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Ella sentía como este reaccionaba lento y empezaba a rodearla con sus grueso brazos. A comparación de los de ella que son como dos fideos. Ahora que ella se ponía a pensar eso, debería hacer de vez en cuando ejercicios. Pero nuevamente sus pensamientos fueron revueltos cuando sintió que este la apretaba junto a el.

Se sentía tan bien en ese momento, por alguna razón al fin se sentía un poco segura. Se estaba empezando a calmar después de tanto tiempo. Tanto que deseaba que este no se alejara de ella, aunque fuera solo un pequeño abrazo. Era un abrazo de Tom, de TOM. Eso no se ve todos los días, aunque se acordaba de la vez que la reconfortó cuando estaba mal por lo de su hermana. O esa vez en el parque. Simplemente, los abrazos de Thomas, eran los mejores.

Antes también había abrazado a los muchachos. A Edd por que el siempre era cariñoso con ella, no a cada rato pero si de vez en cuando. Y Matt, bueno, el narcisista fue a sus brazos por consuelo la vez que la chica del supermercado le había dicho feo al chico de cabellos anaranjado.

Pero, no debía pensar en nada de abrazos u otra cosa. Debía despejar su mente y sentirse relajada con el británico que ahora se encontraba frente de ella.

—Tengo hambre~— Se estremeció en su lugar al escuchar un susurro en su oído pero su nube que había creado por el abrazo se desplomó. Sintió como cayo a tierra rápidamente, y juraba que la caída había sido dura. Se separo un poco para mirarlo fijamente a sus cuencas alzando una ceja.

—¿Que?— Dijo perpleja, juraba que había escuchado mal. Pero la risa que surgió de los labios del hombre con cabellos en punta la hizo estremecerse aun mas en su lugar. Dios, admitía que en ese momento estar tan cerca no la ayudaba para nada.—¿De q-que te ríes?— Murmuro sintiendo como sus mejillas se acaloraban.

—Solo jugaba ____. Pero, de verdad tengo un poco de hambre.— Le decía un poco burlón mientras volvía a desaparecer su risa mostrando ahora su rostro serio. Iba enserio de que el chico necesitaba comida. O eso pensaba el. Porque la otra se sonrojo a tope por lo dicho pensando en otra cosa.

—P-pero. No se que darte.— Susurro lentamente intentando no decir algo incorrecto o incoherente pero pareciera que lo había hecho porque este alzo una de sus ceja y sus cuencas reflejaban confusión.

—¿Comida, no?— Ella se sintió aliviada por sus pensamientos erróneos. Y al acto por ello sus mejillas volvieron a tener ese color carmesí tan fuerte hasta su nariz por haberse imaginado aquello. Sin sentido y sin razón lo volvió abrazar para hundir su cabeza en su pecho. Aspiro la fragancia de la sudadera azul del muchacho y se sintió tan melancólica hasta embriagada por esa fragancia.

—¿Quieres otra?— Preguntaba con una leve sonrisa en su rostro mientras le miraba juguetón. Ella alzo nuevamente su mirada aun con aquel rojo en sus pómulos. En cualquier momento explotaría, ya que se sentía culpable por esos pensamiento tan erróneos.

—¿Enserio me darás otra?— Sonrió mientras sus ojos empezaban a brillar de emoción por tener otra de esas sudaderas tan embriagadoras.

—No.— Dijo tétricamente haciendo que la chica lo empujara molesta.

—¡Tu si eres malo!—Reclamo inflando sus mofletes poniéndose cada vez mas roja. Se sentía como si fuera un tomate viviente y se odiaba por aveces no poder controlar sus emociones con su rostro o cuerpo. Y a la vez que se alejaba del de cuencas se sintió nuevamente sin protección. Un sentimiento extraño la invadió.

El solo dio una suave risa para luego suspira. Miro a la chica y luego le guiño una cuenca mientras se quitaba sus sudadera por arriba. Para mal de la chica miro hacia otro lado ya que el muy condenado. Como pensaba ella, no traía nada abajo de esa sudadera.
Cuando no lo miro sintió como le puso el buzo arriba de su cabeza medio poniéndoselo. Ella se lo termino de colocar y lo apretó suspirando.

🍃¿Quien es ella Matt🍃                                            🌿Eddsworld🌿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora