AT the doctor's office

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          Dedicada a @Kakure

Jaebum estaba cansado, llevaba todo el día sentado en aquella maldita consulta, y todavía le quedaba hasta las 8:00 de la mañana para terminar su guardia. Im Jaebum era un recién graduado y orgulloso doctor, aunque lo que más odiaba de su profesión era realizar aquellas guardias que le tomaban 24 horas de su vida, no era como si tuviera mucho que hacer en su pequeño departamento, aunque le gustaba mucho estar en la tranquilidad de su hogar, pero era algo que todo médico debía hacer. La señora mayor que cumplía la labor de secretaria de su consulta entró en la oficina luego de despedir a una paciente que solo había ido para pedir unas recetas que le hacían falta y que ya era fija en su consulta, para avisarle de la presencia del ultimo paciente de la tarde y de paso, despedirse ya que su turno ya había terminado. Resignado, se despidió de la secretaria y preparó su mejor sonrisa esperando al nuevo paciente. Cuando este entró, tuvo que llamar a su conciencia y luchar con todas sus fuerzas para no perder la sonrisa y comenzar a babear ante la belleza que acababa de cruzar la puerta. El muchacho se sentó frente a él, en la silla destinada para los pacientes, y él se le quedó mirando por más tiempo del necesario, volviendo a la vida real cuando un carraspeo llegó a sus oídos. Sintiendo un calor inmenso en sus mejillas se disculpó con su nuevo paciente y se dispuso a comenzar la consulta preguntándole sus datos personales, o al menos lo que venía al caso.
Un incómodo Jaebum escuchó los síntomas de Jackson, que era como se llamaba, mientras que miraba de reojo al joven que acompañaba al paciente y que no se había hecho notar hasta el carraspeo más falso que había escuchado en su vida. Casi se ríe en voz alta cuando Jackson dijo que el dolor había ido saltando por todo su cuerpo debido a las casi 3 horas de espera, pero no lo hizo, primero estaba la ética médica y, de todas maneras, cada cuerpo es diferente. Todo parecía indicar que fuera una infección en los riñones, pero de todas maneras aún faltaba un examen físico. Muy respetuoso le dijo a Jackson que fuera hasta donde estaba el sentado y que le diera la espalda. Cuando este llegó a su lado él le dio unos suaves golpes con su puño en la espalda y después lo movió, tal cual muñeco, de un lado a otro preguntándole si le dolía hacer aquellos movimientos. Por último, movió el cuerpo de Jackson hacia adelante encontrándose con su culo en todo su esplendor frente a su cara, lo que hizo que su entrepierna se activara en menos de un segundo. Declarando para sí mismo que esta había sido la consulta más incómoda de su vida, mandó a Jackson a que se volviera a sentar en la silla y le indicó un análisis de orina, que diría la última palabra de si tenía una infección en los riñones o no. Cuando Jackson y su acompañante, porque no se había dignado en preguntar su nombre ya que no venía al caso, salieron de la consulta, volvió a respirar y miró a su entrepierna que seguía despierta, como diciéndole, ¡Hola, aquí estoy yo recordándote que eres un hombre que le gustan los culos de otros hombres como el que acaba de salir!
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A Jackson no le gustaba ir a los hospitales y de no ser porque su mejor amigo Mark lo hubiera arrastrado hacia aquel lugar, en ese momento estuviera acomodado en la tranquilidad de su casa. Ya llevaba varios días con ese dolor en la parte baja de su espalda, pero como siempre lo había dejado pasar. Sin embargo, el dolor que había sentido ese día se había llevado las palmas y sus lágrimas de paso.  Ante esa situación Mark había recogido sus pertenencias y lo había llevado, sin decirle, al hospital. Tuvieron que pasar alrededor de 3 horas para que fuera su turno, y aunque estuvo a varios intentos de escaparse de aquel lugar al sentir el cansancio y hastío de estar sentado en la misma silla, Mark no lo dejó escapar porque ya que estamos aquí es mejor saber qué es lo que tienes. Al fin pudo entrar, luego de aquella señora que se coló en sus narices, porque según ella, solo iba a discutir el medico su diagnóstico. Una señora mayor vestida con el uniforme de enfermera le indicó cual era la consulta a la que debía entrar. Al cruzar la puerta, se encontró con el doctor más sexy que podía haber encontrado en toda su puta vida. El doctor Encanto de Anatomía de Gray se quedaba corto al lado de este. Tenía el cabello castaño, casi oscuro, llevaba anteojos y portaba una sonrisa de Soy Sexy y lo sé. Vaya, el tipo se veía un jugador total, y digamos que esos eran el verdadero tipo de Jackson, sumándole también que se lo estaba comiendo con la mirada. Un carraspeo lo hizo volver a la realidad, y al parecer, también al galeno.
La consulta había pasado lo más normal que pueda pasar una consulta con un doctor, el describiendo lo que sentía y el demasiadosexyparasucontrolmental galeno mirándolo con una expresión neutral. Todo iba muy bien hasta que el doctor lo mandó a poner frente a él y empezó a moverlo de un lado a otro, para luego inclinarlo hacia a delante quedando de cara con su culo. Jackson, ni corto ni perezoso y con ganas de ver que reacción podía causar en el médico, alzó su culo de manera tal que este quedó mucho más cerca de a la cara del que lo revisaba. Y, le gustó lo que causó, y lo que vio. Claramente un doctor incómodo con una erección debajo del pantalón. Por eso, decidió que después de que se hiciera aquel análisis que le había mandado a hacer, volvería al consultorio y ayudaría a bajar lo que había provocado.
- Mark, si quieres ya te puedes ir. – dijo Jackson justo después de salir de la consulta
- No, Jackson yo vine contigo y si ya me he pasado 3 horas aquí, media hora no me va a hacer daño. – le respondió Mark. – Así nos vamos juntos, y te acompaño a tu casa. 
- Mark, a lo mejor me demore para virar, tengo que resolver unos problemas aquí, - dijo Jackson señalando con la cabeza hacia la consulta.
- Tú no cambias. – las cejas de Mark casi tocan su cabello.
- Shhh, no hables más y dale, que seguro YoungJae te está esperando. – respondió dándole la vuelta en su lugar a Mark por los hombros.
Al volver a la consulta, se encontró con una sala de espera vacía, sacó su teléfono para ver la hora, dándose cuenta que eran casi las 8 de la noche. En serio, que se había demorado demasiado en aquel hospital, solamente esperaba que por lo menos, todo tuviera un placentero final.
Se detuvo en frente la puerta de la oficina donde estaba el doctor que lo había atendido antes y dio unos pequeños toques. Una voz casi adormilada le respondió desde el otro lado y el giró la perilla para entrar. Se sentó justo frente al doctor ¿Im?, bueno realmente ni le interesaba el nombre de aquel sexy doctor, puso su mejor, más inocente y preocupada sonrisa, le entregó el resultado de sus análisis.
- ¿Tengo algo malo, doctor? – sonó demasiado inocente y preocupado por su salud
- Bueno, aquí dice que tiene una leve infección en los riñones, por eso es que usted ha sentido el dolor hoy. – escuchó luego de unos segundos de silencio.
- Doctor Im, no me trates de usted, yo soy bastante joven, o ¿es que piensa que me veo viejo? - ¿Qué edad tienes?, yo tengo 25 – habló Jackson cambiando su sonrisa de una tierna e inocente a una coqueta.
- No, no se ve viejo, pero es que por ética y respeto lo debo tratar de usted. – respondió un nervioso Jaebum.
- Olvida la ética y el respeto, aquí estamos solo nosotros dos y nadie se va a enterar lo que pase entre nosotros. – le guiñó un ojo – Por cierto, no me dijiste tu edad.
- 25, tengo 25 años. – carraspeó el galeno
- Oh, ¡tenemos la misma edad! – se emocionó Jackson - ¿y en qué mes naciste? Tal vez seas mi hyung y me gustaría tener un hyung doctor.
- Nací en enero, pero eso no interesa, usted está aquí para saber el resultado de su examen y que yo pueda ponerle un tratamiento para que mejore pronto. – respondió indiferente Jaebum.
- Hyung, no me trates de usted, que eres incluso mayor que yo – respondió como si estuviera triste, a lo que el mayor levantó una ceja – Bueno, está bien, trátame como deseas, pero yo voy a seguir tuteándote. – lo señaló con un dedo
- Bueno, usted presenta una leve pielonefritis.
- ¿Una qué? ¿Eso es grave? ¿Doctor, me estoy muriendo? – Jackson empezaba a hiperventilar y ver su vida en su cabeza como si fuera una película.
- Usted presenta una leve infección en los riñones, que esta se origina principalmente debido a que no se ingiere la cantidad necesaria de agua para el cuerpo. – explicó el mayor.
- Ah, pensé que era algo realmente grave. – suspiró – Ven acá, ¿no podías decirlo así desde el principio? Ya me tenías viendo una película de mi vida y pensando en mi mamá y mi papá.
- Pero, es que se llama así.
- A ustedes los doctores les encanta complicarse la vida con nombres raros. A ver, y que es lo que tengo que hacer para que se me quite esa piefonilitis.
- Pielonefritis. –corrigió Jaebum, a lo que Jackson hizo un gesto de total indiferencia. – Bueno, ahora le voy a recetar unos medicamentos que deberá comprar en la farmacia – hablaba el médico mientras empezaba a escribir en unos papeles que tenía sobre el escritorio. – deberá tomar cefalexina, 1 tableta cada 8 horas durante 7 días y abundante agua.
Al terminar de hablar Jaebum le entregó a Jackson los papeles que había escrito antes, y que resultaron ser la receta para comprar la cefalexina y un método recordándole cada cuanto debería tomarse la pastilla y otros consejos para mejor más pronto. Jackson cogió los papeles, los leyó durante un par de segundos y los puso en la mesa.
- Doctor, y ¿por qué mejor y usted no me da el agua personalmente? – dijo Jackson mientras se acomodaba de pie, con sus manos sobre el escritorio y su cuerpo violando el espacio personal del galeno – Mira, Jaebum, aquí dice que debería ingerir abundante líquido, y yo estoy seguro que tú tienes lo que me hace falta.
- No sé a lo que se refiere. – un nervioso Jaebum intercalaba sus miradas entre la puerta y Jackson.
- Hyung – se pasó la lengua por el labio superior y pudo ver como el aludido seguí con sus ojos el trayecto de esta – nadie tiene porque saber lo que pase en la oficina de un doctor, a no ser que alguien lo diga, y ese alguien no voy a ser yo
- No… no sé a qué te refieres – Jaebum seguía sin estar seguro de nada
- Hyung, no te hagas de rogar, yo sé que tú lo quieres tanto como yo. – Jaebum vio cómo su paciente rodeaba el escritorio y se sentaba sobre este justo a su lado
- ¿Seguro que nadie se va a enterar?, mira que por esto me pueden despedir. – Jackson asintió con la cabeza. – pero, ¿y si después te duele?
- Ya me tomaré las pastillas, agua y haré mucho reposo. Ahora, ven aquí.
Jaebum no pudo pensarlo más, su segundo cerebro estaba ya bastante atento desde la primera vez que Jackson lo había llamado Hyung, porque, aunque era una palabra bastante sencilla, sin mucho significado y que estaba acostumbrado a oír a diario, nunca le había parecido tan sexy como cuando la escuchó de sus labios. Esos labios que parecían hechos por el mismo demonio para mandar su control al mismísimo infierno y que se le antojaban en ese mismo instante.
Eliminó la casi nula distancia que había entre ellos, le atrapó la nuca con una mano y con un movimiento casi violento atacó los labios contrarios en un beso que, desde el principio estaba lleno de lujuria y pasión. Jaebum dominó el beso justo en el momento en que logró ingresar su lengua en la boca contraria. La otra mano como no sabía dónde colocarla, la puso donde mejor se le ocurrió, en la curva del trasero de Jackson. Cuando sus pulmones reclamaron el sagrado oxigeno que necesitaban, cortaron el beso y él pasó a besar el níveo cuello contrario aplicando un poco de fuerza y haciendo una linda marca rojiza en este. Volvieron a besarse, incluso con mayor fuerza de la que habían utilizado en el primer beso. Jackson desesperado, trataba de quitar la bata que llevaba el médico hasta que al fin lo logró. Luego, comenzó a desabotonar la camisa que llevaba, encontrándose con un hermoso six-pack en el cuerpo del contrario. Rompió el beso y bajó a besar el cuello del mayor, después, fue bajando por el cuerpo contrario, dejando cortos besos en este hasta que llegó a la entrepierna, besó el notable bulto, que se encontraba oculto debajo del pantalón, por encima de la tela. Jackson volvió a besar los labios del galeno y mientras lo hacía desabrochó el pantalón de Jaebum e introdujo su mano dentro de este, sintiendo como la erección contraria se hacía más gruesa en su mano. Comenzó un vaivén lento mientras su cuello era atacado por los labios contrarios. Jaebum abrió la camisa del menor y con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha atrapó uno de sus pezones, mientras que aprisionó al otro entre sus labios, para luego juagar con su lengua en este. Al poco tiempo cambió de pezón e hizo lo mismo que había hecho antes. Jackson rompió el contacto entre ellos y se agachó de cara a la entrepierna del mayor, liberó la erección contraria y la atrapó entre sus manos, la observó durante unos escasos segundos para luego darle un corto beso, justo en la cabeza de esta. Repartió cortos besos por toda la extensión del miembro del mayor, hasta que finalmente se lo introdujo en la boca. Comenzó un vaivén muy lento con su cabeza, intentando tragar toda la extensión del mayor en se boca, fallando y eliminando la distancia entre su boca y la base del pene a través de su mano. El movimiento de la cabeza de Jackson iba aumentando a medida que escuchaba los gemidos reprimidos de Jaebum. Dejó ir el pene contrario con un demasiado obsceno “pop” y subió su mirada hasta encontrar los ojos del médico, se paseó su lengua por sus labios y sonrió ladino. Trazó un camino de besos por el cuerpo del más alto hasta llegar nuevamente a la boca, para darle un beso demasiado corto para el gusto de ambos. Se separó silenciosamente y mirándolo a los ojos, abrió su pantalón y lo bajó hasta sus rodillas. Tiró todos los papeles que estaban encima del buró y sentó en este. Estiró el brazo y atrajo a Jaebum hasta su cuerpo. Volvieron a besarse agresivamente y cuando hizo falta el oxígeno volvieron a separarse.
Esta vez Jackson se giró de frente al buró y Jaebum captó la indirecta, buscó en el bolsillo trasero de su pantalón, donde estaba su billetera, y sacó de ahí un paquetico de vaselina y uno de condón. sin cuidado y sin paciencia abrió el paquete de vaselina y untó una parte de este en tres de sus dedos y entre las nalgas de Jackson. Introdujo el dedo medio en la entrada contraria y lo movió lentamente haciéndose espacio dentro del otro, cuando creyó que era suficiente, clavó el dedo índice y primero los movió follándose el agujero del menor y luego simuló unas tijeras, abriéndolos y cerrándolos. Después, metió un tercer dedo moviéndolos todos dentro de Jackson y encontrando el punto dulce de este.
