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- Deku? -el chico volteó a verlo y sonrió.

- Hola, Kacchan. -aún sonreía, aunque parecía más una sonrisa de burla que una amistosa.

- Dónde has estado estas semanas? -preguntó, aún algo inconsciente.

- Oh, no me digas que estabas preocupado por mi, Kacchan... Me halagas. -fue lo único que respondió el ojiverde.

- No seas más tonto de lo que ya eres, Deku, suéltame. -le ordenó el rubio cenizo.

- No creas que pienso obedecerte. -el más bajo se acercó a él, se agachó un poco y lo besó- Ya no tengo miedo de tus reacciones, Kacchan. Ya no te tengo miedo. -volvió a decir con una sonrisa tranquila.

El ojicarmín se había quedado en shock por el beso, claro que no se lo esperaba. Volvió a la realidad cuando Deku chasqueó los dedos y vio a dos chicos, aparentemente de su edad, aparecer detrás de él. El más bajo volvió a voltear donde estaba la mesa.

- Háganlo. -fue lo único que dijo.

Ambos chicos, uno pelirrojo y otro de un tono rubio más brillante que el del chico atado, empezaron a caminar hacia él mientras mostraban sus Particularidades. El ojirrojo tragó duro y bajó la mirada, esperando golpes.

12-01

Le estaba borrando la mente, y lo estaba haciendo sin piedad alguna. El ojiverde siempre ofrecía al más alto ser su guardaespaldas y, al mismo tiempo, su amante, pero el rubio cenizo se negaba rotundamente, por lo que siempre recibía golpes de los chicos del menor.
No quería negarse a ser su amante, ya que siempre lo había amado en secreto, pero prefería los golpes a trabajar para él.
Y se preguntarán <<qué hacía Midoriya en aquella mesa?>>. El joven de cabello verde trabajaba en una máquina que poseía la Particularidad de Eraser Head: borrar otras Particularidades; solo que la diferencia entre el héroe y la máquina es que ésta las borraba permanentemente.

15-01

La búsqueda por el rubio cenizo había comenzado. Agentes de policía, detectives y equipos de rescate empezaron a buscar al chico. Claro que sin éxito en sus búsquedas.

El ojiverde entró en la sala con un par de guardaespaldas. Como siempre, llevaba un traje negro, lo cual lo hacía parecer mayor de lo que era. Se acercó al chico atado, quien clavó su mirada en él, temiendo lo que pudiera hacerle.

- Kacchan... -dijo su "nombre"- No me está gustando verte así... -parecía apenado, pero no dejaba su sonrisa tranquila.

Sacó un pañuelo blanco de su bolsillo y limpió con delicadeza la sangre del rostro del mayor, lo que, en cierto modo, tranquilizó a este último. Quería besarlo, quería volver a casa con él, volver a su vida normal pero esta vez con la persona a la que amaba.
El más bajo lo besó cuando terminó de limpiarlo, y se sorprendió cuando el rubio cenizo correspondió el beso sin dudarlo dos veces.

- Has correspondido... -la sonrisa del peliverde se hizo algo más amplia.

Fue entonces cuando el mejor deshizo su corbata lentamente. El ojirrubí empezó a ponerse nervioso cuando su "secuestrador" le desató manos y piernas, aunque se sentía débil para moverse. El de pecas se sentó encima de éste y volvió a besarlo mientras hacía que sus entrepiernas rozasen.

Sin duda sería una noche que ambos recordarían.

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