V e i n t e

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" Se acababan de conocer, pero sus ojos se miraban como si ya se quisieran ".

Y estás ahí, entre mis ganas de arriesgarme  y el miedo de enamorarme.

Y estás ahí, entre mis ganas de arriesgarme  y el miedo de enamorarme

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Yumi's POV.


— ¡Solo deja de ser tan molesta! ¡Y tan! T-tan...

— ¿Tan? — fruncí el entrecejo y Carolina volteó los ojos bufando molesta. Muy molesta.

— Tan inmadura y estúpida. — soltó con grande alivio y una sonrisita molesta se formó en sus labios.

Pero yo.. Yo ya me enamoré del ruloso, genial, vaya lio.

— Para que lo sepas, todo lo que acabas de gritonear. — ma miré molesta — Es lo que TÚ eres. — mi voz se quebró y mis piernas comenzaron a temblar. Y aquí viene la parte en la que no lloro por tristeza, sino por coraje, rabia y ganas de matar a alguien y no poder.

— ¿Siempre eres débil? — solo quería arrancar su cabello y hacer un fascinante trapeador para limpiar los orines de cualquier extraño animal, cómo un perro o un chango, quizá.

— ¿Siempre eres tan hipócrita? — crucé mis brazos.

— A decir verdad, sí. — sonrió un segundo para luego regresar a su estúpida cara de perra orgullosa.

— Mal por ti, con esa persona. — camine dos pasos hacía ella, lo suficiente para poder golpear su cara. — esa horrible y asquerosa persona. — la fulmine de arriba a abajo. — Ni en un año, lograrás ser la chica que Wolfhard quisiera. Que lastima. — le crucé por un lado y salí de su casa.

Si si, aquí es la parte en la que se preguntan, ¿que hacías en su casa? Dignidad al suelo. Mi querida yo quería una falsa disculpa por enamorarse del ruloso de labios lindos, pero salí peor a cuando nací.

[🌧]

Es octubre. La lluvia, la nieve y el frío se presentan casi siempre, a decir verdad es mi parte favorita de la vida.

— ¡Oye! Fea. — el ruloso detrás de mi.

— Oye, tú. — respondí casi sin ganas.

— Me he encontrado a Carolina. — tragó saliva. Fruncí el ceño y presté más atención a lo que este diría. — Y dijo que hace una semana se pelearon. — dijo. — ¡A palabras! Casi a golpes, según ella. — comentó

— ¿Que más? — comencé a caminar y este caminó a mi lado para continuar con la conversación.

— Yumi. No te lo vas a creer. — seguí caminando, creyendo que lo que iba a decir era algo aún más estúpido que nuestras platicas anteriores. — ¡Soñé que era una bola de nieve y un puerco gigante me comía! — dije riendo.

— Me besó. — pare de caminar con lentitud. — es decir, nos besamos. No pude separarme, ella me besó llorando, de cierto modo sentí lastima.

Y fué ahí, donde recordé lo que nos habíamos dicho, que nuestros labios se abrazarían para estar juntos y jamás separarse, por un momento ese fuerte deseo desapareció, desapareció para no volver.

— ¿Lastima? ¿Por sus lagrimas? — retrocedí y camine hacía él. — Yo te puedo explicar, Yumi. — habló.

— ¿Si alguien te besa por qué no llorar? Yo lo haría, Finn. — mi voz se quebró, y podía jurar que esta vez había tristeza, y la rabia había aumentado. — ¡Vamos! Es una estúpida fan traumada con arruinar mi vida, que cada día me recuerda lo mierda que soy, y tú.. — dejé caer mis brazos. — ¿Tú sientes lastima por alguien que me odia? — pregunté con la cabeza ladeada y una lagrima cayó hasta el suelo, Finn la miró e intento acercarse, pero como es obvio. Retrocedí de inmediato.

— Las cosas no son así, yo no la quiero.

— La besaste.

— No la quiero, Yumi. — repitió un tanto dolido

— ¡La besaste!

— Yumi, yo..

— ¿Tú? ¿Tú qué? — pregunté esperando respuesta, este solo tragó saliva y tallo sus ojos. — Genial, lo sabía. — sonreí dolida y comencé a caminar de vuelta a casa.

— ¡Yo te amo! Yo te amo Yumi. — gritó a mis espaldas, y todas las personas que se encontraban en la calle voltearon un tanto sorprendidas.

"ςυαиdσ тє мιяé" -fιии ωσℓfнαяdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora