Jung Soo estaba enojada porque sabía que no podía hacer las cosas como antes, no podía sólo humillar a Taemin o intentar que mediante un castigo éste estuviera fuera de la vida de su esposo, ya no tenía ese derecho, al menos por el siguiente año, porque si conseguía que el "esclavo", como ella lo seguía viendo, no le diera hijos a Min Ho en el próximo año, ella podría exigirle a su esposo "devolverlo", o en éste caso que el chico volviera a ser un esclavo y ésta vez bajo su mandato, lo que significaba que ella lo sacaría definitivamente de sus vidas.
Por todo aquello, Jung Soo luego de que Taemin tuviera su propia alcoba al extremo contrario del que ella tenía la suya, había tenido que tomar toda su fuerza de voluntad para no ir y acabar con sus propias manos con su vida, pero el deseo de hacerlo estaba presente, por lo que su nana siempre estaba cerca de ella, para calmarla y asegurarle que dentro de un año ella podría tener el derecho sobre el esclavo.
—Mi Señora —Na Yeon habló en un tono calmado —fui con la curandera del pueblo como me habéis dicho —ella sonrió —me dio el brebaje que pediste.
Una sonrisa apreció en los labios de Jung Soo, bien, si ella había tenido que firmar aquellos papeles permitiéndole a Mi Ho tomar a Taemin como concubino, ella no iba a permitir que hubiera hijos de por medio, y luego dispondría de la vida del concubino como ella quisiera.
—Traedme a Taemin —dijo ella tomando el brebaje que su nana trajo del pueblo.
Una mueca parecida a una sonrisa apareció en los labios de Na Yeon antes de salir de la alcoba, mientras que la condesa abría el cántaro en el que el brebaje fue entregado, sonriendo ante la idea de verter veneno en éste, pero si eso sucedía, ella iba a ser la principal sospechosa, y con lo que iba a hacer ya levantaría las suficientes sospechas para cuando Min Ho volviera.
—Qué lástima, Min Ho —ella sonrió oliendo el brebaje —vuestro hijo no podrá nacer.
Un hijo del que ni siquiera estaba completamente segura de que existiera, porque no había visto los principales síntomas del embarazo en Taemin, aunque un día le había parecido a Na Yeon escucharlo vomitar, y al decírselo a la condesa, ésta la envió al pueblo por aquel brebaje que ella sabía impediría que el bebé naciera, además de que ahora era la oportunidad cuando Min Ho no estaba presente, ya que tuvo que salir con su padre, el marques para solucionar algunos problemas a los que ella no le prestó atención.
Cuando la puerta se volvió a abrir, Taemin llegó siendo arrastrado no sólo por Na Yeon, sino por otro sirviente que se había vuelto fiel para ella, o al menos así lo veía Jung Soo desde que el esclavo se convirtió en concubino, porque había visto la decepción llenar los ojos del hijo de Tae Yeon, y ella lo acogió bajo su protección, todo porque sabía que en algún momento lo necesitaría, ¿qué mejor que un hombre resentido en el amor que ayudara a sus planes?
Jung Soo sirvió en un vaso en brebaje de color marrón que no se veía nada apetecible y se acercó a Taemin, quien había dejado de luchar para irse, pero se veía asustado, como si no quisiera estar ahí, y la condesa casi estaba segura de que Min Ho le pidió que la evitara, porque así había sido en los días de ausencia del conde, en los que ella parecía que regresaba a ser la ama y señora de ese castillo luego de la mamá de Min Ho, quien vivía al otro lado del castillo con su esposo. Pero mientras Min Ho estaba presente, ella sentía que había perdido poder su título, que Taemin se lo estaba arrebatando.
—Bebed —le entregó el vaso.
Taemin miró el contenido del vaso, el líquido era del mismo color que Tae Yeon le solía entregar cuando él se enfermaba, pero ahora no había enfermado, su cuerpo estaba en perfectas condiciones, además de que no confiaba en nada viniendo de la condesa, porque tanto Min Ho como su hermano Dae Kyung se habían encargado de recordarle que ella era mala, era alguien en quien no se podía confiar.
ESTÁS LEYENDO
Prometo amarte.
FanfictionMin Ho había sido obligado a casarse por decreto del rey con la prima de éste, una mujer que había conocido en uno de los bailes reales y no pudo desobedecer la orden del rey, era algo casi imposible de hacer sin recibir un castigo, aunque no podía...