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¿La mejor manera de comenzar un día? Despertar sonriendo.

Al fin me tocaba mi descanso en la oficina. Al fin podré estar un día completo con mi hija...

-¡Bien, vámonos!-

Y Evans.

Fastidiado, iba a acompañarnos de compras.

-Te digo que Melanie y yo podemos ir solas.

Termino de vestir a Meli y tomo mi bolso dispuesta a salir.

-Y yo te digo que ustedes no van a ir solas. Por más que deteste hacer eso, las acompañaré.

No decidí darle la contraria, la verdad que no valía la pena así que tras tomar todas las cosas necesarias para Melanie, por fin nos fuimos al centro comercial.

No era la primera vez que me reía de Evans mientras conducía pero sí era la primera vez que compartía risas con Melanie que al parecer le encantaba también reírse de su padre. Qué extraño suena eso.

-Evans te digo que tomes ruta por el túnel.

Al señor se le ocurrió ir por la avenida principal en plena hora pico, ya se imaginaran como está la situación.

-Carvajal... ¿Quién va manejando tú o yo?

-Pues básicamente nadie ya que no nos hemos movido como por 15 minutos.

-¿puedes dejar de reprocharme que estas aburrida?

Es inevitable -pensé- afortunadamente Melanie se entretenía con mi collar, quien fuera ella.

Pareció haberlo pensando por unos segundos pero al final terminó tomando ruta por donde le había dicho, maldiciendo por lo bajo como quien no quiere la cosa.

Hoy era la primera vez que salía de compras acompañada y a decir verdad me encantaba. También es la primera vez que Melanie sale de esa enorme casa.

Caminar y observar a detalle cada prenda ubicada en los maniquíes de las tiendas me causaba mucha emoción, tal vez por el hecho de que no solo compraría ropa para mí, sino también para mi hija y ¿Por qué no? También para Evans.

Siempre he pensado que el tiempo se pasa volando cuando disfrutas de buenos momentos, aquellos en los cuales para ti es simplemente un segundo pero que en realidad hayan pasado minutos e incluso horas. Mientras que cuando tienes malos ratos las horas pasan con tanta lentitud que hasta causan dolor.

En el centro comercial si les digo que tardamos tres horas sería mentirles porque en realidad no supe ni cuánto tiempo nos tomó detenernos a comer algo. Teníamos toda la mañana recorriendo el lugar, entrando a cada tienda departamental. Evans no aguanto ni media hora cuando me dijo que esperaría en uno de los sofás que había para descanso.

Con un puñado de bolsas por las manos decidí que era suficiente por hoy.

-Listo mi amor, suficiente ropa para ambas en mucho tiempo.-Le decía a Meli.

-¡Que tenga buen día, vuelva pronto!-

Me dice la cajera de la tienda con una enorme sonrisa a la cual respondo mirando el reloj que se encuentra sobre la pared de la entrada principal y buscando mi celular que desde hace rato no deja de vibrar en el bolso.

¡Mierda! ¿Las 4:35p.m.? Ahora veo porque ya me dio hambre. Evans debe de estar molesto.

Y como si lo invocara su nombre aparece en la pantalla.

-¿hola?

-¿se puede saber por qué no contestabas mis llamadas?

A pesar de que no suena molesto, podría jurar que echa humo por las orejas.

Adoptando Un FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora