El Amanecer De Una Gran Historia

El Comienzo De Todo

 Era un día normal, yo estaba en mi habitación escuchando música cuando de repente entró mi madre muy alborotada y me dijo:

-Loa, tu abuela ha muerto, haz tu maleta, nos vamos a Solde.

 De verdad no os podéis imaginar como me sentí, me vino un cúmulo de sentimientos que ni yo pude comprender. Me sentí triste al saber que mi abuela había muerto, pero también me sentí rara al tener que pensar en volver a Solde.

 Hace 5 años que no vamos. Solde es mi pueblo, es muy pequeño y apenas hay gente. Dejé de ir porque allí desapareció mi novio y mi hermano mayor, se fueron y jamas volvieron. Desde aquel entonces no quise volver al pueblo.

 Después de que mi madre me dijera eso, mi padre Louise, mi madre Juliet, mi hermana Escarlet y yo nos pusimos en camino hacia el pueblo de mala muerte.

 Cuando llegamos, entramos a casa. Estaba llena de polvo; había muchas arañas, me asusté y me alejé de ellas. A mi me da mucho pánico cualquier tipo de insecto. 

 Cuando contemplé el duro día que me quedaba esperando con los brazos abiertos, fui a mi cuarto. Quité con un pañuelo toda la suciedad que puede, lo organicé y me tumbé sobre mi cama, cerré mis ojos y suspiré. Esta casa olía a muerto, me daba muy mala espina. De repente, sentí como la ventana se abrió y dejó pasar una corriente fría y seca; se me calaron los huesos, la piel se me puso de gallina. Cerré con mas fuerza mis ojos y abracé al cojín que tenía al lado; me quedé totalmente dormida.

 Alrededor una hora mi madre me despertó y me comentó que nos íbamos a quedar cuatro semanas y media en Solde; mañana enterraríamos a mi abuela, y yo solo trataba de asumirlo todo. Me puse ropa cómoda y empecé a limpiar la viaja casa de mi abuela.

 Después de que la casa quedara decente, bajé la bici del altillo y di una vuelta por el pueblo. Fui directamente a la casita que construimos mi hermano Raven y yo. Me la encontré casi tal como la dejamos la ultima que fuimos; estaba un poco mas vieja y había unas fotos de él y yo juntos y al lado un camisa llena de sangre...

 Cogí la camisa y las fotos rápidamente, me las guardé en mi mochila y me fue velozmente a mi casa. Cuando llegué, me baje de la bici y la encadené para que nadie me la robase, me encerré en mi cuarto y me puse a observar las fotos; estaban un poco viejas y las imágenes no eran muy claras, pero igualmente se podían ver. Saqué la camisa y me puse a observarla con detenimiento, me extrañé de que estuviera llena de lo que yo creía firmemente que era sangre, pensé en  preguntarle a mi madre después de cenar. Mirando las fotos percibí un ligero aroma a pasta y bajé a la primera planta para comer.

Cuando acabamos de comer, mi padre se levanto de la mesa y se fue a su habitación ha leer el periódico, mi madre no estaba haciendo nada, le dije:

- Mamá, mira tu por donde que te tengo que contar algo...- dije con algo de suspense en mi voz, quería ponerla nerviosa y que de esa forma me contara la verdad, por lo menos eso esperaba.
- Dime cariño- dijo de manera tierna mientras que se acercaba a la mesa, me acarició las manos. - Hoy he ido a la casita que construí con mi hermano, he encontrado esta camisa llena de lo que creo que es sangre. ¿Tú sabes algo de esto?-pregunté extrañada.

La reacción de mi madre me sorprendió totalmente, me arrancó de las manos la camisa.

- Eso no es una mancha de sangre sino una mancha del tiempo que lleva sin lavarse. No deberías ir a ese sitio, te hará recordar mucho a tú hermano, no debes darle importancia a la camisa cariño, es una marchita de nada, no te preocupes- me dio las buenas noches rápidamente y se fue a la cama a dormir.

Continuará....

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