El vaso derramado,
cae a la marea,
donde entre oleajes
nadas a contracorriente.
Tu mirada perdida,
y el sonar de tu cansada voz,
divulgan un ambiente frio dentro de tu bello ser.
Tienes frio, claro,
la marea es gélida,
Anhelo,
que estos versos ahogados pero aún a flote, resuenen en tu latir.
Que este poema,
se personifique en velero,
para darte cobijo en esta fria noche.
Con rumbo a un calido anochecer,
embriagada de versos,
que amencera de resaca,
apoyada sobre mi pecho.
Mientras,
voy encendiendote la candela.
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Versos esqueléticos
PuisiQuién dijo que los esqueletos no sangran? Illustration by @skull-heads
