El coche estacionó justo en la entrada de ese pequeño pueblo. Lucia, con aire apresurado, agarro sus maletas y se dispuso a bajar del vehículo que la había traído hasta aquí.
Tanum era un pueblo pequeño y costero, con una gran montaña a sus espaldas. A simple vista parecía bonito, pero cuando te embargaba su niebla y no te dejaba ver más allá de la primera casa, no sabias diferenciar entre bonito o tenebroso.
Los padres de Lucia habían muerto en ese inhóspito pueblo por causas desconocidas. Pasaron sus vacaciones de invierno en esta localidad playera, celebrando su aniversario en un sitio tranquilo y alejado de la ciudad. Pero la jugada les salió mal, y acabaron perdiendo la vida en ese extraño lugar. Sus cuerpos desaparecieron, y una carta llegó a casa de Lucia. Cargada de dudas y llena de inseguridades, cogió el tren y se plantó en aquel pueblo. No le faltó pasar más de 2 minutos allí para saber que sus padres murieron en extrañas circunstancias, y decidirse a actuar para averiguarlo.
Hace 6 meses que Lucia empezó a planear esta mudanza. Cada dos semanas se acercaba al pueblo, situado a 3 horas en tren de su ciudad natal, para venir a preguntar en el café de la estación si había alguna casa para alquilar o vender. Casi siempre le daban negativas o le tachaban de loca, y hasta parecían reírse de ella. Pero un día, al salir ella del bar, un señor la abordó en el anden del tren. "¿Estás buscando vivienda?" "Yo tengo un contacto que te puede alquilar una casa, pero no le digas a nadie que me has visto. Correríamos los dos peligro." Y le apretó la mano dejando en ella una tarjeta con el numero de teléfono de la casa.
Lucia llevaba meses esperando aquella frase, dándole vía libre para poder escapar de su ciudad y investigar a fondo sobre que ocurría por aquellas tierras. Estaba dispuesta a descubrir que se ocultaba entre el aire nublado de esos alrededores, y por ello se mudó a aquella pequeña casa pegada al mar.
La niebla se cernía sobre Lucia, limitando la visión de la joven que se encaminaba hacia la pequeña entrada del pueblo. Alzó la vista para observar todo a su alrededor, antes de encaminarse hacia la casa donde aguardaba impaciente el señor que se la rentaba. Observó las casas blancas, carentes de color y de alegría. Nadie parecía vivir dentro de estas, y no se veía a ninguna persona deambulando por el pueblo.
Tanum era un pueblo cargado de misterios, y Lucia estaba dispuesta a destaparlos, costase lo que costase. Si sus padres acabaron sus días allí, ella también los acabaría aquí. No tenia ningún miedo.
Poco a poco sus pensamientos se iban ordenando, aunque aquel pueblo tuviese un ambiente turbio Lucia tenia muchas cosas en las que pensar. Se repetía a ella misma la idea de una posible retirada a la ciudad, pero la tranquilidad y las ganas de desvelar lo extraño en ese pueblo le devolvían a sus pensamientos iniciales. Desvió su vista al gran reloj que el ayuntamiento tenía en su torre y no pudo evitar darse cuenta de algo extraño, aunque no le dio mucha importancia.
El reloj estaba colgado del revés. Parecía que alguien hubiese girado completamente todo y puesto los números en sus extremos pertenecientes. Se acostumbró a esa estampa poco después, y pudo descifrar que eran casi las 6 de la tarde. Ya empezaba a oscurecer.
Llegó a su nueva casa gracias a las indicaciones del joven que se encargaba del bar de la estación. Allí le proporcionó un mapa para poder llegar, y después de perderse durante varios minutos encontró su vivienda rodeada de maleza y campo, pero a pocos pasos de la playa. La casa no tenia mucho, era pequeña y sencilla, como todas las que decoraban la pintoresca estampa de Tanum. Lucia con un dormitorio se bastaba para vivir, y no necesitaba más que una cocina y un patio para salir a tomar el aire.
El propietario de la casa hizo señales a Lucia de manera impaciente, que se acercó con aire apresurado hacia ella. Firmó el contrato del alquiler, le dio las llaves y ni si quiera le volvió a enseñar la casa. Pensando en como iba a arreglar la casa, que ya desde lejos se veía llena de suciedad, el casero desapareció, y ella decidió entrar en su nueva casa.
Lucia miró las llaves que sujetaban sus manos, e hizo un amago de abrir la puerta con ellas, pero sus manos fallaron y dispuesta a disipar esos temblores, se sentó en las escaleras del jardín.
Una imagen reluciente se le posó en su mente, y por primera vez quiso apartarla amargamente. Sus padres seguían presa de sus pensamientos, y apenas podía cruzar palabra alguna cuando esto sucedía. Ni tampoco pensar con claridad.
Se levantó mareada pero dispuesta a dispersar su mente de aquellos tortuosos pensamientos, y volvió a la entrada de la casa colando las llaves entre la cerradura. Esta vez sus temblores hicieron paso a la puerta, que se abrió lentamente y con un chirrido que pareció molestar a la joven.
Cogió las maletas que se amontonaban en la entrada y las arrastró por el largo pasillo que se alzaba ante ella. Grandes paredes monótonas y sin color se distinguían entre el polvo y la antigüedad que la casa poseía.
Camino con aires somnolientos al piso de arriba, donde supuso que se encontrarían las habitaciones. Observó todo lo que poseía la casa. Viejas y mustias flores, secas, se dispersaban en diferentes jarrones a lo largo de la casa. Le gustó lo que veía, no obstante la suciedad no dejaba apreciar a la joven la verdadera belleza que aquella casa poseía.
Pensó en lo grande que era todo aquello para lo sola que estaba e iba a estar, y por unos momentos se sintió verdaderamente mal. Agarró las maletas y se dispuso a seguir con su camino, buscando algún lugar que le gustase de verdad para instalarse.
Se aposentó en la única habitación que daba al cristalino mar, y allí se sentó en la cama, observando el paisaje. Su inquietante mirada iba y venia del mar, y pronto se vio perdida entre aquel azul, así que se levanto y se fue hacía otra habitación.
Aquella daba hacía el jardin, los arboles y la entrada a la casa. Miró hacia el césped que debajo de la ventana se extendía, puesto que algo o alguien había llamado su atención. Sus ojos se posaron en un joven que se instaló en la puerta, y pronto el molesto timbre resonó por todos los rincones de la casa.
Lucia salió de la habitación prácticamente corriendo, tropezándose en las escaleras y llegando a la puerta, apresurada para saber quién era aquel joven que acababa de llamar.
-¿Hola?- preguntó mientras abría la puerta.- ¿Quién eres?- volvió a cuestionar, pero ya nadie se encontraba delante de la puerta. El misterioso joven había salido corriendo, presa del pánico de poder ser descubierto.
¿Quién podría ser?-se preguntó, cerrando la puerta.
Un pequeño papel se interpuso y no dejó que Lucia pudiese conseguir su propósito, y esta, molesta, se agachó y cogió el papel.
Lo desplegó, puesto que estaba ligeramente arrugado, y encontró un mensaje oculto entre la pequeña hoja.
"Sal inmediatamente de Tanum. Una vez estés dentro, no hay vuelta atrás.
Estarás atrapada contra el tiempo".
Su cara palideció al instante, y supo que algo andaba mal con ese pueblo. Sus instintos no habían fallado esta vez. Los escalofríos que recorrían su cuerpo de arriba abajo comunicaban lo inquietante que era todo; aquella mujer, aquel reloj, aquel joven y sobretodo, aquella nota.
¿Qué era lo que esa nota quería decir?
Quizá se estaba precipitando al querer agarrar las maletas y salir de Tanum corriendo, pero su mente no le dejaba pensar con claridad.
Pensó en sus padres, y esta vez no dejó que la imagen se dispersara entre el polvo de la casa. Gritó y se retorció del dolor que su mente y su corazón provocaban, sentándose en los escalones que se extendían hacía la segunda planta. Lloró, viendo a un policía, a una abuela destrozada y a ella misma preguntándose millones de cosas.
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Hasta aqui por hoy.
¡Hola de nuevooooo! Volveré a subir esta novela de nuevo y acabada. Por si os interesa volverla a leer :)
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Against Time | Proximamente
Mystery / Thriller"Sal inmediatamente de Tanum. Una vez estés dentro, no hay vuelta atrás. Estarás atrapada contra el tiempo". Portada: TroubleMakerMalik