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Frank Longbottom Abbott

-Habían pasado unos días desde que regresó a casa luego de estar casi un año completo en la academia de Aurores y aburrido como estaba parecía interesante visitar aquel lugar tan cerca del Caldero Chorreante, así que sin pensarlo demasiado salió de su habitación y bajó las escaleras para dirigirse al callejón Diagon, luego de golpear los ladrillos entró aquel sitio comenzando a recorrerlo observando los escaparates, deteniéndose frente a la tienda de artículos para el Quidditch unos instantes para luego desviar su mirada unos metros reconociendo a una chica pelirroja- ¿Molly? -murmuró observándola-

Molly Weasley II

Aun que aún faltaba más de un mes para el regreso a clases Molly se había dirigido al Callejón Diagon aquella tarde para comprar el material que iba a utilizar en su último año en Hogwarts. La mayoría de los libros y utensilios ya los tenía, pues los había comprado usados a su prima Victoire, en cambio necesita una túnica y capa nuevas.

Se había aventurado en las tiendas sin evitar querer tener un poco más de capital para comprar todo lo que veía, pues en aquella temporada las tiendas aprovechaban y se surtían de todo dejando mucho de dónde escoger. 

En el boticario recogió algunos encargos de su padre, mientras que pasaba junto a la vitrina de la escobas para quidditch no evitó ver el nuevo modelo: la barredora 5.000. Era tan majestuosa como sus primos le habían dicho e incluso ella quiso tener una, suspiró con desdé y dio algunos pasos entre la multitud. A lo lejos escuchó su nombre ¿Se dirigían a ella o a otra Molly? Estiró el cuello y observó a los lados, no reconocía nadie hasta que se dio media vuelta: alto, cabello castaño y cabello un poco revuelto. La pelirroja sonrió y se acercó al chico —Hey — se trataba de Frank Longbottom, Molly se acercó a su mejilla y le plantó un beso como saludo — Hasta que a uno se le hace verte ¿Cómo has estado?

  

Frank Longbottom Abbott

 -Sonrió al instante con ese ligero aire de diversión que solía estar presente en él la mayoría del tiempo - Hola -murmuró luego observando a la chica manteniendo esa ligera pero cálida sonrisa en sus labios- Sí, ha pasado mucho tiempo. Bastante bien, gracias. Un tanto relajado libre de los deberes de la Academia de Aurores no sé si Alice habrá comentado al respecto, le mandé demasiadas cartas a mi pequeña hermana sobre lo genial que era todo -murmuró al tiempo que colocaba una de sus manos en el bolsillo derecho de sus jeans- Y ¿Qué tal tú, Molly? ¿Cómo has estado? -musitó alzando las cejas levemente-

  

Molly Weasley II

 La pelirroja escuchó apacible al castaño. Le alegraba que le fuera bien y que la haya pasado, al parecer, de igual manera. Molly le regresó la mayoría de las sonrisas y antes de pronunciar si quiera una palabra, agachó la cabeza para luego agregar.

—Qué bien que la estés pasando muy bien, y sí; me he topado con Alice en la Madriguera, me ha contado que es tu último año ¿no es así? — se llevó las manos detrás de la espalda mientras su pie izquierdo acariciaba el tobillo del derecho — A mi todavía me falta un año en Hogwarts, seguramente se pasará todo muy rápido; me gustaría ser auror como tú, pero creo que mejor seré curandera o me dedicaré a estudios muggles — desvió la mirada sobre el hombro del chico — ¿no te sorprende lo que crean sin necesidad de la magia? Vaya que se les debe reconocer todo el mérito; aun que bueno... aún estoy indecisa con respecto a mi futuro, espero que todo se esclarezca con el regreso a clases — encogió un hombro con confianza —¿Qué te trae por acá?

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