Capítulo 15

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POV Christopher

- ¿Tú, Christopher Evans, irás a un club?

- Ésta es la décima cuarta vez que te digo que sí. - Ruedo los ojos. Alex puede llegara ser un idiota.

Corrección, es un idiota.

- Es que no me lo creo, es decir, ¡Irás a un club! Eso jamás ha pasado en la historia.

- Lo sé, pero quiero ir.

- ¿Quién te convenció? Debo alabarlo, debe ser todo un Dios, para poder convercerte.

- La chiquilla. - Digo avergonzado.

- No me jodas. ¿Una niña de 18 años pudo convercerte?

- No me estás haciendo sentir mejor.

- No es la idea. - Idiota. - ¿Estás seguro que su relación es sólo profesional?

Ruedo los ojos involuntariamente. - Sí, grandísimo idiota.

- Joder, debo ir con ustedes.

- ¿Qué? No.

- ¿Por qué no?. - Dice con voz chillona al igual que un niño de 5 años.

- Porque empezarás a seducirla.

- Nah, es muy menor para mi gusto.

- Eso es más falso que el culo de Kloe Kardashian.

- Falso y todo pero imagínatela en cuatro. ¡Dios! Creo que acabo de tener una erección.

- Por estas razones es que no te dejaría ir.

- ¡Oh, vamos! Sé controlarme.

- Está bien, pero a la primera que te le insinúes te reviento a golpes.

- Wow, calma Toretto. - Él se ríe y yo me uno. - Por cierto, ¿Cuál club es?

- No tengo ni la más mínima idea. Le preguntaré cuándo llegue.

- ¿En dónde está?

- Con el imbécil de su novio.

- ¿Eso son celos lo que oigo?

- No, lo que oyes es la voz más sexy del mundo.

- Si tú lo dices...-

- Imbécil.

Alex se ríe. - Calma, amigo.

- Entonces, ¿Qué debo usar?

- Cálmate, no irás a una boda ni a una pasarela de moda. Usa lo primero que veas.

- Está bien. - Alzo la vista al oir unos pasos apresurados. La chiquilla camina apresuradamente hacia las escaleras, está descalza y su cabello está hecho un desastre. - Oye, Alex. Luego te llamo.

- Pero... - Cuelgo.

Me levanto rápidamente y sigo a la chiquilla escaleras arriba. Ella, al verme, acelera el paso y entra a una de las habitaciones. ¿Qué le pasa? Me acerco a la puerta y logro escuchar unos sollozos. Mierda.

Está llorando.

¿Debería irme y dejarla así o entrar y consolarla?

Me decido por la segunda opción. Giro el pomo de la puerta, sorprendiéndome de que no haya cerrado, y entro. La veo en el piso con los brazos alrededor de sus rodillas, la falda se le ha subido a tal punto que logro ver sus bragas blancas. Aparto la vista de ahí antes de que mi mente se llene de pensamientos incoherentes y me acerco, a paso lento, a la chiquilla logrando que ella fije sus ojos en mí. Mierda. Tiene todo el maquillaje corrido y tiene sangre seca en el labio, un moretón en la mejilla y sangre sale de su ceja.

¿Qué coño...?

Ella baja la vista. - Vete de aquí. - Dice con voz entrecortada.

- No. Maldición. ¿Qué demonios te pasó?. - Me acerco a ella e intento abrazarla pero ella se hace a un lado.

- Nada. No es nada grave.

- ¿Nada grave? ¡Tienes sangre en el jodido labio!. - Ella me mira para después tocarse el labio y hacer una mueca. - ¿Quién te hizo esto para poder matarlo?

La chiquilla abre sus ojos como platos. - Me robaron. - Miente.

Sé que está mientiendo porque desvía la mirada.

- Dime la verdad. - Dije enojado. - ¿Quién te hizo eso?

Ella me mira durante unos largos segundos. - Nick. - Frunzo el ceño y mis puños se cierran involuntariamente. Ella al verme trata de corregirse. - Pe-pero fue un error.

Me levanto enojado y salgo de la habitación ignorando los gritos de la chiquilla. ¿Qué se cree ese idiota? Maldita sea. Entro al primer auto que veo y en unos segundos después ya estoy a toda velocidad rumbo a la casa de aquel imbécil. ¿Cómo pudo pegarle a Micaela? ¡Es una jodida mujer! Y más encima ¡Su jodida novia! Sé que puede ser desesperante pero aún así. ¿De dónde cree que salió él? ¡De una mujer!

Por ningún concepto debes maltratar a una mujer. Jamás. Ya sea física o emocionalmente.

Las mujeres lo son todo; trabajadoras, luchadoras, excelentes madres (Bueno, la mayoría), compañeras de vida y buenas, muy buenas, amantes.

Conclusión: Las mujeres lo es todo.

Y aunque Micaela no es ninguna de ellas (Amantes, todavía no sé), es una mujer. Y sólo por eso ya debe ser respetada. Escucho un claxon a mi lado que interrumpe mis pensamientos y unas luces cegandome e, seguido por un golpe fuerte. 

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