Capítulo 7.

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Habían pasado dos horas después de la cena y la tormenta sólo se hacía cada vez más intensa, pero al menos la electricidad seguía funcionando sin problemas en el apartamento de Lu Han. En la sala, la televisión estaba encendida, mostrando un programa infantil que parecía tranquilizar al pequeño Xu Bao. El mismo se encontraba acostado en el sofá, usando las piernas de su padre como almohada mientras miraba hacia la pantalla, algo distraído. Estaba muy callado, y Lu Han sabía que eso sólo podía significar una cosa: su querido hijo se quedaría dormido en cuestión de minutos.

Se Hun estaba sentado junto a Lu Han. A pesar de lo tarde que se estaba haciendo, el más alto no se había despedido ni había mencionado la idea de pedir un taxi por teléfono o algo por el estilo. Lu Han volteaba a verlo de vez en vez, con ganas de ofrecerle pasar la noche ahí, pero terminando por soltar cualquier otra tontería como la pregunta "¿Tienes frío?", misma que ya había salido de sus labios por lo menos diez veces. No entendía por qué era tan difícil sacar el tema si tenía una buena excusa; la lluvia no parecía tener intenciones de detenerse pronto, después de todo.

Lu Han sonrió con cierta ternura cuando notó que el sueño por fin había derrotado a Xu Bao. Dejó un par de caricias suaves en el cabello del menor antes de pedirle a Se Hun que esperara un momento en la sala.

—No tardo, sólo llevaré a Xu Bao a su habitación —avisó.

—Está bien.

—Por cierto, ya puedes cambiar el canal de la televisión y ver otra cosa, si quieres.

—No sé, este capítulo de Tayo* me parece muy interesante —dijo a modo de broma.

El castaño más bajo soltó una risa leve al escuchar eso y cargó al pelinegro para llevarlo hasta su dormitorio, acostándolo cuidadosamente encima de su cama y tapándolo bien con las sábanas. Le deseó las buenas noches con un beso en la frente y regresó a la sala. Aunque algunos truenos seguían cayendo, el niño de cuatro años tenía el sueño bastante pesado, así que Lu Han no estaba tan preocupado.

—Muchas gracias por haberte quedado aquí a ayudarme con Xu Bao —se volvió a sentar junto a Se Hun—. Se nota que le agradas un montón.

—Fue un placer pasar tiempo con ustedes dos —el contrario sonrió honestamente—. Tu hijo también me agrada mucho, es adorable.

—Sí, lo es... —Desvió la mirada—. Eh... Se Hun... Todavía está lloviendo y... Bueno, ya es algo tarde... —Se rascó la nuca con cierto nerviosismo—. ¿Te gustaría pasar la noche aquí? —Finalmente se animó a hacer aquella pregunta—. Puedo dormir con Xu Bao y dejarte mi habitación a ti.

—¿Estás seguro?

—Sí, por supuesto.

—Gracias. Me vendría bien —contestó mientras volteaba a ver la lluvia a través de la ventana de la sala—. No creo que sea seguro regresar a casa con este clima.

—¡Exacto! No es seguro —asintió Lu Han, aferrándose a esa idea a pesar de que Se Hun ya le había dicho que sí pasaría la noche ahí.

Como ninguno se sentía cansado aún, Lu Han preparó café y se quedó conversando un poco más con Se Hun en el sofá. No llevaban más que unas semanas de haberse conocido, pero era demasiado obvio que sentían algo especial en sus corazones cada vez que pasaban tiempo juntos.

Pasaban los minutos y los temas de conversación no terminaban. Se Hun siempre se hacía cargo de deshacerse de los silencios incómodos, cosa que Lu Han agradecía mucho en su mente, pues detestaba quedarse sin saber qué decir.

—Cuéntame un poco más acerca de ti —le pidió de repente el más alto.

—No sé qué podría decirte exactamente —admitió—. Mejor dime qué te gustaría saber.

—Pues... sí hay algo que me encantaría saber, Lu Han, pero no sé si tú podrías darme la respuesta —comentó con una sonrisa de lado.

—¿Qué es?

—¿Cómo es que eres tan lindo? —Cuestionó.

—¿Eh? —En ese momento, Lu Han sintió sus mejillas arder. No soltó su taza de café por pura suerte.

¡¿Acaso Oh Se Hun estaba coqueteando con él?!

—Lo siento, pero no podía guardármelo ni un segundo más —sin borrar aquella leve sonrisa, se encogió de hombros—. En serio me pareces un chico muy lindo, Lu Han.

Ambos estaban sentados en el sofá, pero parecían estatuas. Después de aquella confesión por parte del más alto, Lu Han simplemente no supo qué decir.

Tras varios instantes, se fueron acercando más, de manera casi inconsciente, hasta que la distancia entre sus rostros fue de tan sólo un par de centímetros. Lu Han cerró los ojos, sin pensar con claridad, sólo imaginando qué vendría a continuación, y entonces sucedió: los labios de Se Hun hicieron contacto con los suyos tan suavemente que fue como estar dentro de un cuento de hadas, de esos en los que todo es perfecto.

Lu Han fue quien rompió el beso, apartándose algunos segundos después, mirando a Se Hun con una mezcla de confusión y alegría. El contrario no tenía ni idea de qué podía decir, sólo se encontraba ansioso por saber qué había significado ese beso.

—Yo...

—Perdón —habló Se Hun—. Fue muy atrevido de mi parte, ¿cierto? —Soltó un suspiro—. Cielos, ¿qué estoy diciendo? Claro que fue atrevido —murmuró.

—No, no es eso. Es que... Escucha, eso fue... agradable —logró decir—. Pero no puede repetirse —su lado confundido hablaba por él.

—Lo lamento, Lu Han... Yo...

—Me atraes, tengo que admitirlo... —Dejó la timidez a un lado, dándose cuenta de toda la razón que tenía su mejor amigo—. Pero no puedo tener una relación con nadie ahora mismo —explicó—. Tengo que concentrarme en Xu Bao, en mi trabajo, en mis estudios... ¿Entiendes? No es por ti, Se Hun. Realmente no tengo tiempo suficiente para mantener una relación.

—Podríamos...

—No, Se Hun —lo interrumpió—. Por favor... —Susurró.      

—Está bien. Comprendo, así que no te preocupes —colocó una mano sobre el hombro ajeno—. Espero que ese beso no haga que las cosas sean incómodas entre nosotros, Lu Han. Me gusta mucho pasar tiempo contigo y con Xu Bao, no me gustaría dejar de hacerlo.

—¡No, no, no! ¡Las cosas no serán incómodas! Para nada —respondió al instante—. Ese beso fue sólo... —Se mordió el labio inferior, sin saber cómo explicar lo que había sentido al tener los labios ajenos contra los propios—. Eh... Es algo tarde, lo mejor será irnos a dormir de una vez.

—Estoy de acuerdo.

Continuará.

 *Tayo es una serie infantil coreana de capítulos cortos, mismos en los que los personajes son autobuses.  

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Hola. No sé qué me pasa. Estoy bien, pero no estoy bien al mismo tiempo.

La buena noticia es que ya hay un nuevo capítulo de este fanfic y SE HUN BESÓ A LU HAN, ¡POR TODOS LOS CIELOS! ¿Qué pasará ahora? ¿El lado confundido de Lu Han ganará? ¿O se dará cuenta de que podría estar cometiendo un error?

Ya lo veremos. (?)

Creo que me iré a dormir ya, necesito no pensar en nada.

Gracias por su apoyo. ¡Hasta la próxima!

De nosotros [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora