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La vida social de TaeMin era tan inexistente como la virginidad de su roommate. Tenía ya 24 años y nunca en su vida había salido con alguién. A TaeMin no le importaba realmente, pero su mejor amigo KiBum no dejaba de insistir e insistir que saliera, se emborrachara, conociera gente y dejara esas estúpidas caricaturas de una vez por todas.

—Se llaman "anime" KiBum, edúcate un poco.— KiBum rueda los ojos fastidiado, para luego regresar a mirar con desaprobación como el chico estaba tirado en el piso con su laptop sobre su cuerpo, proyectando las animaciones que tanto le gustaban. TaeMin ni siquiera tuvo la amabilidad de voltearse a mirarlo

— Agh, ni siquiera sé cómo es que soy amigo tuyo.

— Nadie más quería ser tu compañero de cuarto, porque tiendes a ser, uhm... Ruidoso. Y yo necesitaba compartir el alquiler con alguién, por eso.

— Eso fue innecesariamente específico.— Reflexiona el rubio, aún recostado en la entrada de la habitación del menor. — De todas formas TaeMinnie, deberías aprovechar esa cara bonita, mientras todavía la tienes y conquistar un buen partido. He oído que a mucha gente le viene el travestismo, así que no deberías avergonzarte.

— ¡Es cosplay! No me involucres en tus prácticas pervertidas— TaeMin chilló con toda su cara enrojecida, cerrando su laptop de golpe, sólo para buscar algo que lanzarle al mayor. KiBum  sonrió divertido y dió un par de pasos dentro de su habitación. —¿Vas a trasvestirte hoy?— Examinó algunas prendas curiosas sobre la cama, levantando una de sus cejas cuando miró al joven.

TaeMin soltó un suspiro cansado, no iba a tratar de explicarle por milésima vez, de qué se trataba el cosplay. Para TaeMin era casi un arte, al que le dedicaba mucho tiempo de su vida. KiBum no lo entendería.

— Algo así. Estoy pagando un favor a Onew. — KiBum frunció el ceño, el hombre en mención no le agradaba, él culpaba al amigo nerd de TaeMin de sus aficiones extrañas. Solía vivir con el menor, antes de que milagrosamente consiguiera una hermosa novia y terminara mudándose con ella. KiBum no entendía cómo él lo había logrado, su encanto era el de una gallina.

— Uh, no quiero saber. Como sea, piensa en lo que te dije, sweetie.

— Sólo quieres que pase más tiempo fuera, para que tengas el departamento sólo para ti y JongHyun. — Ahora era KiBum el que estaba sonrojado escandalosamente, boqueando como pez fuera del agua, hasta que lo señaló y gritó. — ¡Sí! Pero eso no significa que no me preocupo por ti ¡Mocoso malagradecido!

KiBum salió de allí, tirando la puerta de forma dramática, TaeMin sóltó una risita divertida cuando aún podía escuchar los reclamos del rubio incluso cuando ya había bajado las escaleras.

KiBum solía ser insoportable para muchos, pero extrañamente los dos funcionaban perfectamente bien. A diferencia de TaeMin, KiBum era muy organizado, prolijo y constantemente estaba recordándole cosas insignificantes que TaeMin siempre parecía encargarse de olvidar; llaves, dinero, almuerzo, lentes, tarea.

Y TaeMin en cambio, traía de vuelta a la Tierra al mayor, cada vez que este pasaba por alguna crisis emocional, que eran muy frecuentes.
...

TaeMin usualmente siempre se emocionaba mucho cuando hacía cosplay de alguno de sus personajes favoritos. Él pasaba horas y horas encargándose de cada detalle, hasta que quedaba perfecto. Sin embargo, esta vez, sólo continuaba retrasando su transformación...

Sólo el mes anterior uno de sus mangakas favoritos de toda la vida, visitaba la ciudad, con mercancía de edición extremadamente limitada. Miles de fans hablaban de lo asombroso que iba a ser. Pero TaeMin enfermó terriblemente justo el día anterior, y Onew había sido el único dispuesto en pasar por todo lo que el menor había deseado comprar en el evento. Luego de que su amigo, hubiera tenido que hacer una fila de 3 horas en cada uno de los stands, TaeMin le prometió que haría lo que fuera por él, mientras no dejaba de sonreír y besar emocionado los últimos mangas que había obtenido.

El Friki de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora