Prólogo

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Una chica común, eso es lo que soy, una más que sueña despierta esperando que la fantasía se haga realidad. Personas como yo hay muchas, no debería sentirme especial entonces.
Siempre nos pasa lo mismo, conocemos una historia, nos conectamos con su desarrollo, nos sentimos parte de la misma y una vez que las mejores cosas han pasado es ahí, en ese entonces, cuando nuestra mente ingenua y deseosa de emociones comienza a imaginar las mas alocadas e irreales historias jamás contadas en la que uno mismo es protagonista.
No podría negar que después de leer tantos libros comencé a imaginar que yo era la protagonista de alguno. Así fue con incontables historias que he conocido con el transcurso del tiempo. Aunque sin duda alguna, había una historia en particular que no podía sacar de mi mente, cuya historia contaba los sucesos románticos más hermosos que había leído en mi vida, un libro que podría leer miles de veces del cual nunca podría cansarme, "BAJO EL ÁRBOL DE CEREZOS".
Ese fue el libro que me llevo a cerrar los ojos cada noche e imaginar que yo era la protagonista de la historia. Me dormía con esas imágenes mentales rondando dentro de mi mente. Qué forma tan bonita de dormir.
Allan era el nombre del protagonista masculino, un chico rubio, alto, de ojos azules y sonrisa deslumbrante, todo un príncipe podría decir. De él estaba enamorada perdidamente, claro que estaba consciente de que solo era un personaje, un ser ficticio que solo en un libro existía, pero también estaba consciente de algo más, y era que la imaginación existía. Como toda persona yo hacía uso del gran poder de la imaginación para entrar en esa historia, y lo mejor de todo es que no demandaba esfuerzo físico y además era completamente gratis.
En mi imaginación yo era la protagonista femenina del libro y Allan, por supuesto, el protagonista masculino. Las cosas que él decía, las fantásticas frases recitadas con esa naturalidad que solo él tenía, eran solo para mi, para mí y sólo para mí las decía para que en mi mente retumbara cada palabra y a mi corazón hacia latir a mil por hora... locura, obsesión, fantasía, amor, no sé que es, quizás sea un poco de todo, pero de lo que si estoy segura es que se siente verdaderamente bien.
Pero a pesar de tanta fantasía que había dentro de mi alocada cabeza, sabía que había algo que no podía obviar, ese algo que me decía que esas historias solo existían en libros y que ni en las profundidades del mar podía encontrar una que fuese autentica y real, ese algo que arruinaba mis expectativas tenía nombre, REALIDAD.

Te Busco Entre PáginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora