—¡Le falta un poco de Luz!— emitió mirando las fotos que le había tomado a los jugadores.
El barullo que provenía del fondo del salón incomodaba en cierto modo a Keila, pero había otro problema, los más jóvenes del equipo tampoco estaban ayudando a que ella trabajará con normalidad en su primer día.
Luana en el fondo tenía razón, ignorando esos momentos la había pasado muy bien en la sesión de fotos, se había reído y lo había disfrutado, también noto que estaba bastante errada en su manera de pensar hacia ellos.
»Un día te duro la idea de que los futbolistas son idiotas y agrandados.« dijo para si misma en su subconsciente —callaté— se dijo a su misma en su cabeza, o eso creyó que hizo.
—¿Perdón? —pregunto mirándola el jugador que estaba parado delante de ella. Keila cerro los ojos y entendió que había pensado en voz alta. »Maldición.« maldijo esta vez dentro suyo. El jugador solo la miraba esperando una explicación.
—fue un pensamiento en voz alta— respondió con tranquilad —no fue dirigido hacia vos— le explicó
Sonrió con ironía y la miró, un recuerdo vino a su cabeza y se molestó aún mas —¿te falta mucho?— preguntó de mala, siendo una persona completamente detestable, Keila lo fulminó con la mirada.
—¡Voy a tardar lo que tenga que tardar para que mi trabajo quede bien!— le respondió con un tono bastante alto y se focalizó en la luz, pero el jugador parecía hacérselo a propósito. —¿te podés quedar quieto? — pidió con amabilidad falsa, mientras despega su vista de la cámara.
—¿Eso va a hacer que termines rápido?— estaba siendo completamente odioso y Keila se estaba convirtiendo en cada comentario en furia de intensamente.
—Flaco si estás tan molesto por lo que dije — le recriminó trayendo a colación el acto anterior —no es problema mío, ya te explique que no me estaba dirigiendo a vos— rápidamente la atenta mirada de todos se posaba en ellos dos —pero yo quiero hacer mi trabajo bien, y vos me lo estás dificultando más de lo que ya lo es, yo no corro detrás de una pelotita, así que te pido por favor, que te quedes quieto— el jugador comento algo por lo bajo que ella no llego a escuchar y luego los interrumpieron.
—¿Todo bien?— preguntaron a sus espaldas, ella giro y se encontró con Marcelo Gallardo y Matías Barreta. Keila solo se llevó la mano a su cabeza y se tapó la cara, no podía creer que esto le estuviera pasando su primer día de trabajo.
—si todo bien. — se anticipo a responder con una sonrisa —al menos por mi parte todo bien, pero parece que el señor Montiel tiene un problema que no lo deja que yo haga mi trabajo— Emitió mirando al jugador que la fulminaba con la mirada. —tal vez prefiere que Luana siga con el así yo me puedo concentrar en el resto del equipo.
El defensor estaba por emitir palabra alguna, pero una mano apareció de atrás intentando calmarlo. —¡Cállate la boca!— le ordenó Martínez Quarta que estuvo mirando la escena desde el comienzo.
El jugador le dedicó una última mirada y se alejo de mala gana. »idiota.« Musitó sin sacarle los ojos de encima.
—¿Estás bien?— Le pregunto el jugador que anteriormente hizo callar a su compañero. —¡Me quiero disculpar por eso!— emitió con verdadera sinceridad
—¿Siempre te disculpas por lo que hace o dice el idiota de tu compañero, supongo?—
—amigo— la corrigió el central sonriendo y asintiendo con la cabeza.
—¡Que gran amigo!
—Gonza es bastante...— dijo con bastante tranquilidad pero Keila lo interrumpió.
—¿Infumable, asqueroso, agrandado?— comenzó a ennumerar y el jugador rió. —perdón por eso, me disculpé con el pero prefirió seguir actuando como idiota.
—eso no es lo que yo escuché— le recriminó con una sonrisa maliciosa en su rostro. —lo cuál no quita que Gonzalo sea un idiota, de todos modos— ella asintió con una sonrisa y otros jugadores se acercaron a ellos.
—¡La chica que puso a Gonzalo en su lugar!— Emitió Julián Alverez aplaudiendo.
»Genial Keila, genial.« Penso al ver que era del agrado de ellos, aunque no todos eran idiotas como Gonzalo, eso lo había descubierto en el transcurso del día.
—¡Dejen tranquila a la nueva!— Les reprochó uno de los más grandes. —ya hicieron que trasladen a una, no hagan lo mismo con ella— se acercó y le dió la mano —me llamo Leonardo, nos vamos a ver seguido.
—Mi llimi Liionirdi nis vimis i vir sigiido— lo burló Gonzalo Martínez. —¡Más viejo más boludo sos!— el centro delantero recibió un golpe del capitán, todos rieron incluida Keila.
—te conozco, soy hincha de River, ese es el plus— Keila sonrió y negó con la cabeza. —de todos modos no se le va a hacer tan fácil. —emitio haciendo referencia a lo del traslado.
—si te seguís peleando con los jugadores en tu primer día, capaz que si es fácil— le aconsejo Luana mientras Rodrigo Mora la abrazaba.
—¡Pero si yo no le dije nada!— se excuso con diversión. —el es el idiota que se hace cargo de lo que dice mi subconsciente.
La mayoría de rió ante la situacion y comenzaron a despedirse. Algunos jugadores se habían ido solo quedaban los más jóvenes, los colombianos y Mora.
—no le hagas caso— emitió el hijo del DT. —le falta un par de jugadores en el campo, pero es buen pibe se va a venir a disculpar.
—si no viene mejor, tampoco es la muerte de nadie— musitó y comenzó a guardar sus cosas mientras los jugadores hablaban entre ellos.
—¿Vamos Kei?— pregunto Luana cuando finalizó el día labor. La nueva asintió y tomó su cartera. —Gonzalo...— empezó pero Keila lo interrumpió.
—entiendo que soy la nueva y que no están buenas estás situaciones, también entiendo que sea tu amigo como el de todos los que intentaron demostrar que el no es asi— emitió suspirando —pero no es necesario que me convenzan de algo sobre alguien que no conozco y yo tampoco tengo porque andar disculpándome por todo. No me interesa Gonzalo Montiel, ni tampoco sus disculpas, ¿Podemos ir a comer que tengo hambre? — Su compañera asintió con una sonrisa y caminaron con tranquilidad hacia el estacionamiento del predio.
»Primer día, superado.» Suspiro y subió a su auto para ir a comer junto a sus nuevos compañeros de trabajo.
Y bueno, empezamos 💪🏼 espero que les guste. 🤗
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| 29 | Gonzalo Montiel.
ФанфикParece inexplicable como el destino pone en tu camino personas, que estuviste esquivando toda tu vida, pero que se vuelven indispensables en un abrir y cerrar de ojos.