El futuro nos aguarda.

Capítulo 16.

Cuando llegamos a la sala de espera los padres estaban devastados, su padre estaba inquieto, no paraba de dar vueltas por toda la zona y su madre lloraba desconsolada. Natasha y yo no supimos como saludar y decidimos sentarnos cerca de su madre. Después de unas horas el médico que estaba en cirugía llegó a donde nos encontrábamos lleno de sangre.

-¿qué ha pasado doctor? (dice su padre tratando de mostrar tranquilidad)
-Su hija está en coma, pero la operación ha salido bien. Es un milagro, tenía lesiones muy graves. (dice suspirando) mañana podréis venir a verla.

Sin decir nada Natasha me coge por el brazo y me lleva hacia la salida, por una parte sentía un alivio pero en mi mente pensaba, "¿y si no se despierta?", parte de mí estaba destrozada.

-Será mejor que vayamos a casa Laura, mañana es otro día. Se recuperará pronto (dice con voz temblorosa)

Yo asentí con la cabeza, no podía pronunciar ni una sola palabra ya que sino rompería en llanto, lo tenía claro.

-¿necesitas que me quede? (preguntó ella)
-No hace falta, gracias (dije)
-Mañana paso a buscarte para ir al hospital (dijo decidida)

Me bajé del coche con el alma por los suelos, no sabía como asumir tanto dolor. La noche me atrapaba junto con la tristeza. Cuando entré por la puerta me tiré en el sofá a llorar. No podía creer que ella estuviera a punto de morir, no otra vez. Algo había debido de pasar...
Sentía como mi corazón se rompía a pedazos, como cada trozo caía al suelo y se rompía aún más. Me faltaba, me faltaba muchísimo. Me levanté como pude y fui a mi habitación, mi cama olía a ella, aun se podía apreciar su presencia cosa que me ponía aun peor. No entendía exactamente que hacer para remediar el dolor, entonces decidí tumbarme en la cama y esperar a quedarme dormida, así supongo que no sentiría dolor por unas horas.

Al día siguiente:

Me levanté con los ojos hinchados y rojos, no podían faltar mis ojeras y mis pocas ganas de vivir. Natasha había tocado la puerta, no recordaba que venía a buscarme. No tenía energías ya que no había comido nada en absoluto, lo peor esque ni siquiera tenía ganas de hacerlo ahora. Tenía un nudo en el estómago que no quería dejarme respirar.

-Buenos días Natasha (digo abriendo la puerta)
-Laura... ¿Y esa cara? ¿Has comido?
-Vamos al hospital, (digo con lágrimas en los ojos)
-Tienes la misma ropa que ayer (dice preocupada) cámbiate.
-Vamos (digo cogiendo las llaves y cerrando la puerta) nos vamos ahora mismo.

Natasha no dijo nada en absoluto, sabía lo mal que lo estaba pasando y no quería llevarme la contraria. Subimos al coche y en silencio fuimos al hospital.
Cuando llegamos los médicos nos dirigieron a su habitación, cuando entré por esa puerta rompí en llanto, tenía una gran herida encima de la ceja, cuando me acerqué a ella le acaricie la mejilla. Nastaha ponía su mano en mi hombro tratando de consolarme, ella trataba de aguantar las ganas de llorar. Quería tener las fuerzas suficientes como para ayudarme, y para mi eso significaba mucho. Me senté en una silla que estaba junto a su cama, la miraba con el alma vacía deseando que despertara, le cogía de la mano y le daba unas suaves caricias.

-Despierta porfavor (decía llorando) Taylor te necesito.

Nastaha al escuchar esas palabras no se pudo contener y salió de la habitación en llanto. Yo entendía que no podía aguantarlo más y no le dije nada cuando salió.

-Taylor, no puedes dejar de luchar ¿de acuerdo? Mira, estoy aquí. No quiero perderte, porfavor lucha por seguir viviendo y despierta lo antes posible. (hice una pausa) ¿sabes? Al principio jamás pensé que llegaría a enamorarme de ti, ni siquiera pensaba que pudiera llegar a gustarme una pero supongo que para todo hay una primera vez. El caso, es que quiero que sepas que quiero un futuro contigo, ahora mismo no me imagino con otra persona que no seas tú ¿me oyes Taylor? (seguí llorando) lo quiero todo contigo. Te quiero.

El silencio se apoderaba de la sala, y mis lágrimas manchaban toda la manta que cubría a Taylor. Nastaha entró por la puerta diciéndome que tenía que irse. Prometió venir más tarde junto con las chicas, yo asentí con la cabeza.

Unas horas más tarde:

-No sé si me estas escuchando ahora mismo pero cariño, de verdad, desde aquí te doy todas mis fuerzas para que puedas luchar contra lo que quiera que sea que no te deja despertar. Quiero que sepas que estoy aquí, y que aquí permaneceré hasta que despiertes, ¿vale? Te lo prometo.

Las chicas llegaron unas horas después. Ahí venían Yael, Uzo, Kate y Natasha.

-¿Cómo está? (pregunta Kate con los ojos cristalinos).
-No se despierta (digo preocupada).
-Lo hará (dice Yael) ella podrá con esto.
-¿Ha sufrido daños de memoria? (preguntó Uzo)
-El médico no nos informó sobre eso, asi que deduzco que no (digo aliviada)

Las chicas habían traido un ramo de rosas, cosa que daba un poco más de alegría a esta oscura y pequeña habitación. Estaban alrededor de la cama observando a Taylor en silencio, buscando una señal, un gesto. Yo no podía contener las lágrimas.

-Despertará pronto Laura, tranquila porfavor (dice Natasha mientras me abraza)

Las chicas se unen al abrazo y me tranquilizan... Habían sido demasiadas emociones...