υη ρεqυεñσ ρυεвℓσ ∂ε εsραñα, cση ∂σs αℓмαs нεcнαs ∂ε ℓσ мιsмσ.

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Su mirada estaba posada en la ventana de aquel avión privado, admirando como las nubes y el océano pasaban con rapidez frente a sus ojos. Suspiró quitando la vista de ahí para dirigirla hacia la computadora que tenía enfrente, su misión, investigar una secta religiosa en un pequeño pueblo de España, ya que posiblemente se estuviesen manipulando génes para la creación de un nuevo virus.

Todo aquello comenzó cuando su padre falleció, un militar honorable el cual murió en aquel incidente de Racooncity cuando pidieron refuerzos, hace mucho tiempo la chica llevaba pidiéndole que se retirara y cuando por fin se decidió murió mordido por una de esas malditas mutaciones o lo que fueran, por lo que como su hija decidió vengarse de quien estuviese detrás de todo aquello, así que entrenó en una academia totalmente secreta y allí estaba, apunto de aterrizar en territorio europeo.

Cuando estuvo en tierra aspiro el frío aire, vaya que no se habían equivocado cuando le dijeron que llevara ropa algo cubierta.

- Bien, aquí voy. -Miró su atuendo, pantalones negros ajustados los cuales marcaban sus muslos, una camisa color azul marino acompañada de una cazadora, llevaba sus armas cargadas en los muslos y una correa que le rodeaba las costillas, solo esperaba no quedarse muy rápido sin munición.-

- Thalia, ya sabes que debes hacer. -Le dijo aquel hombre que había estado con ella apoyandola en cada momento a la vez que le extendía el cuchillo de su padre.- Creo que es el momento indicado para que lo tengas, ahora ve, soldado.

Sin contenerse le dio un gran abrazo y partió de allí, un carro la esperaba para adentrarla en el pueblo. Al cabo de unos 20 minutos estaban enfrente de un puente tumbado, salía humo al parecer un accidente. Con precaución se bajó del auto y se aventuró a mirar hacia abajo, dos carros volcados envueltos en llamas, ¿Como pasaría al otro lado? Bingo.

Su hermana, Ada Wong la cual cuando murió su padre desapareció había dejado algo preciado, un garfio con el cual podía balancearse de una lado a otro, era sencillo pues que era ágil y veloz. Con un solo tiro le dio a la rama de un viejo roble y en cuestión de segundos ya estaba al otro lado, le hizo señas al auto para que se fueran de allí pero era tarde, un grupo de personas se encargaron de empujar el auto al abismo, ¿Quienes eran?

Sin detenerse a mirar avanzó hacia una vieja casa, la chimenea estaba encendida y la puerta estaba abierta, un signo de lucha sin duda ya que habían pisadas con sangre. Al entrar pudo ver el cadáver de un anciano, su color de piel era como la de alguien descompuesto hace tiempo pero había muerto recientemente.

- ¿Que pasa aquí? -Susurra para si misma mientras revisa la casa encontrando algo de munición, le venía muy bien.-

Salió de allí rumbo al pueblo notando todo muy callado, cadáveres de aquí allá con tiros en la cabeza, todo era demasiado extraño, pero sus pensamientos quedaron en el aire cuando escuchó más disparos. Corrió lo más que pudo y se escondió tras un árbol, habían muchas personas con hachas y tridentes persiguiendo a un chico de cabellos dorados, el cual dísparaba evitando ser alcanzado. Se quedó allí observando la escena hasta que escuchó el ruido de una cierra, ¡Esa gente estaba loca!, aquel chico moriría. Como pudo se subió a uno de los techos y empezó a disparar desde allí llamando la atención, genial.

Un cuerpo caía tras otro, tenía buena puntería pero las balas se estaban acabando, su desespero aumentó cuando aquel hombre de la sierra iba directo hacia ella pero sintió unos brazos en su cintura la cual la apartaron de allí, y fue cuando la escopeta aturdio el lugar haciendo que el hombre volará en los aires.

- Gracias... -Empezó a decir la chica pero unas campanas la interrumpieron.-

- Es hora de rezar. -Decían las personas mientras caminaban hipnotizadas hacia lo que parecía una iglesia.-

- ¿A donde van? ¿Al bingo? -Dijo el chico que tenía atrás.-

- ¿Que son ellos? -La chica se giró detallando al chico, ojos preciosos, piel suave y cabellos dorados, tenía el físico de un soldado bien entrenado.-

- Eso trato de averiguar. -Dice en tono cortante.-

- Un gracias estaría bien. -Dice la chica algo molesta, le había ayudado a quitarse varios tipos de encima.- Bueno, no importa. -Dijo mientras tomaba su pistola para irse de allí.-

- ¡Espera! -Dijo el chico.- ¿Que haces aquí? -Pregunto mientras la apuntaba con su arma.- ¿Me vigilas? -Inquirio alzando una ceja.-

- Eso quisieras pero no debo darte explicaciones. -Le guiñó un ojo y saco su garfio desapareciendo de allí.- Leon S. Kennedy, agente especial en busca de la hija del presidente. -Leyó en su pequeño aparato de muñeca, tendría compañía.- 

Un Amor Superviviente. (Leon S. Kennedy.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora