Legado

Capítulo 36: Un verdadero Dios asciende

DISCLAIMER: NO SOY DUEÑO DE NARUTO, HINATA SÍ.

¿Qué es un Dios? ¿Es un ser inmortal? Si eso es cierto, entonces podría decirse que cierto tipo de medusa podría ser considerada un Dios porque tiene el potencial para la inmortalidad. ¿Es un ser que lo sabe todo? Si eso es cierto, entonces los miembros del Clan Yamanaka pueden ser considerados dioses ya que tienen la habilidad de leer pensamientos y controlar las acciones de otros. ¿Es un ser que puede dar y quitar vida a capricho? Si eso es cierto, entonces Pain podría ser considerado un Dios porque puede dar vida a aquellos que han muerto recientemente. ¿Es alguien que puede estar en todo lugar a la vez? Si eso es cierto, entonces Naruto podría ser considerado un Dios usando sus clones y el Hirashin.

Existen diferentes religiones a lo ancho del mundo, pero en la nuestra un Dios es considerado alguien que puede estar en todos lados, que es omnipotente, que sabe todo, incluyendo los pensamientos de las personas, omnisciente y finalmente alguien que es todopoderoso. Con esos tres requisitos puede hacer lo que le plazca. Ahora... Naruto está a punto de alcanzar eso.

## Tierra del Hierro ##

Dos años habían pasado desde que Naruto, Gaara y Jiraiya habían dejado Konoha en su viaje de entrenamiento. Hyuuga Hinata se les había unido hace poco ya que había finalizado su entrenamiento con Senju Tsunade antes de lo previsto. Hinata era un verdadero prodigio en la medicina, pero también en sus aplicaciones en el combate. Armada con su Byakugan, podía diagnosticar al instante cualquier herida o enfermedad que alguien padeciera.

Sus ojos parecían mejorar su control de chakra más allá del estándar de un shinobi ordinario. Su control de chakra y sus reservas estaban a la par de los de Tsunade, así como su conocimiento médico y fuerza bruta. Había recibido el Contrato de las Babosas de Tsunade ya que no tenía a nadie a quién dárselo, haciendo a Hinata la heredera y aprendiz de Tsunade.

Hinata había sobrepasado a Anko y Shizune en la creación de venenos. No era una gran sorpresa cuando crecías con un conejillo de indias en el cual podías probar todos tus venenos. El hecho de que el conejillo no muriera era una solo una ventaja. Naruto le agradecía a las deidades cuando notó que Hinata seguía siendo la dulce y amorosa muchacha que conocía incluso luego de entrenar con Anko. Naruto temblaba al pensar en la posibilidad de vivir con una Hinata 'estilo Anko'.

Naruto y Gaara habían avanzado con Jiraiya como maestro. Naruto podía superar a Jiraiya en términos de poder puro, pero no tenía el refinamiento necesario en otras áreas. Es por lo que a veces tomaban algunas misiones para poder obtener experiencia.

Actualmente se acerca el amanecer y Naruto, de dieciséis años (casi diecisiete), está caminando hacia el hotel en el que se hospedan luego de otro día de entrenamiento.

"Estoy en casa" dijo Naruto con una voz cansada. Hinata desvió la mirada de sus notas. Lo primero que se podía apreciar de los cambios de Hinata sería el diamante morado en el medio de su frente.

Hinata había crecido para convertirse en una mujer muy hermosa. Medía alrededor de 170cm y tenía una figura digna de una diosa. Tenía largas y tonificadas piernas, piel tersa y un busto bien desarrollado, alrededor de copa D en tamaño. Hinata había conservado su peinado al estilo hime, pero ahora su cabello le llegaba a la cintura. Los cortos mechones que encuadraban su cara permanecían, pero ahora le llegaban a los hombros. Ahora llevaba un atuendo que consistía en una chamarra de color blanco y azul con mangas largas, y bastante holgada, debajo traía una armadura de red y pantalones negros, así como sandalias del mismo color. La parte trasera de la chamarra tenía el símbolo del Yin Yang.

"¿Te sientes bien, Naruto-kun?" preguntó Hinata preocupada. Mientras que Naruto no mostraba signos externos de tener una enfermedad, ella era un médico entrenado y podía ver con facilidad que se sentía ligeramente mal.