Cuando finaliza la clase de Julianne puedo suspirar. Esperaba que me ignorase o no me observara, pero su mirada apenas si dejó la mía durante toda la hora. Sus mirada azul buscaba la mía continuamente y la furia acrecentó en mi interior ¿Cómo podía si quiera mirarme cuando me había dejado por su esposo? ¿Acaso no tenía ninguna gota de arrepentimiento?
No, su mirada era diferente, como si esperase algo o quisiera decirme algo. Le daría con la puerta en las narices si intentaba tener algún tipo de comunicación conmigo, ya no sería mas un juguete de Julianne. Fui directo a casa cuando salí y pude ver a mi profesora ir de la mano con su esposo. Un sentimiento de frustración recorrió mi cuerpo pero de inmediato dejé de observar a la "pareja". El resto de la semana fue parecido, Julianne constantemente me observaba y yo no le dirigía ninguna mirada. Por otro lado, Kate había decidido acercarse más hacia mí, me incentivó a que volviese a correr junto a ella y me dije ¿Por qué no? Así que desde hace unos días habíamos retomado el ejercicio.
-¿Estas bien?-Kate y yo nos habíamos detenido para tomar agua y ésta me tenía presa en su mirada.
-Si..¿Por qué?-pregunté desconcertada.
-Tienes una mirada... como si se te hubiese muerto alguien-dijo con un tono regular pero sabía que su mirada estaba atenta a cada una de mis reacciones.
-Uhm..no-dije cansada-no es nada, solo he tenido algunos problemas con cierta persona y bueno...todo se fue al diablo.
Kate alzó su ceja y en ese momento me di cuenta de que quizás había hablado demasiado.
-¿Quieres hablar del tema?
-Preferiría que no-dije sincera-al menos, por el momento no...
-Cuando estés lista, puedes hablarme de lo que sea Nalia-dijo acercándose-puedes confiar en mí-me ofreció su sonrisa y yo le correspondí.
Desde entonces Kate y yo también comenzamos a hablar más seguido, no como antes, ahora había cierta...fraternidad en como nos dirigíamos la una a la otra. Tan así que pasadas dos semanas Kate venía a recogerme a casa en su coche por las mañanas hacia la escuela y hasta algunas veces me iba a dejar de vuelta. Su compañía de alguna forma me tranquilizaba y me hacía no pensar en la pelirroja de ojos azules que había sido mi perdición. Se me soltó la lengua rápidamente, no tenía con quien hablar sobre lo que había ocurrido con Julianne, por lo que luego de las constantes preguntas de Kate solté sin más nuestra fallida relación.
-Lo sabía-es lo primero que dijo y yo la miré confundida-no soy tonta Nalia, sé que esa mujer te tenía en sus garras, me lo dejó bien claro en varias ocasiones.
-Pero..
-Ahora bien-me interrumpió-¿Te dejó por su esposo? ¿De un día para otro?
-Sí...-dije frustrada.
Estábamos en su coche de camino a la escuela y Kate se quedó en silencio observando hacia el frente. Me preocupaba su repentino ensimismamiento pero al siguiente semáforo me observó atenta.
-¿Qué?-pregunté confundida.
-Nada, solo que es una tonta al dejarte...-de inmediato me sonrojé y Kate sonrió-tranquila, mis intenciones para contigo han cambiado Nalia..
Suspiré soltando aire que no sabía que estaba conteniendo. Es cierto, hace un tiempo atrás Kate hubiese hecho lo inalcanzable conmigo, me lo había dejado claro. Pero ahora ella había establecido los límites en nuestra amistad y resultaba mejor así, éramos lo mas parecido a amigas que a alguna especie de relación, por lo que ambas sabíamos que no traspasaríamos los límites.
-De todas formas, es una imbécil-dijo cuando bajamos de su coche. Asentí en medio de una sonrisa y divisé a Julianne en la entrada junto a su esposo. Kate desvió su mirada hacia mi y me encogí de hombros.
ESTÁS LEYENDO
Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...