Nuestra rutina diaria se restablece, con un ligero cambio, el día de la prueba de iniciación está a nada de llegar, el entrenamiento físico se toma tanto en la mañana como en la tarde para afinar nuestras habilidades para el gran día, todos los Aspirantes usan el simulador (por turnos obviamente), incluso en las horas de descanso nocturnas antes de la retreta.
De momento, Raúl, Urakay Mech y yo entrenamos en privado siempre que podemos, Hoshigawa y Zoe Cyan Mech nos supervisan siempre que pueden, de no ser por Hoshigawa ni siquiera hubiéramos conseguido reservar una de las tantas salas de entrenamiento para nuestro grupo, hay que recordar que se acerca el día de la Prueba, y las salas de entrenamiento están abarrotadas, según Hoshigawa es algo normal por estas fechas.
Estas pruebas se dan al llegar el año nuevo, el 1 de enero los Guardianes les dan la bienvenida a sus nuevos miembros, condecorando a los egresados por tradición.
No he vuelto a encontrarme con el Gran Maestre Kharra'Hel desde aquella vez, eso me agrada, pero en el fondo, me siento intranquilo, tengo la sensación de que no se quedara de brazos cruzados en lo que esperamos el gran día, es por ello que ahora mismo nos encontramos en una sala de entrenamiento, los resultados obtenidos hasta ahora son... interesantes.
En lo que a mí respecta, no tengo ningún problema controlando mis poderes, no me gusta la idea de infligirme daño adrede, tampoco es que me hiciera gran cosa, solo unos cuantos rasguños que desaparecen en cuestión de segundos sin intervención ajena, ni siquiera la mía, el tejido se restaura de forma natural, algo así como respirar.
Pasivamente restauro heridas menores con el tiempo, en cuanto a la forma "Activa" (O sea cuando canalizó las Lágrimas de la Creación a través de mis venas y mis ojos se encienden en un azul intenso) en teoría debería ser capaz acelerar todavía más el proceso de regeneración, solo lo hice una vez, así que debo ser cuidadoso, el dolor siempre está presente al sufrir heridas, eso es algo que no puedo remediar.
Raúl por su parte se ha adaptado bien a su mejora, como si nunca hubiera estado en la cama de un hospital, y con una fuerza tremenda, la espada de Tecnotricita que blande le resulta ligera, muy ligera, bien podría ser para él una pluma o un cabello.
Urakay por su parte no ha mejorado mucho que digamos, su hermana le brinda cierta cantidad de su Energía y así permitirle canalizar algo.
Si bien él es capaz de energizar su cuerpo y su armadura, no es capaz de mantener su estado ni por un segundo, su Energía se disipa rápidamente, una clara muestra de que sus habilidades están tratando de despertar pero a la vez quiere decir que no están sujetas a su voluntad, a este paso no conseguirá pasar la prueba.
- ¡Vamos hermanito! ¡Ya casi lo tienes! – Cyan intentando animar a su hermano.
- N-No está funcionando... - Vuelve a perder el control de su Energía, la cual se disipa al instante – ¡¿Qué pasa conmigo?!
Urakay golpea el suelo con fuerza tratando de liberar su frustración.
- La ira no te llevara a nada Mech. Otra vez. – Ordena Hoshigawa, la cual está parada justo al frente de nosotros, controlando que todo prosiga sin problemas.
- Es como la décimo sexta vez que lo hago... no creo que...
- ¡Oye! – Cyan agarra la cabeza de su hermano y la mueve hacia ella hasta quedar cara a cara con unos cuantos centímetros de diferencia - ¡Mírame!
- Cyan...
- ¡MÍRAME! ¿Crees que fue fácil para mí llegar hasta donde estoy ahora? ¿Crees que los Guardianes no hemos derramado sudor y lágrimas cuando éramos Aspirantes?

ESTÁS LEYENDO
El Lamento de los Héroes
Science FictionUn héroe yace tendido en el suelo a punto de exhalar su último aliento, frente a él su archienemigo saborea su victoria y se deleita con el sufrimiento de su rival. Antes de morir, nuestro héroe vera pasar su vida frente a sus ojos de principio a fi...