Capítulo 1

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Ann

Se le llama mimetista a la criatura o persona que es capaz de cambiar de forma a su propia voluntad, ya sea animal u otro ser humano. Puede ser una persona como animal o un animal como persona, escondidos para que no los descubran, ya que hay personas que podrían hacernos daño.


…….

Desperté por la mañana algo cansada, ya que la noche anterior me mantuve despierta después de llegar de mi trabajo de medio tiempo, dando un paseo en el bosque y la ciudad, ya que es más tranquilo y no hay mucho ruido, es por eso que me agrada más pasear en la noche.

Me levante de la cama sintiendo los ojos pesados. Hice lo que habitualmente hago por la mañana; mirar el cielo a través de la ventana. Era muy lindo; azul, con algunas nubes, el sol resplandeciente, realmente me atrapa verlo, algo a lo que no le tomé mucha importancia fue que  en la lejanía se asomaban unas nubes con un color grisáceo que parecía que traía una tormenta.

Supongo que este día va a ser como cualquier otro, pero puede que ahora sea algo diferente.

Mire durante unos minutos más aquel cielo azul, pero el ruido de una camioneta llamó mi atención, se detuvo frente a la casa a lado de la mía. Parecía que llevaba varias cosas en la cajuela; cajas mas que nada. De este salió un chico de cabello marron y ojos del mismo color.

Esa casa ha estado sola durante un tiempo, realmente no se porqué. Supongo que aquel chico será un nuevo vecino que conocer, pero supongo que tendré que conocerlo en otro momento. Tengo que estar en el bosque, ya que normalmente cazadores suelen ir por estas horas.

Me cambie de ropa, peine mi cabello, me coloque unos botines azul marino y baje a desayunar algo rápidamente. Para prevenir, tomé una chaqueta y una pequeña mochila del perchero de un lado de la puerta, que había preparado el día anterior, y en seguida salí de casa.

Estaba algo apurada, no quiero llegar otra vez tarde y que le hagan daño a otro animal.

Al salir, cruce por un lado de aquel chico que cargaba una caja.

—Buenos días. —Dije un poco distraída y caminando con prisa.

—Buenos días. —Dijo él de una forma amigable.

No hay muchas personas que saluden de esa forma en esta manzana, y son de hecho muy pocas personas aquí. Casi todos son personas mayores con mal carácter, menos mi vecina de enfrente, la señora Elena, una persona muy amable y dulce.

Tal vez no fue muy bueno de mi parte no voltearlo a ver mientras le saludaba, pero no puedo ahora, será en otro momento, con más calma.

Llegue al bosque en cuestión de minutos, ya que el bosque rodea a la manzana. Me dispuse a ir al lugar donde normalmente van los cazadores. No escuchaba nada, así que caminaba despacio, admirando, como tantas veces, lo lindo que puede ser el bosque.

Me adentraba cada vez mas al bosque, no tenia miedo de perderme, ya que paso mucho tiempo en este por la noche y en ocasiones por el día. Lo conocía muy bien, eso creo.

Siguiendo el camino encontraba algunas ardillas, zorros e incluso algunos ciervos. Tan solo verme, huían, pero otros se acercan a mí con curiosidad dejando que los toque; son realmente lindos… Lástima que hay otras personas que no creen lo mismo, y solo los vean como un trofeo.

Mientras caminaba, encontré a una pequeña ardilla en el suelo, intentando esconderse. Me acerque a esta cuidadosamente, a pesar de que parecía que tenía miedo, no se movía de su lugar, la tome en mis manos, tenia lastimada su pata. Con una pequeña cinta, comencé a vendar su pata cuidadosamente, ya que era pequeña y frágil, después de eso la deje de nuevo en el árbol. Suena ilógico, ya que podría caer y lastimarse de nuevo, pero estará mas a salvo arriba de un árbol que en el suelo de este.

Al momento de dejarla ir escuche un estruendo que, a su vez, ahuyentó a algunas aves. Aquel sonido no estaba muy lejos de donde estaba, y eso me preocupaba.

Me convertí en un zorro y corrí lo mas rápido que pude hasta ese lugar. Mientras mas me acercaba escuchaba voces y algunos pasos, me detuve y me escondí tras un árbol, es ahí cuando logré ver a un hombre algo delgado con una arma en sus manos, y frente a él un ciervo en el suelo, no parecía estar muerto, pero estaba herido. El ciervo intentaba levantarse y huir, pero no podía por el disparo que recibió de aquel hombre, que por alguna razón tenía una expresión de preocupación.

Me convertí en halcón y comencé a volar frente a él para intentar llamar su atención, lo cual no fue muy difícil, en cuanto me vio, volteo hacia el frente, tomo su arma y empezó a disparar. Cada bala que disparaba, fallaba,  como si lo hiciera a propósito, como si no quisiera hacerlo.

Pasaron algunos minutos, ya había dejado de disparar, ya parecía estar cansado, su arma ya no tenia munición y comenzó a llover ligeramente. Se quedó parado en el mismo lugar con una expresión más relajada, volteó a su alrededor, sin parecer que le importara tener o herir a ese ciervo, su cara mostró algo se miedo y preocupación al ver algo, voltee a ver que era lo que veía; un hombre tras de mi apuntándome con su arma. Solo escuché un estruendo, y pude esquivar la bala que pudo haberme matado; aquel cazador solo logro darle a mi ala, por suerte. Sentí el aire mientras caía y un miedo que crecía dentro de mi.

Estaba en el suelo sin lograr moverme. Me siento inútil, no pude hacer nada por el ciervo, además de que nos capturaran a los dos, me siento impotente y con miedo. Solo podía ver gotas de lluvia caer, además de las sonrisa victoriosa de aquel hombre que me disparo. Mi vista se nublaba poco a poco, solo lograba ver sombras a mi alrededor, escuchaba voces, pero no comprendía lo que decían… y después…


“Todo se volvió oscuro”

Mimetista [Cancelada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora