CAPÍTULO 0: Mi Cuarto

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*** Dale play arribita para escuchar el audiolibro (o audiocapítulo xD) mientras lees. :D ***


Lo primero que recuerdo, es estar parado en una habitación de hospital común y corriente. Sin ningún gran adorno ni pinturas ni nada.

Con excepción de una cama y un monitor que emitía sonidos, que claramente eran el reflejo del palpitar de un corazón, se podría decir que la habitación estaba en blanco. Un blanco que bien pudo ser el color favorito del decorador, porque sin importar donde mirara veía, blanco. Si hasta reconocer las esquinas de la habitación, incluso las partes donde el suelo unía a la pared y ésta se juntaba con el cielo, era dificultoso.

Con excepción de la pantalla negra del monitor, lo único que no estaba tan desprolijo de color como la habitación y sus muebles era una persona, o mejor dicho, un cuerpo recostado.

La razón por la que digo cuerpo: es que más allá de cualquier confusión que podía tener sobre esta habitación, sobre quién era, y cualquier duda que hubiese en mi corazón. Tenía la certeza que ese cuerpo no era otro que el mío. Y a pesar de que no podía reconocer el rostro que veía o los brazos que se asomaban por sobre las coberturas de la cama. Incluso aunque tenía problemas para discernir el color de su piel ya que toda su presencia era, a falta de otra palabra, borrosa. Podía decir con toda confianza que ese cuerpo me pertenecía.

Sopesé por quién sabe cuánto tiempo la situación en la que me encontraba. No tenía idea de cómo me llamaba, ni cual era mi aspecto, cortesía de esta maldita habitación sin espejos ni ventanas, solo una puerta había y esta se encontraba cerrada.

Me sorprendía lo bien que estaba tomando esta situación, y aunque estaba progresivamente sucumbiendo al enojo, llegué a la única e inequívoca conclusión de que mi Alma había dejado mi cuerpo.

Aún sin recuerdos vívidos en los que entretenerme ni en los cuales meditar o reflexionar, y tan seguro como que ese cuerpo me pertenecía. Concluí que, como todo lo parecía indicar, Yo, era un paciente en estado vegetal, y al parecer mi alma había salido de mi muy posible futuro cadáver.

La tranquilidad por sobre todo es lo que más me extrañaba, a mi falta de recuerdos debería al menos agradecer esa paz con la que enfrentaba mi inminente muerte, ya que no tenía hogar al cual regresar ni personas a quienes extrañar.

Posterior a lo que pareció una infinitud de tiempo, caí en la cuenta de que sin importar cuanto me pasara intentando averiguar mi situación, ésta era la única explicación plausible a la que iba a llegar y que no encontraría ninguna otra. Así, comencé a aceptar esta premisa como una verdad, la que luego de una eternidad de, vacío y nada —que era lo único que me evocaba esa estúpida habitación—, se transformó en absoluta. Comencé a aceptarla como una verdad absoluta.


Me causó gracia que aún sin memoria, podría jurar que por mi manera de pensar y razonar yo no era un «creyente». Lo que es más, la situación en la que me encontraba me resultaba desconcertante, ya que tenía la convicción de que no existía nada sobrenatural en el mundo.

Eso era lo único que conocía de mí mismo: sensaciones e ideas representadas en mi mente por palabras que salían disparados a causa de un razonamiento.

El vacío y la nada me invadían, mas sólo tenía mis pensamientos para de alguna forma sentir que seguía ahí, que seguía existiendo. 

Noùm'Vará: El Alma Portadora de Universos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora