Lost my way ›› myg.

Eterno.

Min Yoongi la miraba como si ella no estuviera al tanto de su presencia, para él, tan solo mirarla era una de las cosas más hermosas y significativas en su vida. Con tal solo observar sus movimientos se sentía en paz, seguro y amado.
Ella siempre le decía que si necesitaba algo, desde un consejo hasta una caricia, estaría dispuesta y disponible para él.
Los ojos de Yoongi se empezaron a humedecer, pero ella no lo notaba, ¿porque le era indiferente cuando dijo que siempre estaría a su disposición?
Quiso acercase, tan solo unos metros los separaba, pero dudo. Tal vez la podía desconcentrar, se la veía muy involucrada en su trabajo.
Miro por la ventanas y vio como las hojas del otoño iban de un lado a otro, como si estuviesen bailando, una imagen vino a su mente.

Era septiembre, la primavera se hacía presente, el calor del sol golpeaba sus pieles, eran los primeros calores de la época.

- Yoongi, ¿podemos sentarnos? Estoy cansada de tanto caminar. - La bella chica de cabello cobrizo se sentó en una banca, debajo de un árbol, Min Yoongi no dudó en tomar lugar junto a ella.

- Soojin, falta poco para llegar, ¿tus piernitas no aguantan diez minutos más? - Yoongi mostró sus encías en una sonrisa y tocó una de las piernas de su acompañante y esta suspiró.

- Cinco minutos de descanso. - Pidió como una niña pequeña que quería un helado y les rogaba a sus padres. Yoongi no pudo evitar que su corazón comenzará a palpitar con rapidez a causa de su ternura.

- Está bien, iré a buscar una botella con agua fresca al puesto de allí. - Señalo con un movimiento de cabeza y Soojin asintió con una sonrisa.
Yoongi comenzó a caminar hasta toparse con el hombre que vendía los refrescos y le compro dos aguas. Cuando se dio la vuelta para caminar en la dirección de la que venía, pudo notar a la chica jugando con un pequeño animalito que se había acercado a ella. A ambos se los veía muy cómodos, y Min Yoongi se sintió en el cielo.

- Creo que te hiciste un nuevo amigo. - Habló entregandole el agua.

- Muchas gracias. - Sonrió y llevo la botella a sus labios para tomar un poco de su contenido y volver a cerrarla. - Se acercó a mí, y bueno, es muy lindo, no podía espantarlo. - El pequeño gatito grisáceo se dejaba acariciar por Soojin como si la conociera de toda la vida. - ¿Podríamos...? - Yoongi la interrumpió.

- No, no, debemos seguir el camino, y tal vez se asuste por el agua. - Iban a ir a orillas del lago, el gato podría ahogarse o asustarse por él acumulamiento de agua.

- Son leyendas urbanas, no todos los gatos le tienen miedo al agua. - Se levantó y miro al gatito quién esperaba más caricias. - Lo siento pequeño, él es quien no te quiere llevar. - Se inclinó, doblando sus rodillas para estar más cerca del animal y acariciarlo por última vez. - Prometo volver por este lugar así te vuelvo a ver.

- Lo haremos, ahora vamos. - Yoongi tomó su mano para comenzar a caminar juntos nuevamente. Durante todo el camino, Soojin estuvo tarareando una melodía, y Yoongi no pudo evitar sentirse deleitado con ese simple gesto. Al llegar al lago, no había mucha gente, el atardecer había comenzado a aparecer, y las personas habían empezado a irse.

- ¿Esta bien si nos sentamos aquí? - Señaló Yoongi sacando una manta para poder estirarla en el césped, cerca del árbol.

- Está muy bien. - Sonrió la chica y se sentó cuando finalmente la manta estaba colocada.- ¿Tienes mí cuaderno? - Preguntó con una delicada sonrisa. Min no tardó en sacar las cosas de Soojin y entregárselas.- Gracias Min Yoongi.

- ¿Siempre debes decir mi nombré completo? - Tomó asiento junto a ella, y saco su cuaderno de notas, apoyando su espalda en el tronco del árbol.