Harry Potter y la Hija de Poseidón.

Tres.

Percy Jackson no había tenido la oportunidad de hablar con Dumbledore la noche anterior, así que tan pronto como le había dado a Blackjack sus pastelillos de calabaza, había esperado por Harry para hacerle saber que contaba con ella, y cuando había terminado con eso, se fue directamente a su cama y cayó rápidamente en un sueño profundo. 

Al día siguiente, se levantó temprano, no podía seguir aplazando su reunión con Dumbledore, ni siquiera tenía un horario de clases. Se vistió rápidamente y tratando de ser lo más sigilosa posible, no quería despertar al resto de las chicas.

Salió de la sala común, e inmediatamente se encontró con alguien esperándola en las escaleras.

―¡Percy! ―le saludó Harry, con una sonrisa un tanto apenada.

―Harry, hola ―le respondió la azabache, saliendo de su sorpresa―. ¿Sucede algo?

Al menor pareció costarle encontrar las palabras adecuadas para lo que fuera que iba a decirle pues se tomó su tiempo antes de responderle.

―Ya que el resto de campeones son mayores y más experimentados, Dumbledore me permitió tener un acompañante o "ayudante" durante las pruebas, y me estaba preguntando si, ¿quisieras ser mi compañera?

Harry temió que Percy lo rechazara, porque si no era ella, ¿a quién más podría pedirle aquello? Ahora mismo no creía tener muchas opciones de las cuales escoger. 
Sus miedos se esfumaron cuando vió a la azabache sonreír.

―¡Claro que si, Harry! Es un honor que hayas decidido escogerme. 

—¡Genial! Después iré a notificarle a todos quién será mi compañera y te avisaré cuando sea requerida tu presencia, ¿está bien?

Percy asintió y entonces señaló las escaleras con un gesto de su cabeza.

―Vamos, caminemos juntos ―le ofreció ella, a lo que Harry accedió, sin que siquiera se le pasara por la mente preguntar hacia donde iba ella―. ¿Por qué decidiste escogerme a mi? ―le preguntó Percy entonces, cuando ya llevaban un tiempo caminando en silencio―. No es como que tu repuesta vaya a cambiar mi decisión, dije que te voy a ayudar y lo voy a cumplir pero pensándolo un poco más, ¿no hubieras elegido a Ron o Hermione?

Harry esquivó su mirada.

―Hermione está muy ocupada con sus clases extra, y Ron, bueno, digamos que no estamos en los mejores términos ahora mismo. 

Percy hizo una mueca al escuchar eso mismo. 

―No te preocupes por Ron, ya se le pasará ―le dijo ella, intentando reconfortarlo―. Si quieres puedes sentarte conmigo y los gemelos en el almuerzo.

Harry agradeció y aceptó la propuesta, mientras que los consideraba a los tres como sus amigos, era cierto que nunca había hablado demasiado con ellos y esa podía ser una buena oportunidad. 

Entonces, el de lentes pareció recordar algo que había pasado el año pasado y de lo que solo había oído.

―Percy, ¿vas a estar bien al ver a Cedric durante las pruebas? ―preguntó él―. Es solo que, el año pasado se dijo que explotaste las cañerías de todos los baños cuando te enteraste que él había terminado lo suyo para comenzar a salir con alguien más...

Por un momento, Harry no supo descifrar la expresión de Percy, hasta que la azabache soltó una carcajada, fue que el volvió a relajarse.

―Es cierto que me enojé bastante, pero ¿de verdad crees que soy capaz de explotar todos los baños de Hogwarts? ―y era cierto, Harry jamás había dudado ese rumor cuándo había comenzado a circular, por alguna razón, no se le había hecho extraño que Percy Jackson fuera capaz de tal hazaña, pero ahora que ella lo recalcaba de esa manera, podía comenzar a tener sus dudas―. Y no te preocupes por mi relación con Cedric, aunque si alguna de las pruebas es un enfrentamiento físico contra él, no me importaría tomar tu lugar para arreglar su cara bonita con mis puños ―al ver como la estaba viendo Harry, la azabache volvió a sonreír con burla―. ¡Es una broma, Harry! ―le dijo ella, poniendo una mano en su cabeza y despeinándolo―, creo.

Harry no pudo escuchar ese último "creo", pues estaba demasiado ocupado sonrojándose. 

Si, él era Harry Potter, el niño de la profecía, conocido por todo el mundo mágico. Pero ella era Percy Jackson, una chica dos años mayor que él, y muy atractiva. Era inevitable ponerse por lo menos un poco nervioso. 

―Bueno, aquí nos despedimos ―le dijo Percy, cuando Harry ya estaba tomando control sobre el color de su rostro―. ¡Que te vaya bien!

Le dijo ella, para despedirse con su mano y comenzar a avanzar en dirección a la oficina de Dumbledore.  

°*°*°*°

Harry Potter no podía estar más frustrado, hacia media hora se encontraba de frente al flash de una cámara, cambiando cada cierto tiempo de posición, sus ojos comenzaban a arder y él solo quería irse de ese lugar hacer cualquier cosa menos esto.
Rita Skeeter se encontraba frente a ellos, su vuelapluma se movía de un lado a otro a su alrededor, anotando lo que ella dijera.
Para suerte de Harry, él sería el primer entrevistado.
Primero había empezado diciendo que tenía 12 años.

¡¿En serio?!

Siguió preguntándole sobre que pensarían sus padres, no podía concentrarse claramente en la pregunta, estaba más atento a lo que escribía en su pequeña libreta.

—¡Ey! ¡Mis ojos no se humedecen por el fantasma de mi pasado!

Skeeter solo lo ignoro y la pluma continuaba escribiendo.

—¿Y qué tienes que decir sobre tu compañera? Hmm, ¿Perceia Jackson?

Harry tenía dos cosas en la mente en ese momento.
1. ¿Cómo demonios sabía que Percy sería su compañera?
2. Si Percy escuchara que la llamo por su nombre completo, Skeeter ya tendría la nariz rota.

—Es una chica muy capaz, inteligencia, leal y valiente.

Skeeter rodó los ojos.

—¡No me refiero a eso! Algo de su vida, ¿sabes quién es su padre? ¿su madre? ¿por qué va a América en vacaciones? —se detuvo un momento para pensar otra cosa, y mientras pensaba, analizaba el rostro de Harry, tal vez intentando ver un indicio que le revelara algo; antes de que volviera a hablar, sus ojos brillaron con una emoción que Harry no supo descifrar—Ustedes dos se parecen mucho, ¿lo habías notado? Podrían pasar por parientes.

Harry sólo rodó los ojos y le contesto que no le contestaría nada personal sobre ella, no tenía el derecho. Después de eso, ni él ni Skeeter prestaron mucha atención a la entrevista, ella haría preguntas muy ineptas y él respondería vagamente. Cuando ambos se hartaron de eso, lo dejó marcharse.

*°*°*°*

―Y eso fue lo que pasó ―terminó de relatarle Percy a Dumbledore, para darle un sorbo a su taza de té―. Ahora por fin puedo relajarme un poco, ya no hay más profecías que me involucren del otro lado.

―Me alegra que tu aventura haya sido fructífera, Percy, gracias a ti y al resto de semidioses involucrados podemos seguir viviendo tranquilamente. De no haberle puesto fin, hubiera afectado al mundo mágico junto con el resto ―le dijo Dumbledore, asintiendo―. Debió haber sido muy difícil.

―Bah, otro verano más ―fue la respuesta de Percy, pero Dumbledore había visto como el agarre de Percy a la taza se había hecho más fuerte, había temblado un poco contándole lo sucedido e incluso había visto sus ojos cristalizarse con las lágrimas que no había dejado salir en ningún momento―. Ahora, tengo el Torneo de los Tres Magos frente a mi, Harry me escogió como su compañera.

Dumbledore sonrió levemente. 

Le parecía curioso como dos personas aparentemente diferentes seguían chocando sus destinos sin saber que eran más cercanos de lo que creían.