Capítulo 22

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Capítulo 22

La música comenzó a sonar anunciando la llegada de la novia, Minato se tensó y esperó ansioso, Fugaku le sonrió para infundirle ánimo pero él tampoco estaba preparado para lo que vio a continuación.

Mikoto apareció en escena como dama de honor, con un pequeño ramo de rosas blancas y flores de lavanda caminando sobre la alfombra roja directamente hacia él, por un momento Fugaku se permitió soñar, imaginó que él era el novio y en ese momento veía caminar frente a él al amor de su vida pero la realidad lo golpeó con fuerza un segundo más tarde, no tenía sentido pensar en cosas imposibles y el corazón le dolió como nunca.

Mikoto caminaba mirando hacia el frente tratando de sonreír pero al ver el rostro de Fugaku completamente encendido de amor no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a caer, los invitados la observaban enternecidos creyendo que lloraba de emoción por su prima pero no pasó lo mismo con Mito, ella observaba a su nieta con pesar en el corazón sabiendo que habían dos corazones que estaban sufriendo, el de su nieta y el de Fugaku.

Una vez que Mikoto terminó el recorrido Nawaki apareció llevando del brazo a su hija, los presentes soltaron un suspiro al ver a Kushina, parecía brillar con el vestido de novia, la falda amplia de tul y el corsé lleno de pequeñas piedras en conjunto con su rojo cabello la hacían parecer una estrella en el cielo del atardecer.

—Desde ahora su felicidad será tu responsabilidad, cuídala bien—le dijo Nawaki a Minato con la voz entrecortada.

—La protegeré con mi vida—Minato miró a su futura esposa con el rostro embelesado y tomó la mano de ella para guiarla hacia el altar.

El juez comenzó a hablar y al terminar hizo las preguntas de rigor, ambos aceptaron sin dudar y el "puede besar a la novia" finalmente se escuchó, Minato la besó con dulzura pero Kushina se aferró a él con pasión causando pequeñas crisis de tos y risitas en los invitados.

Los novios caminaron tomados de la mano hacia el salón de fiesta mientras recibían las felicitaciones de los presentes, Mikoto trató de seguirlos pero una mano sujetando su brazo la detuvo.

Fugaku la sujetaba sin decir nada, no era necesario sus ojos lo decían todo.

—¿Qué quieres?

—Nada, yo sólo...—Fugaku suspiró con frustración, no era capaz de encontrar las palabras, en realidad no sabía lo que quería decir, ni si quiera estaba seguro de lo que sentía—no sé, no pude evitarlo, necesitaba estar cerca de ti.

—No lo hagas más difícil, tú te casarás pronto con Rinko y yo con Satoru, no tiene sentido que hagas éste tipo de cosas, únicamente logras que nos lastimemos más.

—Sólo pídemelo y dejaré a Rinko en éste mismo momento, di que sí y nos largamos de aquí ahora, no volverán a saber de nosotros.

El corazón de Mikoto se oprimió dentro de su pecho, las ganas de ceder a la propuesta eran insoportables pero había mucho en juego.

—No es tan fácil, no podría vivir conmigo misma sabiendo que por mi culpa un niño crecerá sin padre, por una vez deja de ser egoísta y piensa en los demás.

—No lo dejaría, incluso podría decirle a Rinko que me permita criarlo, no sé, buscaría una solución pero lo que no puedo es estar lejos de ti, durante éstos dos meses sentí que me enloquecía y sigo igual, en realidad estoy cada vez peor. Aunque no pueda estar contigo dudo que pueda aguantar mucho tiempo con Rinko.

Amor...LOCO amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora