Lemmon: Haru

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Sonrió ampliamente y se tiro a la piscina, dejando salir un grito de júbilo, sin importarle lo que sus nuevos vecinos pudieran pensar.

La nueva casa era hermosa, grande y espaciosa, pero más importante, tenía una gran pileta en el patio. Sabia antes de siquiera pisar el lugar que sería el hogar por el que Haru votaría, ella lo había elegido por eso, tenía las comodidades que ella prefería y una pileta, lo mejor de dos mundos.

Las cosas iban de bien a mejor, habían dejado el pequeño departamento que compartian y después de la boda habían decidido mudarse a un lugar con más espacio para formar una familia, pero habían decidido tener un año o dos a solas antes de intentar tener hijos.

Así que ahora todo era juegos y diversión.

Apenas volvió a sacar la cabeza del agua escucho un gran chapuzón y luego vio la mitad del rostro de Haru sobresaliendo desde la otra punta de la pileta. Sus ojos azules brillaban con felicidad y se movía lentamente por la parte profunda de la piscina.

Podía imaginarse a si mismo en unos años enseñándole a nadar a dos o tres niños en esa pileta, podía imaginarse volviendo a casa para abrazar a su familia luego de un largo entrenamiento, podía imaginarse envejeciendo al lado de la mujer que ama, viendo a sus futuros hijos encontrar la felicidad de la misma forma en la que él lo había logrado finalmente.

(T/n) era la fuente de su felicidad.

-Deberíamos desempacar un poco antes de ir a dormir. - Dijo la (cdp) cuando vio a su ahora esposo acercarse a ella en la piscina.

-¿Entonces para que entraste al agua? - Murmuró con simpleza.

-Quizás se me pego tu obsesion por el agua.- río y el silencio de Haru con una media sonrisa fue toda la respuesta que obtuvo.

-Es muy tarde para desempacar, y estamos mojados.

- Yo no pienso ponerme a secar el piso en el primer día de la casa. -Aclaró, pues nunca fue una fanática de la limpieza.

- Tal vez deberíamos estrenar la piscina. -Susurro el pelo negro en su oído.

-¿A qué te ref-? ¡Haru! - sus quejas fueron interrumpidas por la mordida que el mencionado dejo en su hombro.

El no dio lugar a dudas mientras la empujó contra el borde de la piscina, apricionandola con sus fuertes brazos. La (cdo) tiro la cabeza para atrás para darle más acceso al espacio entre su cuello y mandíbula de manera casi involuntaria.

Era algo un poco extraño, Harula se sentía libre, ligero, tranquilo. Algo se sentía extraño.

El ojiazul pudo sentir un escalofrío recorrer el cuerpo de (T/N) y eso solo fue como tirar combustible al fuego.

-H-haru...- murmuró entre suspiros-tenemos vecinos.

-¿Y que podrían hacer ellos al respecto?- su voz salió ronca y baja, su aliento caliente erizo cada cabello en la nuca de su acompañante.

Al no recibir ninguna indicación de que parase el pelinegro condujo su mano por debajo del agua hasta su abdomen, subiéndola lentamente hasta posarla encima del simple corpiño con el que la (cdo) se había arrojado al agua.

- estoy comenzando a pensar que el agua te provoca pensamientos indecentes. -medio bromeó la (cdp) sin embargo su voz temblo un poco.

-No es el agua, eres tú.

La voz ronca del ojiazul junto con la mirada brillante que llevaba fue todo lo que necesito (t/n) para saber cómo terminaría aquello.

Haru continuo dejando un rastro de besos húmedos mientras sus manos jugaban con el borde del prendedor de su bra, sin estar listo para deshacerse de él. Ella decidió no quedarse atrás y posó sus manos en su pecho, haciendo pequeñas caricias circulares con sus uñas cortas, enviando una ola de escalofríos en su ahora marido.

Tu y yo (Free! One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora