Erase una vez:
Hace más de mil años atrás.
Existía un pequeño reino muy pacifico y hermoso. Gobernado por un joven rey de nombre Julien; alto, de cuerpo musculoso, de un hermoso cabello de color rubio como los rayos del sol en primavera y unos ojos grises como la luna; llenos de misterio. Gobernando con gracia y elegancia decidió dar un paseo por la capital del reino donde se encontró y se enamoró de una hermosa doncella, con el cabello oscuro como la eterna noche, unos bellos ojos tan azules como el agua más pura y cristalina.
Con solo mirarse se dieron cuenta que era amor a primera vista, sin pensarlo contrajeron nupcias.
El reino está contento de que su rey haya conocido el amor.
Todas las personas del reino le rezaron a la diosa Ilitia para que su matrimonio se llenará de amor y felicidad y los ayudará con los futuros hijos que tendrían en un futuro.
Un tiempo pasó, una nueva alegría sucedió, la reina en cinta se encontró, todo el reino festejó y celebró al futuro heredero al trono.
Los meses pasaron, la noticia llegó en cada rincón del reino, había nacido el heredero, una hermosa pequeña había nacido; con el cabellos rubio como su padre y bellos ojos azules como su madre, la cual nombraron Irena, la futura heredera al trono.
Los meses y años transcurrieron.
La pequeña Irena crecía cada día para volverse más hermosa y encantadora.
La joven reina dio a luz a su segundo bebe poco tiempo despues, un bello varón de cabello negro como la eterna noche y hermosos ojos grises; lo cual nombraron Demian II en respeto a su abuelo: el rey anterior.
Los reyes felices, el pueblo también, por el nacimiento del joven caballero.
La pequeña Irena creció con gracia y elegancia como su madre, pero fuerte y segura como su padre. Amable, hermosa e inteligente fueron sus virtudes de la joven Irena. Con solo 10 años de edad, la lectura era su pasión, comprendía la política, mostraba un gran liderazgo para ser la futura reina, excelente espadachín y como olvidar su hermosa dulzura al hablar con los demás. Tenía toda la atención de su padre y de su madre.
Al contrario que su hermana, Demian no era fuerte físicamente, era hermoso y bello, todas las mujeres caen ante él, los hombres lo envidiaban y otros lo amaban. Todos lo querían pero él solo quería el amor de sus padres. Entrenaba para ser fuerte, estudiaba para ser inteligente, pero nada resultaba. Su padre solo tenía ojos para Irena, su heredera. El pequeño príncipe creció con odio a su hermana.
Sus padres creían que él sería como su hermana, bondadosa, amable e inteligente, pero no se dieron cuentan que ellos le estaban sembrando odio y rencor a su pequeño hijo.
El rey siempre le recordaba a Demian que debía ser fuerte y convertirse en escudo y espada para poder proteger a su madre y hermana.
(Hasta que un día).
El joven príncipe,con solo 11 años de edad, celoso y molesto de su hermana, ingresó a su habitación, planeando una manera de ganarle a su hermana para tener la atención de sus padres, su puerta sonó - (toc toc) - el se levanto de su cama, con voz firme hablo - adelante -. La gran puerta se abrió e ingresó una joven aproximadamente de 15 años - he venido a cambiar sus sábanas, majestad - habló la joven. El príncipe no dijo nada solo se levantó y caminó hasta el gran sofá sin quitarle la mirada a la joven sirvienta. Una idea surgió en su mente, ella es mujer, igual que su hermana y madre, ¡NO! Su mente gritó, todos a su alrededor (la mayoría) eran mujeres y todas las mujeres solo sirven para una cosa, eso era lo que él creía; él había leído y escuchado que las mujeres tienen bebés, entonces, las mujeres solo servían para darle placer al hombre y tener bebés. Se acercó a la joven sirvienta y con voz firme le ordeno -¡TÚ! criada, quítate la ropa -
- pero majestad - habla la joven
- ¿A quién te ordeno hablar? - menciona molesto - ¡OBEDECE! -. La joven empleada cayó, bajo la mirada quitándose su ropa gruesas lágrimas caían de sus mejillas.
El reloj marcaba las 12 de la madrugada, todos descansaban, excepto una empleada que avanzaba preocupada por los pasillos del palacio, recorrió el salón, la cocina, el jardín, el calabozo, el estudio, las habitaciones de los empleados y guardias pero no encontraba lo que buscaba. Por último recorrió las habitaciones reales pero nada, preocupada camina hasta las grandes escaleras para preguntarle a los guardias, pero algo la detiene, un ruido extraño como gemidos y sollozos se escuchaban, asustada regresó a su camino "porque no los había escuchado" con su corazón latiendo fuertemente, termina su camino enfrente de la gran puerta que da a la habitación del príncipe Demian "la habitacion del príncipe" "¿que son esos ruidos" "y si le paso algo al príncipe". Con miedo abrió la gran puerta y...
-¡AAHHHH!! -
Un grito se escuchó por todo el palacio, el rey y la reina se levantaron asustados, la princesa corrió aterrada, los guardias tomaron sus armas corriendo en dirección al grito y todos los empleados se resguardaron por miedo.
-¡QUE ESTÁ SUCEDIENDO!- con voz firme el rey ingresó a la habitación con guardias escoltando su camino. Lo que encontró lo dejó sin aliento, su hijo, el príncipe del reino, desnudo se encontraba con lágrimas en los ojos acostado en su inmensa cama alrededor de sus finas sábanas de seda, arriba de él la joven criada se encontraba desnuda también sus manos temblaban por miedo y vergüenza.
-¡GUARDIAS! ¡TRAIGAN A ESA CORTESANA! ¡¡¡DE INMEDIATO!!!-
Los guardias obedecieron, tomando a la joven sirvienta de los brazos, la bajaron de la gran cama obligándola a arrodillarse a los pies del rey.
La reina ingresó, al ver la situación corrió a abrazar a su hijo, entre lágrimas lo cubrió con sus sábanas de seda.
-¿qué ocurrió, mi pequeño príncipe?- pregunta la reina entre gruesas lágrimas corriendo por su rostro.
Demian ocultando su rostro en el pecho de su madre, lágrimas corren por su rostro le responde
-madre, ella ingresó, me obligó a desvestirme madre y (tartamudeando por el llanto) y comenzó a tocarme madre,se sintió horrible.
La reina voltea a ver a la joven arrodillada, con odio en sus palabras le comenta
-Esta joven; si aun se le puede decir así, se aprovecho de mi pequeño príncipe, no solo atacando, daño su inocencia y pureza no merece el perdón de nadie, ni siquiera el de la diosa que es tan misericordiosa la persona por su falta- con odio en su mirada, la reina denigra a la joven sirvienta, con lágrimas en los ojos siente un nudo en su garganta impidiendo poder hablar.
El rey al escuchar las palabras de su reina, les ordena a sus guardias.
-Guardias, llévense a los calabozos, mañana será ejecutada - con voz firme.
- SI SU MAJESTAD - responden los guardias levantando a la joven obligándola a caminar. Al escuchar que sería ejecutada, comienza a forcejear, entre lágrimas voltea a ver el rey
- majestad, por favor, no no no es lo que parece (tartamudeando) yo solo obedecí las orden.. -
-¡¡SILENCIO!!- alza la voz, callando a la joven - como osas responderme cortesana, quitármela de mi vista ¡YA!-
los guardias rápidamente sacan a la joven de la habitación, voltea a ver a otro guardia que se encuentra en la puerta. -trae a una sirvienta, debe limpiar el desorden, todos vayan a su habitación - con esas palabras la princesa Irena se retira a su habitación al igual que el rey, la reina le da un beso en la frente a Demian y se retira a su habitación, pero lo que nadie vio, Demian sonríe de a lado, había logrado su objetivo.
Continuará.
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LA MALDICION DEL PRINCIPE DESTERRADO
FantasyNo todos los príncipes y princesas tienen "y vivieron felices para siempre FIN" Historia original. Yaoi