Tristeza, dolor, depresión...
Ya no recuerdo esas emociones, tampoco recuerdo de dónde vengo, ¿Dónde estoy?
No lo sé, solo sé que por algún motivo estoy en este lugar, es un pueblo tranquilo, hay mucha gente a mi lado, gente que me aprecia, que acepta mi forma de ser y pensar, ellos físicamente son parecidos a esas personas a las que solía llama "Familia", es uno de los pocos recuerdos que me quedan. Pero a solo se parecen físicamente. Pero pese a su parecido físico, siento que son muy distintos.
Con ellos me expreso como me siento, no les parece patético mi modo de expresarme, no les parece vergonzoso el verme llorar mi infelicidad, al contrario ello me dicen "Desahógate, todo irá bien"...
Comienzo a creer que al fin pude lograrlo, que por fin logre mi tan anhelada felicidad que busque durante tanto tiempo, poder contar con estas personas que me aprecian de verdad, que saben entender mis emociones, me doy cuenta por primera vez que la verdadera felicidad si existe.
Pero, todo lo bueno tiene su final...
Me doy cuenta de que aunque este lugar es muy bello me siento muy raro la verdad, no sé si marcharme o quedarme aquí. Siento algo, unas voces en mi cabeza que me dicen ¡Vuelve por favor! Voces que trato de ignorar porque siento que no vale la pena si quiera oírlas.
El tiempo sigue pasando, las voces repiten lo mismo una y otra vez ¡Vuelve por favor!
Ya he tomado mis maletas y aunque este sitio me guste debo marcharme, pese a no tener recuerdos me iré, para poder encontrarme conmigo mismo, para saber quién soy.
Justo cuando estoy por irme, al llegar a la entrada del pueblo, me volteo para echarle la última mirada a ese lugar, me da tristeza dejar todo esto, es tan lindo aquí, pero debo irme ya lo decidí.
A lo lejos puedo ver algo, veo la gente del pueblo que me recibió, vienen corriendo a por mí, mientras las voces en mi cabeza me piden volver, ellos me piden que me quede, no sé qué hacer, estoy confundido.
Me puse a pensar, las voces en mi cabeza decían vuelve una y otra vez, hasta que oí algo diferente, una voz desesperada gritar ¡Un médico, Por favor!, justo cuando oí eso recordé cada detalle de mí, recordé quien era, recordé como logre llegar aquí a este pueblo, recuerdo que fue de una manera muy fácil, treinta pastillas para dormir fueron suficientes para no despertar jamás, con eso me basta para decir que me quedo aquí y no pienso volver jamás, ya que aquí estoy en un sitio mejor...
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Al Otro Lado Del Papel
Short StoryMonólogos cortos, tristes. Cada Monologo es una historia distinta.