- Másss – gimió entrecortadamente Jackson
Jaebum recuperó el condón que había sido olvidado en un lado del escritorio. Rasgó el envoltorio y lo deslizó por su pene. Cogió en sus manos el paquete de vaselina que había usado previamente y echó lo que quedaba en este en su mano izquierda para luego pasarlo por encima del condón que adornaba su pene. Jaebum alineó su miembro a la entrada de Jackson y fue entrando lentamente en él, siendo recibido por una estrechez exquisita. Esperó unos segundos hasta recibir la señal de que el menor estaba listo. Casi salió por completo del cuerpo, dejando solo dentro de este la cabeza de su miembro y dio una embestida fuerte. Se mantuvo embistiendo al otro en busca de su punto dulce, lo encontró y se dedicó a atacarlo directamente. Jaebum buscó con la mirada la silla en la que había estado sentado durante la consulta y con una mano la atrajo hacia ellos. Salió por completo del menor y se sentó en la ella. Jackson desorientado miró hacia atrás buscando a su amante y al encontrarlo sentado en la silla se acercó a él, le dio un beso lleno de lujuria y después se sentó lentamente sobre Jaebum, autopenetrándose. Esperó unos segundos y comenzó a moverse, poniendo él el ritmo de las embestidas y recibiendo unos gruñidos/gemidos bajos y un apretón en sus caderas. Se movió buscando su punto dulce hasta que lo encontró y se mantuvo dando en ese lugar. Buscó su desatendida erección y comenzó a masturbarse, Jaebum apartó la mano del menor y atrapó el miembro ajeno, masturbándolo al mismo ritmo de las embestidas. 
- Me corro – informó Jackson entrecortadamente
- Juntos, vamos a hacerlos juntos – gruñó Jaebum
Jackson se dejó ir en su mano manchando su pecho y Jaebum se vino dentro del condón y dejó un beso en la nuca del menor antes de darle unos suaves golpes en la cadera para hacerle seña que se levantara para así salir de su interior. El menor se alejó, se subió los pantalones y buscó su camisa, la que no sabía en qué momento se la había quitado, y se la puso.  Miró al doctor de una forma incómoda, sabía que ya era el momento de irse, pero sentía que faltaba algo, se acercó a él lentamente y cuando iba a darle un beso de despedida, unos toques apresurados se escucharon desde la puerta y después apareció otro doctor asomado por esta.
- Jaebum, en 5 minutos viene un accidente masivo y necesitamos tu presencia. ¿Ya terminaste la consulta? – oyó decir 
- Sí, ya voy. – respondió Jaebum y la puerta se volvió a cerrar.
- Bueno, ya es hora de irme. Gracias por todo. – se oyó decir Jackson
- Sí, creo que ya tienes que irte. – dijo el médico – Acuérdate de tomarte los medicamentos.
- Está bien. – Jackson se dirigió a la salida.
- Si necesitas algo puedes volver cuando quieras. – Jaebum caminó hasta donde estaba el menor. – Jackson, yo salgo mañana por la mañana, si estas libre, podemos encontrarnos a las 7 de la noche en el restaurante que está a unas cuadras de aquí. Digo, si quieres.
- Claro – el menor asintió con la cabeza sonriendo – Suena como una cita, nos vemos mañana.
Ambos salieron de la consulta y caminaron por el pasillo que los dirigía a la salida. Justo en el punto que sus caminos se separaban, Jaebum miró a ambos lados y le dio un pico fugaz en los labios. En ese momento, se escucharon las sirenas de las ambulancias que traían a los heridos del accidente. Jackson caminó hasta la puerta y justo antes de salir, se giró a ver al mayor, se despidió con la mano y dijo casi en mudo, para que el otro leyera en sus labios, “Nos vemos mañana”.

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Bueno, espero que les haya gustado este fic, q tardé casi 3 meses en terminar y q publiqué 2 meses después de que fuera el cumple de mi donseng Kaku. Mianhae, sabes q me costó terminarlo, pero bueno, más vale tarde que nunca, y q siempre lo q cuenta es la intención.
Si les gustó, dejenme un comentario o un voto, q eso me ayuda a seguir escribiendo y me alegra la vida. Bye! YAOI IS LIFE!!! 💑

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