POV Christopher
- ¿Tú, Christopher Evans, irás a un club?
- Ésta es la décima cuarta vez que te digo que sí. - Ruedo los ojos. Alex puede llegara ser un idiota.
Corrección, es un idiota.
- Es que no me lo creo, es decir, ¡Irás a un club! Eso jamás ha pasado en la historia.
- Lo sé, pero quiero ir.
- ¿Quién te convenció? Debo alabarlo, debe ser todo un Dios, para poder convercerte.
- La chiquilla. - Digo avergonzado.
- No me jodas. ¿Una niña de 18 años pudo convercerte?
- No me estás haciendo sentir mejor.
- No es la idea. - Idiota. - ¿Estás seguro que su relación es sólo profesional?
Ruedo los ojos involuntariamente. - Sí, grandísimo idiota.
- Joder, debo ir con ustedes.
- ¿Qué? No.
- ¿Por qué no?. - Dice con voz chillona al igual que un niño de 5 años.
- Porque empezarás a seducirla.
- Nah, es muy menor para mi gusto.
- Eso es más falso que el culo de Kloe Kardashian.
- Falso y todo pero imagínatela en cuatro. ¡Dios! Creo que acabo de tener una erección.
- Por estas razones es que no te dejaría ir.
- ¡Oh, vamos! Sé controlarme.
- Está bien, pero a la primera que te le insinúes te reviento a golpes.
- Wow, calma Toretto. - Él se ríe y yo me uno. - Por cierto, ¿Cuál club es?
- No tengo ni la más mínima idea. Le preguntaré cuándo llegue.
- ¿En dónde está?
- Con el imbécil de su novio.
- ¿Eso son celos lo que oigo?
- No, lo que oyes es la voz más sexy del mundo.
- Si tú lo dices...-
- Imbécil.
Alex se ríe. - Calma, amigo.
- Entonces, ¿Qué debo usar?
- Cálmate, no irás a una boda ni a una pasarela de moda. Usa lo primero que veas.
- Está bien. - Alzo la vista al oir unos pasos apresurados. La chiquilla camina apresuradamente hacia las escaleras, está descalza y su cabello está hecho un desastre. - Oye, Alex. Luego te llamo.
- Pero... - Cuelgo.
Me levanto rápidamente y sigo a la chiquilla escaleras arriba. Ella, al verme, acelera el paso y entra a una de las habitaciones. ¿Qué le pasa? Me acerco a la puerta y logro escuchar unos sollozos. Mierda.
Está llorando.
¿Debería irme y dejarla así o entrar y consolarla?
Me decido por la segunda opción. Giro el pomo de la puerta, sorprendiéndome de que no haya cerrado, y entro. La veo en el piso con los brazos alrededor de sus rodillas, la falda se le ha subido a tal punto que logro ver sus bragas blancas. Aparto la vista de ahí antes de que mi mente se llene de pensamientos incoherentes y me acerco, a paso lento, a la chiquilla logrando que ella fije sus ojos en mí. Mierda. Tiene todo el maquillaje corrido y tiene sangre seca en el labio, un moretón en la mejilla y sangre sale de su ceja.
¿Qué coño...?
Ella baja la vista. - Vete de aquí. - Dice con voz entrecortada.
- No. Maldición. ¿Qué demonios te pasó?. - Me acerco a ella e intento abrazarla pero ella se hace a un lado.
- Nada. No es nada grave.
- ¿Nada grave? ¡Tienes sangre en el jodido labio!. - Ella me mira para después tocarse el labio y hacer una mueca. - ¿Quién te hizo esto para poder matarlo?
La chiquilla abre sus ojos como platos. - Me robaron. - Miente.
Sé que está mientiendo porque desvía la mirada.
- Dime la verdad. - Dije enojado. - ¿Quién te hizo eso?
Ella me mira durante unos largos segundos. - Nick. - Frunzo el ceño y mis puños se cierran involuntariamente. Ella al verme trata de corregirse. - Pe-pero fue un error.
Me levanto enojado y salgo de la habitación ignorando los gritos de la chiquilla. ¿Qué se cree ese idiota? Maldita sea. Entro al primer auto que veo y en unos segundos después ya estoy a toda velocidad rumbo a la casa de aquel imbécil. ¿Cómo pudo pegarle a Micaela? ¡Es una jodida mujer! Y más encima ¡Su jodida novia! Sé que puede ser desesperante pero aún así. ¿De dónde cree que salió él? ¡De una mujer!
Por ningún concepto debes maltratar a una mujer. Jamás. Ya sea física o emocionalmente.
Las mujeres lo son todo; trabajadoras, luchadoras, excelentes madres (Bueno, la mayoría), compañeras de vida y buenas, muy buenas, amantes.
Conclusión: Las mujeres lo es todo.
Y aunque Micaela no es ninguna de ellas (Amantes, todavía no sé), es una mujer. Y sólo por eso ya debe ser respetada. Escucho un claxon a mi lado que interrumpe mis pensamientos y unas luces cegandome e, seguido por un golpe fuerte.
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Games Of Destiny
Lãng mạnChristopher Evans ha tenido que trabajar toda su vida para poder mantener y darles de comer a su familia. Cuando él termina el instituto, decide no ir a la universidad para poder trabajar día y noche y así poder darle un lugar digno a su familia...