Parte 7

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Claire sintió un vacío helado en el pecho y le costó tiempo darse cuenta que había dejado de respirar. La soledad se transformó en una presencia tangible. En un ser viviente aún más aterrador que los dinosaurios que acosaron su vida.
Ya no lloraba era cómo si la tristeza y las lágrimas se hubiesen vuelto internos lastres dentro de su cuerpo haciéndola sentir enferma y débil. En algún punto su mente volvió a funcionar con racionalidad. No había escuchado el motor de la camioneta y apretando los puños caminó a tientas repitiendo una y otra vez el deseo desesperado de encontrarlo.
Las luces de la camioneta estaban encendidas y proyectaban un túnel luminoso a través de la noche.
Owen estaba sentado apoyado sobre el volante y no levantó la vista cuando Claire camino a través de las luces hasta quedar de pie junto a la puerta abierta. Sabía que estaba allí por el sonido constante de su respiración acelerada.
Claire extendió la mano para acariciar su cabello, como tantas veces, pero no sentía la suficiente confianza para hacerlo. 
Junto las pocas fuerzas que le quedaban para hablar lentamente.
-Siempre intente tener el control  previendo todo lo que podía pasar y tomando la decisión correcta para cada momento de mi vida.
Y sobreviví bastante bien hasta que te conocí. Hasta que ya no pude controlar nada más...ni lo que sentía ni lo que quería...
Si cambie, es cierto. Owen tú me cambiaste...pero todavía siento inseguridad cuando comienzo a pensar que no tengo el control...
Owen levantó la cabeza del volante y la vio parcialmente iluminada por el reflejo de las luces del auto. Su expresión agotada y demacrada, el brillo único de sus ojos eran la visión más hermosa de los peores momentos.
-Estas tan equivocada. No pude arrancar esta maldita camioneta por qué me controlas. Porque ya no soy libre de dejarte...
Claire sonrió con una profunda tristeza y lo abrazó -Supongo que nos merecemos...- susurró en su oído. Por un largo rato estuvieron en silencio hasta que Owen la miró a los ojos.
-Estuve con Zia. Hace semanas que quiere contactarte. Quieren que vuelvas. Todo el grupo lo quiere. Y también agentes federales del gobierno. Quieren que los ayudemos a guiar un equipo para re capturar a los dinosaurios. Y no sé...no supe cómo decírtelo...
Owen la atrajo nuevamente hacía su cuerpo. Hasta poder sentir que el frío de la pelea se disipaba. -No quiero perder esta vida...-susurró- pero sé que no vamos a poder escapar por siempre...
Claire comenzó a llorar sin control. Owen, trató de secar el llanto y cuando la abrazó y la besó para intentar calmarla fue capaz de predecir como terminaría todo. Era parte de la dinámica de su relación. Era el recurso más primario para manifestar la felicidad, la forma que compartían para aplacar las peleas o extinguir las pesadillas.
Desde de la primer noche, de la primer espantosa cita, sus cuerpos habían comunicado mejor que ellos mismos lo que sentían. Ambos habían perdido la batalla con el autocontrol desde el principio y seguiría siendo así.

La luz del amanecer se desplego lentamente sobre la habitación. Claire sintió el cansancio más grande de su vida. Había pasado gran parte de la noche sin dormir pensando. Los brazos de Owen la rodeaban con tanta sujeción como si tratase de evitar perderla.
Había calculado una y otra vez que pasaría cuando dejarán la burbuja de la cabaña. Cuando afrontarán los problemas de trabajar juntos de nuevo. Nunca habían funcionado eficientemente cuando alguno de ellos era el superior. Pero en los peores momentos, cuando sus vidas dependían de uno u otro, habían logrado sobrevivir e incluso construir una relación duradera.
"No podemos escapar por siempre" se repitió en sus pensamientos como un maldito mantra de realidad. Se volvió para despertarlo y se encontró con su mirada. La observaba con una sonrisa a medio camino entre el cansancio y el deseo.
Los dedos de Claire detuvieron el beso consiente de que si no lo hacía no volverían a hablar. 
-Tenemos que volver- dijó y por un segundo tuvo ganas de volver a llorar.
Owen la estrecho con fuerza y beso su frente -Lo sé.
Todo el peso de la culpa y todo el sentido ineludible de la responsabilidad les cayó encima en un segundo y los dejo indefensos.
Claire se obligó a dejar de pensar en lo que estaba a punto de cambiar en su vida  -No importa lo que pase mi único hogar es contigo y con Maisie.
Owen sintió que la felicidad se abría paso ante la incertidumbre y la amargura
-Te amo- susurró para escuchar el eco precioso en la boca de la mujer que amaba y se lo llenó de esperanza.


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