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Taehyung odiaba ir a la escuela. Se sentía asfixiado entre la gente, era como si todos y cada uno de ellos se hubieran puesto de acuerdo para lanzarle miradas de asco, aunque sabía por completo que no era así, una voz en su mente que parecía ajena a él siempre lograba aparecer diciéndole aquello.

«¿Acaso acaba de rodarme los ojos?»

Solía pasar las materias con el ordinario, pues no soportaba mucho estar en clase, así que prefería matarse estudiando. Era sofocante, poco más de cuarenta alumnos en una misma aula, Taehyung sentía incomodidad en cualquier lugar, en la esquina de atrás, al frente, en medio, en cualquier sitio de la orilla, era un infierno, y no podía abrazar al oso antiestrés porque no soportaba las burlas. Y definitivamente las tendría.

Se sentía asqueroso.

—Sólo debo soportarlo. Sólo es estrés, puedo manejarlo. Puedo manejarlo.— Sacó su almuerzo con manos temblorosas, estaba saltándose una clase porque accidentalmente uno de sus compañeros tumbó el escritorio del maestro; no le agradó el ruido estruendoso, y sabía que no sería agradable cuando lo colocaran en su lugar.

—Es un poco extraño que tengan sudadera en verano.— Escuchó a la pareja que pasó detrás suyo. No era su intención, pero no había ruido porque muchos estaban en clase y las bancas para almorzar estaban algo apartadas. Su garganta se apretó un poco, así que volvió a guardar su desayuno. Que incómodo. Que vergüenza. Que estúpido se sentía. Bajó la cabeza, acostándose en sus brazos. La pareja se reía de alguna tontería a sus espaldas.

—Niño— Creía reconocer la voz, era suave, melodiosa y en un tono bajo.—, lamento lo del otro día, ¿Estás despierto?— Se acomodó, lo suficiente para verle de reojo. Su expresión cambió por completo cuando la mirada serena con labios tintados de negro y casi arrancándose uno de los shark bite desde adentro. —. No te vayas corriendo, por favor.— Taehyung se aferró a su mochila cuestionándose si debería o no sacar su nuevo oso antiestrés o contenerse y salir corriendo con la mochila en el hombro. Era difícil contradecir a Min Yoongi, especialmente porque lo había pedido como un favor.

—¿Qué sucede?— Intentó cubrir un poco más su rostro, el mentón le empezó a temblar por el miedo.

—En verdad, lamento que hayas tenido que ver a uno de los peores, por favor, quería pedirte que no le contaras a nadie.— Yoongi alzó su mano para tocarle, pero el menor se apartó algo asustado enderezándose en el asiento con la cabeza gacha.

Soltó una risa.

—No tengo a quién decirle, no tengo porque hacerlo porque de cualquier forma hice el ridículo ese día y ya nadie quiere hablarme.— Se secó las mejillas con el dorso de su mano. Yoongi evitó verle, pero sacó algo de su bolsillo.

—No es algo que deba avergonzarte, pero quisiera saber, ¿Por qué lloras?

Taehyung sollozó.

—Intenté calmarme muchas veces, intenté contenerme ese día, ni siquiera tenía ganas de ir al baño, pero aún así no pude evitarlo— Otro sollozo salió de sus labios.—, ¿Soy estúpido? ¿Por qué no puedo curarme? ¿Por qué no puedo calmar mi estrés?— Yoongi acarició un par de veces el pequeño murciélago púrpura con alaz acorazonadas, le olfateó de forma rápida para verificar que oliera a suavizante y lo alzó al menor.

Sabía como se sentía.

—Lo hiciste bien— Sabía lo mucho que le importaba.—, soportaste bastante, y me ayudaste— Taehyung tomó el peluche en sus manos, sólo logrando intensificar su llanto. —, eres un gran chico.

Yoongi le sonrió.

 daddy issues ✾ taegi/yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora