La bestia (AU) [Editando]

Capítulo único

Stiles nunca ha creído en lo esotérico, es absurdo para él creer que algo como un vampiro, un hombre lobo o el monstruo de Frankenstein pueda existir en la misma línea temporal que la suya, aunque puede creer en los aliens y en los ilumitani, pero eso sigue siendo incluso más probable que pensar en un súper Edward Cullen o acaso ¿Alguien podría creer que existe otro alguien con la habilidad de ser inmortal? No, Stiles prefiere creer que todos esos "monstruos" son producto de los experimentos y de malas enfermedades que muy poco conocen.

Sin embargo Stiles siempre fue muy listo para compararse con los otros de su clase, por ello cuando Scott llego muy emocionado aquel viernes por la madrugada a la escuela no le hizo gracia la incredulidad de su amigo ante un cartel que había arrancado de algún poste del pueblo.

—¡Es un show de fenómenos! —dijo tan emocionado que Stiles tuvo que fruncir la nariz y con el rostro todo iluminado de Scott por las cosas raras que podían encontrar ahí, realmente le sorprende seguir mirando con total claridad.

—Son ilegales Scott —gimió como si eso fuera lo más obvio que pudiera hacer—. Además son inmorales.

La expresión de su único amigo cambio en un instante, sus pobladas cejas se fruncieron de tal manera que le pareció que tenía solo una, pero solo era Scott haciendo un ridículo berrinche.

Su amigo metió el folleto en su mochila y se acomodó para pasar el tirante por su otro hombro, como si hubiera entendido que Stiles no quería hablar más de ello y que tendría que convencerlo más tarde. Pero ¿cuándo ocurría eso en una amistad como la de ellos dos?

—¿Me estás diciendo de ilegalidad y moralidad cuando me has obligado a investigar asesinatos que ni son de aquí? —el susurro fue como un golpe directo a la boca de su estómago.

—Touché —Stiles dejo un libro en su casillero antes de cerrarlo, miro a su amigo con el ceño ligeramente fruncido igual que el de Scott y pensó que seguía siendo malo ir a una función de un circo extraño que exhibía a "fenómenos" aunque solo eran personas con enfermedades y mal maquillaje, como el circo de las mariposas y todo eso que la historia le ha relatado desde que supo usar internet y leer—. No lo sé Scott... puede ser... incluso peligroso.

—Todos van a ir —se justificó de inmediato como si supiera que había obtenido una flaquees de parte de su amigo, un empujoncito más y estarían esa noche yendo a una carpa con otros adolescentes que aún no saben el peso de lo que es burlarse de algo que no conocen—. Escuche que incluso Lydia Martín irá —esa mañana incluso el nombre de Lydia no le movía la conciencia, alzo una ceja esperando una mejor oferta—. Mira, si se ve muy feo, nos vamos de inmediato. ¿Vale?

Stiles lo pensó un momento... nunca le habían gustado los circos, los lugares siempre eran muy pequeños como para que sus asistentes olvidarán lo que se siente ser libre, alguna vez recuerda que un pervertido trato de acariciarle el muslo mientras él bebía de su soda en un enorme vaso desechable, su padre se dio cuenta de inmediato y hasta donde sabe el hombre pago una cuantiosa multa con trabajo comunitario. También el olor que se encerraba era mareante, las palomitas de mantequilla, los desperdicios de algún algodón de azúcar, los propios desechos de los animales sin contar los olores de los otros humanos era agobiador e incluso nauseabundo. Stiles no soportaba el circo, uno de "fenómenos" incluso sonaba peor.

Pero no puede negarse que la aventura y el peligro lo llamaban siempre con las peores decisiones que un niño de dieciséis pueda tomar. La promesa de que se irán antes de que algo realmente chungo ocurra es tentadora y Stiles no puede evitar asentir luego de pensarlo mucho y antes de que la campana sonará para anunciar la primera clase.

—Está bien —exhalo antes de acomodar su mochila por detrás de la espalda, con una sonrisa somnolienta y los ojos ligeramente cerrados, como si estuviese en una clase de trance psicodélico—. Tú invitas las palomitas.