me pudo acompañar. Estoy seguro de que si no hubiera tenido a mi hermana apoyándome lo hubiera dejado mucho antes. —Está muy centrado en sus recuerdos y yo aprovecho para observarle sin temor a que se dé cuenta, parece tan ausente— Tú eres más fuerte haciendo todo esto sola. ¿Tienes hermanos?
     —Sí, una hermana mayor y un hermano pequeño. —Sonrío al recordarles— Hablamos todos los días, deben de acabar de despertarse ahora mismo.
     —Si quieres te dejo hablar con ellos.  —Dice con un gesto preocupado.
     —No, no te preocupes, vamos a practicar esas frases.

     La escena que practicamos es la escena final de la película, A todos los chicos de los que me enamoré, parece muy bonita y quizás debería leerme el libro pero ahora que ya sé el final no sé si me enganchará tanto.
     —Porque... Porque estoy enamorado de ti, Lara Jean. —Me mira a los ojos mientras lo dice, como si le doliera admitirlo— Solo de ti.
     —¿Tú qué? —Digo un poco confusa, a lo que él se ríe y se acerca un poco— Para. Cómo hacemos esto.
     —¿Hacer qué? —Se puede notar que tiene un poco de miedo.
     —Qué pones en un contrato de una relación de verdad. —Yo también intento transmitir un poco de miedo a la vez que él se relaja al escuchar esas palabras.
     —Nada, —Dice mientras suelta una risa nerviosa— solo debes confiar. —Se me queda mirando un rato antes de decir su última frase— ¿Me romperás el corazón? —Entonces se acerca para besarme y yo le cojo del hombro a la espera pero se para a unos milímetros y uso ese contacto que tenemos como excusa para alejarlo, como si hubiera estado ahí todo el rato con esa intención y realmente no hubiera querido besarle en ningún momento. —Creo que debería llevarte a casa, ya es tarde.
     —Sí, claro. Gracias.










Intentaré ser todo lo fiel que pueda a las fechas reales. En estos capítulos estamos aproximadamente por finales del verano de 2017.

Quiero daros las gracias por votar en la historia y comentar, eso me anima mucho a ponerme a escribir porque nunca había conseguido tantos en otras historias, supongo que es la magia de Noah :)  Creo que a partir de ahora subiré capítulo los fines de semana pero como prometí, aquí tenéis un capítulo un poco corto para compensar el anterior.

Irreal | Noah CentineoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora