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La joven rubia jadeaba poniendo su mano sobre su pecho tratando de recuperarse de tanta agitación. Ella ya había pasado por todas parte en donde él se podría encontrar, pero parece que se lo hubiese tragado la tierra, o mas bien, se lo hubiesen llevado las nubes.

–Frente de marquesina, ¿Has visto a Shikamaru?– la pelirosa se dio la vuelta con cara de pocos amigos.
–Callate, Ino-puerca. Sobre Shikamaru, no lo he visto–
–Lo he buscado por todas partes, en el edificio del hokage, en la entrada de la aldea, en la casa de Chouji, y nada–
–¿Has buscado en su casa?–
Ino se quedo mirando fijamente a Sakura
–No lo has hecho ¿verdad?– Sakura se ríe por la situación y pone una mano sobre el hombro de su amiga-ex-rival.
Ino abre los ojos como si hubiese descubierto que la tierra no es plana –Me voy. Nos vemos luego, Sakura

La rubia se dirigió a la casa de Shikamaru, que quedaba no muy lejos de allí. Al llegar tocó la puerta, pero nadie respondía

–¡Shikamaru!– gritó hacia arriba, quizás estaba en su habitación.

Unas pequeñas gotas comenzaron a caerle a la chica, llovizna, dijo para si misma.

Volvió a tocar con fuerza la puerta, pero nada.
–Shikamaru siempre deja abierta la puerta de atrás– recordó

Se dirigió y para su suerte, si estaba abierta. Entró a la casa de manera sigilosa hasta llegar a la habitación del pelinegro.
Tampoco había nadie, pero la puerta que daba a la terraza estaba abierta.
Con la respiración entrecortada u dificultosa sin ninguna aparente razón, Ino subió hasta la terraza y ahí estaba él.

–Shikamaru, te estaba llamando, ¿no me escuchaste?–
–¿Sueles entrar a casas ajenas así como así? Eres muy problemática.– le dijo Shikamaru con los ojos cerrado y las piernas cruzadas, estaba acostado en el suelo y pequeñas gotitas le caían en su blanquesina cara.

–Tenemos que hablar– 
–¿Sobre? Nosotros no tenemos nada que hablar – le contesta el pelinegro
–Sabes que si, Chouji también pregunta cómo y dónde estás, desapareciste de la nada–
–Hoy las nubes están grises, debe ser por alguna razón–
–No me cambies de tema– uno se acerca a al pelinegro –Shikamaru, yo...–
–Hablemos adentro– sentencia él interrumpiendola.
Se levanta del suelo y los dos se dirigen a la habitación de Shikamaru.
Se quedan ahí, parados, mirándose a los ojos.
–Shikamaru, yo lo siento– a la joven se le quiebra un poco la voz.
–No te disculpes, no eres cumpable de nada–
–Y-yo lo si-siento mucho. Con lo de-e Sai y no sa-sabia lo que-e tu sentías por m-mi- un nudo se apodera de la garganta de ella y unas pequeñas lágrimas salen de sus ojos.
Shikamaru limpia las lágrimas con sus pulgares –Ya te dije que no te disculpes, Ino–

Aún así Ino no deja de llorar, Shikamaru acerca su cara a la de ella y besa sus lágrimas. Ino no se resiste y él sigue bajando con sus besos hasta la comisura de sus labios, mira los ojos celestes de su compañera y acerca su boca a la suya en un tierno beso, que luego se transformó en uno fogoso por la necesidad que tenían uno por el otro.

  ••••••••••••[POV INO] ••••••••••

Sin darme cuenta mi espalda tocó la pared y entonces él presionó su cuerpo contra el mío.  Sus labios se movían con desesperación mientras que sus manos ansiaban recorrer otros caminos. Yo tomé la iniciativa, metí mis manos dentro de su playera tocando su piel.

Nuestras respiraciones se agitaron, nuestros pechos subían y bajaban rápidamente.  Sus manos encontraron el limite de mi blusa y empezaron a levantarla para quitármela.  Hice lo mismo con él; tiré su playera y recorrí su pecho con mis manos, acariciando todo para después besar su cuello y bajar lentamente por su pecho mientras lo escuchaba respirar profundamente.

—Espera —me dijo y me detuvo. Me tomó de la cadera y me llevó hasta la cama.

—Recuéstate —me pidió y yo obedecí. Sentí sus labios en mi estómago. Estaba desabrochando mi pantalón mientras sus labios subían un poco para después bajar mientras el quitaba mi pantalón.

Estaba al borde de la locura.

—Shikamaru —lo llamé mientras me incorporaba. Ya se había quitado el pantalón y sus boxers.

—Shh —me silenció para después besarme.

Sus manos pasaron a mi espalda para quitarme el sostén; no paso mucho tiempo para que ambos estuviéramos completamente desnudos.

Me tomó de la cadera y me pegó más a él, sintiendo el roce de nuestras intimidades provocando que suspirara. Sus labios se posaron en mi cuello, mordiéndolo suavemente. Aferré mis manos a su espalda mientras sentía como dejaba un camino de besos húmedos por mi piel.
Tomó entre sus manos mis pechos, presionando suave y haciendo que se endurecieran un poco. Respingué ante el acto. Continuó estimulándolos mientras me besaba. Estaba provocándome, pero ya lo había hecho. Así que bajé mis manos por su espalda acariciando cada músculo, pasando por su vientre para tomar su miembro.

Suspiró pesadamente cuando lo tomé. Sonreí entre sus labios al momento que lo estimulaba yo a él. Ambos habíamos iniciado con un juego y una tortura. Ansiaba tenerlo dentro y yo sabía que él quería lo mismo.

Entonces el bajó sus manos a mis piernas, acariciándolas lentamente mientras las separaba. Mis manos se detuvieron, subieron por su pecho hasta llegar a sus hombros. Me apegó más a él, yo lo besé y en ese mismo momento empezó a entrar en mí.

Suspiré en su boca, sintiendo su invasión, su calidez dentro de mí. Sus manos se aferraron a mi cadera mientras terminaba de entrar entonces sus manos pasearon por mi espalda. No esperó mucho para empezar a embestirme.

—Shikamaru —gemí su nombre mientras sentía como mi cuerpo se sentía bien al estar con él, al sentir sus caricias, sus besos, su ser entero unido al mío.

Ya no había cordura.  Sentía como todo se desvanecía a nuestro alrededor, sólo estaba él y yo en aquella habitación.  Sus movimientos empezaron a acelerarse, haciendo que ambos nos separáramos un poco, necesitábamos aire.  Sus golpes eran más fuertes.

Rodeé su cadera con mis piernas, haciendo que entrara más profundo, dando en aquel lugar que me provocaba el más ansiado éxtasis. No podía controlar mis gemidos; él entraba cada vez más rápido, con más fuerza y dando en aquel punto.

Me aferré a él mientras Shikamaru llevaba sus labios a mi cuello. Podía escucharlo suspirar y gemir.
Aquella sensación poco familiar se hacía presente poco a poco, haciendo que mis sentidos se agudizaran cada vez más, provocando olas de placer. Entonces me vine.

Shikamaru se corrió segundos después, suspirando pesadamente mientras sentía su calidez derramarse dentro de mí.  Nuestras respiraciones descontroladas y nuestros corazones amenazando con saltar de nuestro pecho en cualquier momento.  Me sujetó de la cintura pegándome de nuevo a él.

Lo abracé muy fuerte, como si fuese la última vez. Lo sentía así, hoy me tendría que ir con Sai de viaje, pero él sabría que sucedería, como terminaría. Desde hace algo de tiempo salgo con Sai, pero Shikamaru siempre a sido mi pecado. Si contar que Shikamaru está en una relación con Temari.

No podía irme sin sentirlo así, tan cercano a mi. Unas lágrimas de culpabilidad se asoman y caen sin pudor por mis mejillas y el hombro de Shikamaru. Mi cuerpo comienza a dar espasmos por el llanto, él parece darse cuenta del porqué estoy llorando y me abraza más fuerte.

–Ino, Te amo– sus palabras me desgarraron sin piedad, una tristeza mezclada con felicidad me inundo y lo abracé con toda fuerza, no quería que se vaya, no quería irme– solo quería decirte eso antes de que te vayas.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2018 ⏰

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«Antes de que te vayas» •ShikaIno•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora