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sobre el suelo de las calles de seúl se podían apreciar los vestigios del pride parade que hace apenas una hora iluminaba el lugar, con sus arco iris llenos de vida y jóvenes drogados en esperanza efímera.

aquellas banderas que en algún momento se alzaron bañadas de orgullo habían perdido su color, muchas sonrisas habían menguado y las terminales de micros y andenes estaban sumidas en un aura de angustia sofocante.

gran parte de las personas que habían acudido a aquél desfile debían enfrentarse a la realidad desmotivadora que los recibiría ni bien cruzaran las puertas de sus casas, o cuando se despertaran a la mañana siguiente para sobrevivir otro día.

daesung estaba en esa situación.

debía sacarse el labial rojo que resaltaba sus labios y despojarse de su sexualidad por tiempo indefinido. debía olvidarse de aquella felicidad única e inigualable, la cual no experimentaría por un largo tiempo.

también tendría que dejar guardado el recuerdo de aquél chico lindo que se le acercó durante el apogeo del evento en un cajón cerrado bajo llave oculto en el fondo de su memoria, junto al anillo que le dio como recuerdo ni bien le contó sobre su entorno familiar.

entorno que no sabía si también lo rodeaba a él, ya que se veía muy confiado y cómodo, como si no se tuviera que esconder tras una máscara o existiera la posibilidad de que sus padres se enteraran de que estaba allí.

se subió al micro, le quedaba un largo viaje hasta incheon. decidió que la mejor forma de evitar agobiarse sería durmiendo.

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RAINBOW DAY // gdaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora