Capítulo 13.

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Estaba enojada de tener que quedarse en cama y no poder ver todo el dolor que le causaba a Taemin ser castigado, y hubiera querido que Min Ho al fin se deshiciera del esclavo, la muerte de su bebé era más que razón suficiente para pedir su vida a cambio, pero no era tan fácil hacer al conde ceder, y por eso tuvo que conformarse con que lo azotaran, dejando que Na Yeon se convirtiera en sus ojos en aquel castigo, aunque ella seguía deseando haberlo visto o ser quien lo castigara.

La puerta se abrió y vio a Na Yeon entrar, la mujer tenía una expresión que le decía que las cosas habían salido bien, y que hizo sonreír a la condesa, porque después de todo había logrado algo con aquel plan maquinado entre su nana y ella, aunque no todo era como quiso, sólo esperaba que eso le dejara claro a Taemin que al final ella siempre ganaría, porque Min Ho era su esposo, y no quería compartirlo.

—El conde azotó veinte veces a ese esclavo —habló con desprecio Na Yeon.

—¿Sólo veinte? —su sonrisa se borró —¿es lo que Min Ho cree que vale la vida de su hijo?

—Mi Señora —Na Yeon se acercó a la cama —el conde iba a azotarlo diez veces, pero... —ella sonrió —logré convencerlo de que fueran veinte.

»La espalda del esclavo parecía que no podía recibir un azote más.

—No entiendo la razón de que Min Ho no lo matara —su voz se endureció —no fue nada fácil manchar el vestido con sangre de animal para que pareciera que perdí un bebé.

Porque había sido idea de Na Yeon fingir que esperaba un bebé, e incluso estaba dispuesta a aceptar a otro hombre en su cama para tener a ese bebé que ella juraba crecía en su vientre, pero que hasta el momento no había llegado, y de lo que ella seguía culpando que era culpa al conde de no poder embarazarse porque había visitado muy poco su alcoba.

A pesar de que la idea inicial fue meter a otro hombre en su cama, ella había ido a la curandera del pueblo, siendo tan difícil no ser reconocida, y esperaba que ella tuviera algo para que Min Ho se enamorara de ella, o para hacer que visitara más seguido su alcoba, pero la mujer decía no hacer ese tipo de trabajos, ella sólo daba medicina cuando el doctor no podía encontrar el mal que aquejaba a las personas, como lo fue con ella, porque la curandera había hablado de su aura, de lo imposible que era para ella tener hijo y que cambió todo pensamiento de tener un bebé de otro para poder retener a Min Ho a su lado, y la única opción que tenía era deshacerse de Taemin.

—Mi Señora —acarició el cabello de Jung Soo —ya encontraremos la manera de deshacernos definitivamente de ese esclavo.

Porque Jung Soo tampoco quería verse como culpable si lo mataba ella, no cuando sería la principal sospechosa, quería que todos creyera que ese esclavo tenía su merecida muerte.

Hubo unos suaves golpes en la puerta y Na Yeon se levantó a abrirla, viendo a un hombre y una mujer desconocidos, así como detrás de ellos estaba Min Ho, quien tenía su rostro serio, pero lo hinchado y rojos que estaban decía que antes estuvo llorando.

—El doctor y la partera revisarán a la condesa —dijo Min Ho.

El rostro de Na Yeon y Jung Soo palideció ante la noticia, ya que ellas no habían contado con aquello, porque pensaron que Min Ho iba a conformarse con que fuera la nana de la condesa quien dijera que perdió al bebé, sin embargo, ahí estaba el médico del pueblo y una partera, quienes eran la mejor forma de confirmar lo sucedido el día anterior.

—M-Mi Señor —Na Yeon intentó hablar —n-no creo que...

—La condesa necesita ser revisada —la voz de la madre de Min Ho llegó desde un costado —por favor, permitid que el doctor y la partera la revisen.

Prometo amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora