We need to "talk!"

*5*

23-01

Habían pasado varios días, la orden de rescate ya se había llevado a cabo y ambos villanos esperaban a que vinieran a por el rubio con el dinero pedido. Ahora ambos trabajaban en esa máquina que tenía al rubio cenizo tan inquieto, no sabía de qué se trataba pero sabía que no era nada bueno.
Decidió intentar dormir, ya que no tenía otra cosa que hacer y prefería eso a verlos darse mimos y besos. Cuando despertó, se encontró solo en la habitación, con los mismos chicos que le habían golpeado varias veces vigilándolo para que no escapara o intentara escapar. Los miró de forma desganada, sin decir palabra; ambos chicos se miraron, dejaron a un lado su formalidad y se acercaron a él.

- Eh, Bakugou, te acuerdas de nosotros? -preguntó el pelirrojo.

- Qué quieres, pelo-pincho? -por su tono de voz, el ojicarmín parecía molesto.

- Por lo menos se acuerda del mote... -se lamentó el "mencionado".

- Somos nosotros, tus bros! No te acuerdas? -dijo más enérgico el rubio.

- Bros? Qué mierda... De qué c0ño habláis? -ahora parecía confundido.

Ambos suspiraron, fue el de dientes afilados quien habló esta vez- Kirishima y Kaminari? De la U.A? -intentó hacerlo recordar.

Entonces se acordó de aquellos, según él, parguelas inútiles que no hacían otra cosa que decir estupideces- Aaaahh... Los imbéciles... Qué tal, AYUDANTES DE MIS SECUESTRADORES!? -su tono de voz cambió de amable a sarcástico y molesto de un momento a otro.

- Ey, tranquilo, nosotros estamos aquí para que no maten a nuestras familias ni a nosotros, en verdad queremos irnos a casa. -aclaró, algo apenado, (y de nuevo) el pelirrojo.

- Si, solo queremos volver con nuestras familias. -reafirmó el de ojos amarillos.

- Ya... Vale... Y por qué mi3rda me habláis? No hay cámaras o algo por aquí? -preguntó el ojirrojo, intentando quitárselos de encima.

- El "mini-jefe" -el rubio hizo el gesto de comillas con las manos, refiriéndose al peliverde- las quitó para poder hacer "eso" contigo.

- Sip, y no las ha vuelto a poner. -reafirmó, esta vez, el de cabello puntiagudo.

- Perfecto, entonces sacadme de aquí. -pidió... No, más bien... Ordenó el rubio claro a los dos chicos.

- Estás majara? Te acabamos de decir que queremos a nuestras familias de una pieza, gracias. -le contestó el pelirrojo.

- Joder... Entonces solo me queda esperar... -se lamentó Bakugou.

- Oye, una duda... Por qué estás aquí? -le preguntó Kaminari.

- Vine a buscar a Deku para llevarlo a casa... Pero no salió como planeé... -explicó, volviendo a lamentarse.

Fue en ese momento en que entró el ojiverde con algo en las manos, así que los dos chicos disimularon y volvieron a sus puestos.
Algo que extrañó demasiado a los tres que ya se encontraban presentes en la habitación era que el de pecas parecía estar hablando solo.

- Te dije que no. -hablaba- Pero es Kacchan, no recuerdas todos los buenos recuerdos que tenemos con él? -parecía responderse a sí mismo- Lo único que recuerdo es que nos hacía bullying y que parecía querer matarme. Pero él no merece esto. Claro que si, así que calla de una vez! -cuando llegó a su mesa de trabajo, dejó la prenda que traía en las manos en ésta y empezó a trabajar, parecía desquiciado.

Los tres chicos se miraron mutuamente, extrañados y algo aterrorizados por la "plática" que estaba teniendo el más bajo consigo mismo.
El rubio cenizo entrecerró los ojos para intentar ver qué había dejado el villano en la mesa, y su sorpresa fue grande cuando pudo distinguir el polerón que había traído consigo y que había desaparecido cuando llegó donde ahora se encontraba. Su polerón favorito, el que prestó a Midoriya y que ahora estaba impregnado del aroma de éste... lo había guardado.

El rubio se atrevió a hablar- Deku?... -lo llamó, haciendo que el aludido lo mirase de golpe.

El peliverde le sonrió como ahora solía hacerlo y se acercó a el- Si, Kacchan? -preguntó.

- Vuelve conmigo... Por favor... Todos te extrañan en casa... -rogó una vez más, esta vez con un tono suplicante que sorprendió a todos los presentes en la sala.

El menor lo miraba esta vez con sorpresa, suspiró- Allí no soy feliz, Kacchan, aquí si. No me merece la pena volver.

Los ojos del rubio cenizo se llenaron de lágrimas, esto dejó atónitos a todos los presentes- Por favor... Deku, te amo... -confesó, las lágrimas caían por sus mejillas.