Cuidando de ti. 《WinYu》

Parte única.

SiCheng gruñó cuando lo primero que hizo al pasearse por el campus fue observar a esos cinco chicos rodear al bonito chico que se encargaba de seguirlo a todas partes. No podía escuchar lo que decían pero por como temblaba la sonrisa de Yuta sobre sus labios sabía que no eran cosas buenas, y juraba al observar la escena que iba a matar a todos esos hijos de puta sino se alejaban de su chico en ese mismo instante.

¿Mi chico? –se cuestionó y luego sacudió su cabeza, no era momento para preguntas que hasta el momento no tenían o él no quería darles respuesta.

Se acercó al grupo de chicos que rodeaban al japonés mientras todos los recuerdos con el más pequeño llegaban a su mente, el cómo llegó a hablarle de la nada porque le parecía un chico lindo y no había podido guardárselo al verlo tan solo por Wow, cómo eres tan lindo y estás solo, y cuando SiCheng observó los bonitos ojos del japonés aguarse mientras bajaba su cabeza se cuestionó algo también. ¿Cómo alguien podía hacer llorar a ese ángel?

—Bien, es suficiente. –SiCheng habló demandante y tomó a Yuta de la mano colocándolo tras su espalda casi al instante, el mayor aferró sus manos en la chaqueta de SiCheng que sintió su mandíbula endurecer al pensar en las cosas horribles que habrían dicho para ponerlo así.

—¿Ahora eres príncipe de cuento? Siempre creímos que serías la princesa, pero es que con este pequeño marica hasta te has encariñado como para querer cojértelo –un puñetazo en el rostro de DongHo evitó que su estúpido discurso continuara, el acosador estaba tirado en el suelo quejándose mientras una fina línea de sangre corría por la comisura de su labio hasta su barbilla.

—No estoy para habladurías estúpidas, ustedes me tienen completamente harto. Yuta no está solo y me harté de que se acerquen a insultarlo como si él fuese menos. –SiCheng lucía imperturbable pero la vena en su frente amenazaba con salirse, decir que estaba cabreado era quedarse corto, la rabia que sentía no podía ni siquiera explicarse. —Son unos malditos cobardes, ¿Atacar cinco personas a un chico solo que no podría defenderse de tantos acosadores? Además en un lugar solo donde nadie pueda verlos, son una completa mierda. No se vuelvan a acercar a Yuta sino quieren que esto acabe peor.

—So-Somos cinco y ustedes solo dos. –uno de los chicos que se habían quedado estáticos ante la aparición de SiCheng habló con la frente en alto aunque su voz tembló al pronunciar esa frase por como la oscura mirada del chino lo atravesaba.

—Ellos tampoco están solos, a parte de cobardes son bastante idiotas por lo que veo. –Jung YoonOh apareció junto a Qian Kun, John Seo y Wong YukHei. Los últimos dos tipos podían fácilmente llegar a pasar los dos metros haciendo que los cinco chicos temblaran en su lugar, DongHo aún con la frente en alto pero los huevos perdidos en alguna parte.

—Está es la parte donde ustedes salen corriendo. Ah, y no vuelven a acercarse a SiCheng o al pequeño Yuta. –Seo sonrió y tan rápido como esa sonrisa apareció se fue dejando en cambio una mueca de completa seriedad.

No estaban jugando.

YoonOh era como su cuñado, DoYoung era como su hermano y sabía que después de esto le bajaría el cielo al chico de bonitos hoyuelos.

—Ok, boys. As you want... –los acosadores no entendieron la frase de YukHei pero al momento en que el chino se quitó su chaqueta dejándola en el suelo, el grupo de idiotas ni siquiera tuvo que pensarlo cuando huyó de ahí. YukHei rió al verlos huir despavoridos y les guiñó un ojo a los presentes. —Ese es el gancho, próximo cuñado. Do you see it? –YukHei sonrió hacia Kun que rodó sus ojos.

—Lo único que veo es como tu oportunidad de estar con mi hermano se va desvaneciendo conforme hablas, YukHei.

SiCheng olvidó todo lo que tenía a su alrededor cuando los brazos de Yuta rodearon su cintura con fuerza y su cabeza se hundía en sus omóplatos.