Mucho Tiempo en la Oscuridad

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Algunas historias muy comunes que contaban cuando era joven, eran las de los seres sobrenaturales, ya saben, vampiros, hombres lobos, etc., pero las más populares para contar eran las de los demonios, estas variaban de cuentista en cuentista, así que no sabría cómo describir a estos seres del Inframundo, aunque algunos rasgos que no variaban tanto eran que estos demonios poseen colas largas y puntiagudas, cuernos, garras, colmillos y hasta han llegado a decir que tenían alas.

Nunca creí en ellos verdaderamente, era difícil el poder creer en algo así de inconcebible, pero hace unos años todo en lo que creía cambio...

En un pequeño pueblo, escondido de todo, hay un castillo antiguo de piedra blanca, cubiertas las paredes exteriores de enredaderas, ventanas góticas y un extenso jardín. Los sirvientes iban y venían buscando y rebuscando algo, no, a alguien, parecía que la hija del Señor se había escabullido nuevamente.

Pero en un armario de alguno de los corredores, viendo pasar a los estresados sirvientes, estaba una niña, no menor de 8 años, cabello negro, pálida tez y ojos azules, y expresivos; que con sus pequeñas manos trataba de amortiguar su risa y evitar que la atraparan. Al notar que los sirvientes dejaban de pasar ella sale, caminando sin rumbo alguno hasta que termina en uno de los pasillos más recónditos del castillo donde oye un ruido.

Con una curiosidad impresionante se deja llevar por el sonido, acercándose más, el sonido empezaba a oírse como el horrible gruñido de un enorme animal, mientras más se acercaba el gruñido se hacía más fuerte, se oía más excitado. Por fin encontró el origen del sonido, el sótano, cuando empezó a bajar la escalera, una de las sirvientas la agarro por detrás, alejándola inmediatamente de la escaleras y llevándola a su habitación.

Intento otras veces llegar al sótano, pero siempre la encontraban y detenían, parece que su padre había ordenado la completa vigilancia de ese cuarto; con el pasar de los años sus intentos de llegar a esa habitación, o siquiera de salir de la suya propia, decrecieron hasta llegar a ser casi nulos.

Al llegar a sus 14 años, una mañana fue despertada por un grito desgarrador, se levantó y corrió buscando el origen de este, con el corazón retumbando y el miedo a flor de piel, se encontró en la habitación de su padre, impactada y horrorizada abrió lentamente la puerta encontrándose con una escena enfermiza.

Su padre muerto, la habitación cubierta de sangre, los diferentes miembros de su padre esparcidos al rededor, al parecer utilizados para pintar las paredes con su sangre, su cabeza separada de su cuerpo, estacas clavadas en sus ojos y escrito en la cabecera de su cama: "Sera Mía", no pudo evitar caer de rodillas con los ojos abiertos y llenos de lágrimas. No sabía que había pasado, todo era un borrón, cuando al fin recobro conciencia de sí, ya estaba en su habitación.

Otros 6 años han pasado y más muertes han pasado, se ha perdido la cuenta de cuantas muertes han ocurrido, de cuantos cuerpos se han masacrado y cuantos han desaparecido; la niña, ahora una joven adulta ha perdido su espíritu, sus ojos azules expresivos perdieron su brillo de tanta muerte a su alrededor, toda persona que se le acercaba, toda persona que quiso ayudar, toda persona que trató de llevársela, todos se iban; se ha decidido que ella se mudase, ella está recorriendo por última vez esos pasillos de lo que alguna vez fue su hogar.

Al caminar oye algo, un sonido familiar, movida por la curiosidad y sin pensarlo mucho lo siguió, acercándose más y más, el sonido cambio y ahora parecía un gruñido bestial, este la llevo a unas escaleras, las mismas escaleras que nunca le dejaron bajar, pensando que ya era su ultima vez en ese lugar, tenía el derecho de echar un vistazo.

Sin tomar en cuenta la opresión en su pecho, empezó a bajar las escaleras que empezaban a oscurecerse, al terminar de bajarlas se encontró con la puerta del sótano, enorme, de madera y lúgubre, parecía gastada, al poner su mano en ella, esta se empezó a abrir lentamente y con horrible crujido, no pudo evitar dar un paso atrás, pero armándose de valor la termino de abrir.

Encontrándose con la completa oscuridad, de repente unas antorchas colocadas en las paredes se encendieron y la puerta se cerró con un fuerte estruendo, asustándola y haciéndola voltear, al poner sus ojos en la puerta dio un respingo, cubriendo con sus manos su boca, asustada. La puerta estaba llena de marcas de garras y sangre... sangre, manos estampadas, manchas, dibujos.

Ella no pudo evitar voltearse y ver cuerpos, esqueletos, partes de cuerpos. Empezando a híper-ventilar y a temblar hasta que de la oscuridad se mostraron unos ojos rojos, mirándola fijamente, no pudo evitar perderse en su mirada, poco a poco el miedo se desvanecía. Una figura empezó a salir de la oscuridad, un hombre de orejas puntiagudas, cuernos, cola puntiaguda (que se movía de un lado a otro juguetonamente) y lo que parecían unas alas negras, este se acercó a ella con una gracia sin igual hasta estar justo en frente suyo, levantando su mano con largas garras y acariciando su mejilla, para luego mostrar sus largos colmillos en una sonrisa torcida. Pasos se empezaron a oír y el demonio (porque no había otra forma de llamarle) levanto la vista, mirando con ojos fieros hacia la puerta y gruñendo, volteo de nuevo la vista a ella, suavizándola de inmediato y sonriéndole, ella le continuo observando para luego sonreír también, al parecer eso le complació.

Cuando los pasos se acercaron más, ellos estaba en su propio mundo, al abrirse la puerta, el demonio la acerco a él abrazándola por la cintura con una mano, y levantando la otra, mandando una sonrisa socarrona a las personas en la puerta (que dieron un respingo), solo dijo - Mía -, para luego chasquear los dedos y desaparecer bajo la sorprendida, y horrorizada mirada de los testigos.

Nunca se volvió a saber de esa chica y, en realidad, la gente empezaron a olvidarla, dejando de hablar de ella y de lo ocurrido con el pasar de los años.

Se preguntaran ¿por qué les cuento esto, verdad? Es simple, en realidad, yo soy esa chica, yo soy a quien el demonio se llevó, yo fui la causa de todas esa muertes "¿por qué?" querrán saber, estarán pensado en contratos con el demonio que mi padre o alguien cercano a mi hizo, conmigo de garantía, pero no, la única razón por la que Él hizo lo que hizo fue porque me ama , porque yo le pertenezco, porque yo estaba destinada a ser de Él ...

Porque Yo Soy la Esposa del Diablo y nada ni nadie nos podrá separar...

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2014 ⏰

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