Cuando tus ojos contaban historias de agua y tus manos rogaban continuar.
Yo te amé esa noche como si ese cielo fuese nuestra casa y ese suelo fuesen nuestras telas.
Esa noche cuando las llamas de las estrellas se encendieron con más vida que nunca y era imposible contarlas.
Tú me miraste a los ojos, tomaste mis manos y juraste nunca olvidarlas.
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PARA MI MUSA
PoesíaAquí, mi amor, están mis lágrimas tragadas, los besos que te dí a lápiz y el perfume que extrañas. Uno por uno.