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— ¿Quién es Guido? —Keila levantó una ceja y lo miro sin responder. — ¿Keila?

— ¿Porque te importa? —saco la vista de su teléfono y la posó en el defensor de River.

— ¡Yo te hable de mi ex! —emitió sin darse cuenta que acababa de meter la pata. — Me gustaría saber al menos, algo tus ex's. 

— ¿Me hablaste de tu ex? —pregunto incrédula. — ¿No era que Aldana no tenía ningún título en tu vida? ¡Mira vos, de repente paso de ser la que garchabas a tu ex! —se levantó del sillón asintiendo con la cabeza.

— ¡Keila! —llamo la atención de la jóven viendo que se estaba dirigiendo a su habitación.

— ¿Te dije que no me gustan los celos innecesarios y haces este planteo?

— Solo estoy preguntando. —se excuso pésimamente.

— No, no estás preguntando. Estás suponiendo algo de mi vida que no es verdad. —le respondió ella desde el pie de la escalera. — Supones que Guido es una pareja mía del pasado, cuando está muy lejos de la realidad. ¡Y no me digas que no es así! —exclamo cuando vio que la boca del jugador se abría para emitir algo que no quería escuchar. — ¡Porque con ese “yo te hable de mi ex”, se lo que quisiste decir! Ya la forma en la que hiciste la pregunta, fue innecesaria, nunca en todos estos días te oculte algo, siempre que preguntaste algo te lo respondo con la mejor.

— Kei. —suplico con su mirada triste.

— Guido, Tomás y Nazareno, son compañeros míos de la universidad. —se cruzó de brazos y lo miro. — Ya tenés tu respuesta , ahora ¿Te podés ir de mi casa? ¡Estoy cansada y quiero dormir!

— ¡Pero me iba a quedar a dormir! —emitio mirando a los ojos de la morocha.

— Sí pero cambie de idea, quiero dormir sola. —hizo el amague de acercarse y ella escaló un par de escalones hacia atrás. — ¡Te dije que te vayas, no lo voy a volver a repetir!

— ¡Kei por favor!

— ¿Por favor? ¿Acabas de pedir por favor? —pregunto indignada y se acercó a él furiosa. — ¡Por favor te pedi yo que no me hagas escenas de celos innecesarias! ¡Tu ex, como la titulaste recién, me está volviendo loca, te comenta cosas que no debería, ¿Vos me ves a mi haciéndote una escena de celos por tremenda estupidez? —Gonzalo negó. — Claro que no, porque no me importa su inmadurez o las sarta de estupideces que se la pasa diciendo para que nosotros discutamos, porque yo creo en vos, no en lo que dicen los demás Gonzalo. —lo fulminó con la mirada. — ¿Sabes porque no me gustan las escenas de celos? —nego con algo de tristeza en su rostro. — Mi ex, el hermano de Camille hizo de mi anterior relación un infierno, la convirtió tan tóxica con sus celos innecesarios que llegó un momento en el que ni con su hermana me dejaba hablar por miedo a que me haga cambiar de parecer, miedo que era verdad porque Camille nunca estuvo de acuerdo porque veía lo tóxico que era. —supiro. — Liam se suicidó en su departamento el día que nosotros cumplimos dos años como pareja, en la carta dejó expresado que era porque yo lo engañaba con la persona que justamente vos ahora estás haciendo una escena innecesaria, obviamente era mentira pero me sentia tan culpable, eran tan tóxico lo que se había formado, que me quise suicidar para seguir con el, y no con pastillas o esas cosas, me quise tirar de un noveno piso Gonzalo, no quería seguir en esta vida si no era con Liam. —su voz se quebró pero ella permanecía firme. — Y me hubiese tirado si no fuera por Camille que llego justo, que me hizo entrar en razón, estuve más de media hora con un pie en el vacío y otro en la reja del balcón, cada vez que Camille nombraba a Liam yo me iba más allá vacío, en un momento estaba con los dos pies del otro lado de la valla y era solo soltarme y caer para atrás. —una lágrima cayó por su rostro y rápidamente la seco antes de darle tiempo al jugador a reaccionar. — Camo lloraba y me suplicaba que no salte, en el piso Olivia ya estaba con el camión de los bomberos por si me decidía a saltar, de repente mi mejor amiga menciono a mi hermana, y sentí miedo, me empecé a quedar sin aire y entre en pánico comenzando a gritar que no quería estar ahí, pero tampoco podía moverme estaba estática agarrada de la baranda. — suspiró y miro a Gonzalo quién se insultaba por dentro. — Estaba tan convencida que no podía seguir sin el, que nadie me iba a querer como el,  pero el nunca me quiso Gonzalo, y de repente después de casi tres años me cruzo con vos, que me hace darme cuenta la tóxica relación que mantenía y terminas haciendo lo mismo. —sentia dolor, enojo y tristeza, el pasado la atormentaba una y otra vez. — ¡Te pido por favor que te vayas! —se acercó a la puerta y la abrió para que él se fuera, no oculto sus lágrimas ni tampoco todo lo que sentía. — ¡Andate Gonzalo, por el bien de lo teníamos andate! —el defensor se acercó a ella pero negó con la cabeza y cerró la puerta en su rostro cuando estuvo fuera de su casa.

Se desplomó sobre la puerta mientras las lágrimas caían desenfrenadamente mientras tenía su celular en la mano.

– ¿Kei, que paso? ¿Estás bien?

– Camo, necesito que vas a casa ya. —emitio entre lágrimas y respiraciones alteradas. — ¡Es urgente por favor! Vení tengo miedo, y no puedo moverme, Gonzalo sabe lo de Liam, discutimos, necesito que vengas a casa. —emitio tan rápido que a su amiga le costaba mucho entender lo que sucedía.

– Keila, ya estoy en camino. No hagas ninguna locura por favor, en cinco llegó. —corto la llamada y se quede acurrucada al lado de la puerta, mientras abrazaba sus rodillas y trataba de calmar sus nervios a medida que las lágrimas caían desenfrenadamente por su rostro.








Holi, bueno, el que avisa no traiciona. 😔 Espero que les guste, ¡Hasta mañana!

| 29 | Gonzalo Montiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora