Capítulo veintidos.

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Zayn nos miraba atentamente, con la mandíbula notablemente apretada. Sentí una mezcla de alivio y tensión cuando vi que era Zayn de quien se trataba.

-Emm... yo... —tartamudeó Mike sin encontrar una excusa que ofrecer a Zayn.

-Sí, tú eres un hijo de puta —insultó Zayn sin subir el tono de voz. Nunca lo había escuchado decir semejante insulto, aunque tenía toda la razón del mundo. Mike bajó la mirada hacia mi y yo me alejé de él, poniéndome junto a Zayn.— Y vas a pedirle perdón ahora mismo.

Mike me miró atentamente. Yo estaba completamente seria, se lo merecía.

-Perdona, Valeria — dijo en voz baja a causa de su orgullo. Yo no respondí ni gesticulé nada. Puse mi mano sobre el abdomen de Zayn, empujándolo hacia atrás.

-Vámonos —le susurré cabizbaja a Zayn mientras retrocedía. El no despegaba los ojos del chico, que no hacía nada al respecto.

Salimos de allí sin mencionar palabra. Él estaba como la noche del balcón, mirando al horizonte. Yo no sabía que decir, estaba muerta de vergüenza. No había sido culpa mía, pero me sentía fatal. Aunque la palabra fatal no representaba ni la mitad de lo mal que me sentía.

-Zayn... Yo no quería, se me echó encima... —le expliqué con voz arrepentida.

Él no me hizo caso, seguíamos caminando por las calles, pero sin una respuesta suya. Continuaba mirando al frente, haciendo como que no me había escuchado.

-No quería que vieras eso... No te mereces esto... Te juro que me forzó... —seguía sin decir nada. La voz se me iba quebrando poco a poco y los ojos se me volvían húmedos. Tenía miedo de no volver a escuchar su voz, de que me dejara.— Me siento como una mierda, me quiero morir.

Tras ver que no hallaba respuesta de Zayn, comencé a llorar, lloré como no había llorado en mi vida. Los sollozos salían de mi a un elevado volumen y mis manos pasaban acariciando mi cara cada segundo, con intención de secar las lágrimas interminables que brotaban de mis ojos, que no se apartaban de él.

Zayn, tras escuchar y analizar en segundos las tres últimas palabras que salieron de mi boca, se giró bruscamente hacia mi. Sus brazos me rodearon, atrapándome entre su cuerpo. Me apretaba fuertemente contra él.

Yo, al notar su gesto, me agarré a el como si no hubiera un mañana y continué llorando más fuerte en su hombro. Una de sus manos presionaba mi cabeza contra su cuello, de forma que su boca quedaba en mi oído.

-Prométeme que no volverás a decir que te quieres morir —susurró en mi oreja. En su voz se notaba que se sentía afectado.

-Si me vas a dejas quiero morirme —contesté como pude entre tanto sollozo.

-No voy a dejarte —susurró de nuevo. Sus labios se presionaron durante unos largos segundos sobre mi frente.— No voy a dejarte nunca —repitió aún más convencido.

Sonreí sin parar de llorar. Me sentí aliviada de tal manera que tenía unas ganas enormes de gritar y besarle. Sin embargo, seguí llorando abrazada a él. No quería que acabara ese momento. Me sentía más protegida que nunca. Me aparté un poco de él para mirarlo a la cara. El deslizó uno de sus cálidos dedos sobre mi mejilla sin apartar sus ojos de mi.

-Te quiero muchísimo —le aseguré mientras sonreía. Sonreía tanto que acabé riendo con una carcajada al final. El sonrió también ante la situación y me besó. Sus labios moviéndose sobre los mios provocaban una sensación inigualable, una sensación que solo Zayn me producía.

Añadí al beso mis manos alborotando su pelo, mientras que las suyas bajaron a mi cintura. Creí que nunca me cansaría de besarle.

Oí un "¡Bravo!" cercano a nosotros y no me sorprendió, estábamos enrollándonos en medio de la calle. Pero no permití que el beso acabara por ello.

Zayn intentó apartarse de mi, pero mis labios perseguían los suyos. No quería que hubiera ningún centímetro entre nosotros.

Finalmente, él posó su mano en mi barbilla para alejar mi cara despacio y mirarme a los ojos. Empezó a reír flojito y a mirar al suelo.

-Parece que me has echado de menos —dijo parando de reír. 

-Mucho —apoyé mi frente contra la suya, cerrando mis ojos unos instantes.

-Quizá deba plantearme irme todas las semanas para recibir un beso así cuando vuelva —bromeó.

Desde que salí de la tienda pensaba que Zayn iba a rabiar tanto que me dejaría. Imaginé la peor noche de mi vida, pero resultó ser todo lo contrario.

Empezaba a hacer frío y yo no tenía intención de apartarme de él.

-Vamos a casa, hace frío —dijo el, empujandome a caminar. Por el camino conversamos como siempre, como si no hubiera pasado nada.

-El viaje ha sido agotador, pero por el premio ha merecido la pena —me contó.

-¿¡Ganasteis el premio!? —pregunté girándome bruscamente hacia él.

-Sí, al mejor grupo del año —me comentó ilusionado

-¡Me alegro mucho! Aunque en realidad ya me lo esperaba —confesé.

-Ah, ¿si? Oh, gracias por el voto de confianza —dijo poniendo voz divertida que me provocó una carcajada.

-Pues por aquí han pasado varias cosas —le desvelé.

-¿Como cuales?

-Bien, tu padre y yo hemos acordado llevarnos bien, tu hermana salía con un chico que le pegaba y luego está lo de Mike, que tú mismo has podido comprobar.

-¿¡Qué!? Demasiada información, ¿Mi padre? ¿Se lleva bien contigo? ¿Cómo...? ¡Hable con él muchas veces para ello y no me hizo caso!

-Mi poder de convicción es demasiado fuerte —presumí.

-Perdona, lo olvidaba —puso una mueca de asco y se hizo el dolido.— ¿Y el novio de mi hermana le pega?

Asentí tristemente.

-Pues voy a decirle unas cuantas cosas ahora mismo a ese capullo porque...

-Frena fiera, ya lo he solucionado yo —le interrumpí poniéndole la mano en su boca.

Entre tanto hablar llegamos a casa. Una vez en la habitación donde dormíamos, deslicé la camiseta que llevaba puesta fuera de mi cuerpo, imitando lo mismo con mis pantalones.

Fui a por mi pijama y Zayn me sorprendió por la espalda, besando mi cuello poco a poco y succionándolo para dejar lugar a una marca entre rojiza y morada. Puso sus manos en mi vientre.

-Tenemos que recuperar el tiempo perdido —me susurró, para seguidamente tomarme en brazos y posarme en la cama junto a él.

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Hola,

espero que os haya gustado este capítulo tanto como a mi. Un poco largo, pero en fin...

Hoy simplemente quería daros las gracias a las pocas que leeis, comentáis y votais mis capítulos. Siempre me quejo de que me leen pocas personas, pero si no me leyerais vosotras no habría novela. Se que esta temporada no es como la primera, ni siquiera gusta tanto como aquella, pero hago lo que puedo, aunque espero que al acabar esta os guste algo más.

Bueno, nada más cielos☀

Secuelas de suerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora