18.

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Las miradas persistentes de mis padres por obtener una respuesta, mejor dicho la verdad y no una excusa como ya había utilizado antes, quemaban contra cada fracción de mi cara.

Seguramente, si fuera posible, mi cara estaría acribillada a agujeros que dejarían ver las cosas detrás de mi.

Si no estuviera mi padre, seguramente no habría mentido a la primera ya que mi madre no es muy controladora, solo lo suficiente, pero el tema de chicos a mi padre le daba coraje y seguramente acabaría castigada aunque es una bobada, ya que en Valencia él tenía más confianza conmigo y conocía a mí ex.

-queremos una respuesta- añadió mi padre- y a poder ser pronto, no tenemos toda la tarde, o mejor dicho noche- dijo mientras golpeaba su pie izquierdo varias veces contra el magullado suelo de madera

-verás papá, había dicho que con Claudia porque había ido a su casa pero como no había nadie he vuelto- dije encogiendome de hombros intentando ocultar que los nervios subían por mi espina dorsal de una forma revolucionada.

-has estado más de cuatro horas fuera-dijo esta vez mi madre mirándome fijamente

-que?!- me sobresalté- uhh... Si! Es que luego fui a la biblioteca y me pasé el resto de ella tarde estudiando, ya sabes, eso es lo más importante para mí futuro- justifiqué mientras rezaba mentalmente a Dios para que diera sus resultados.

Se me había casi olvidado que Claudia seguía en esa escena. Creo que prácticamente ella sobra en todo esto, tanto en esta conversación como en mi casa; quiero decir, ¿que coño pintaba ella aquí? Y para qué ha venido, porque si es para joderme, felicidades Claudia.

Miré dónde se encontraba su pálido y delgado cuerpo para verla mirar a todos los lados de la casa, como si estuviera revisando que todo estuviera en orden, menos a mí. Creo yo que me merecía más de una explicación ya mismo.

- que estás haciendo aquí?- le dije de mala gana a Clau.

-No le hables así a Claudia!- contestó de inmediato mi madre por ella

-bufé frustrada- y bien?- dije una vez cuando nuestras miradas se conectaron y dejando mi peso en la cadera izquierda, cruzada de brazos.

-E-esto yo... Había venido a hablar- dijo desviando su mirada y agachando la cabeza

-hija, ya vale- me interrumpió mi padre- si has estado en la biblioteca hasta tan tarde como es que vuelves ahora si cierra a las ocho. Además, ¿dónde están tus libros?- preguntó una vez había conseguido captarse nuevo mi atención.

Maldecí mentalmente mi vida mientras miraba disimuladamente alrededor para encontrar algo que me sirviera.

BINGO

Ví un libro de física y química encima de la cómoda del recibidor así que aproveché la oportunidad, al fin parece que el mundo se pone de mi lado

-papá- comencé arrastrando la palabra y posando un mano en la parte posterior de mi espalda-uf, como pica- dije más bajo pero lo suficientemente alto para que todos lo oyeran- ya soy mayor y fui a un veinticuatro horas a por comida porque tenía hambre- dije mientras me movía con pasos lentos hacia la derecha mostrando intención de dejar el monopatín allí y con la mano que tenía en la espalda arrastré el libro del mueble y me lo puse en la goma elástica de la cintura del pantalón, tapándolo con la sudadera y finalmente dejé caer el monopatín.

-estaba estudiando física y química, dentro de poco habrá examen y no quiero suspender- justifiqué mientras sacaba el libro de la cintura de los jeans ajustados y meciendolo en lo alto para que lo vieran bien y para que supieran que no había trampas ni cartón, si ellos supieran...

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora