Capítulo 29

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Si me cuentan que mi mujer y mi hermana junto con Alba se iban a ir de fiesta y venir medio borrachas ni lo hubiera creído.
Y aquí estoy parado apoyado al umbral de la puerta observando como duermen.
Me siento algo inquieto pues aún no tenía planeado presentarle a Laura mi hermana.
Dado las circunstancias, se tendrá que enterar mañana.
Ahora deberé pensar cómo voy a decirlo.

Toda la noche me la pasé pensando en la manera de solucionar las cosas, y al final nada ha salido como yo pensé.
Estrella sale corriendo entre lágrimas, imagino que se haya podido quedar schock.
Logro darle alcance, la agarro con delicadeza su brazo obligándole a que me mire a los ojos.

— Estrella, lo siento mucho. Siento no haberte contado la verdad antes, pero...como iba a inviscuirme en tu vida confesándote que soy tú hermano. Necesitaba poder conocernos antes para decirte quien soy.

— ¿Y... mamá? Ella lleva años buscándote cargando una cruz de pena rezando por poder verte algún día.
¿Cómo has podido hacerle algo así?

— Te juro que no he podido confesarle la verdad. Siempre he estado decidido a expresar esto que llevo por tantos años acumulando, sin embargo no es tan fácil cuando estoy enfrente de ella hablar. Aunque quisiera no puedo hacerlo, me es imposible decirle que yo soy su hijo. — Estrella me mira dudando bajando sus ojos hacia el suelo, empieza a llorar.

— Por favor, no llores.

— Alois, siempre he querido conocerte, de echo cuando era niña me imaginaba como eras por el retrato que tenía mamá guardado de ti. Soñaba con tener un hermano que se preocupe por mí y poder discutir, como hacen los hermanos. Y ahora que tengo enfrente, aún no puedo creer que mi sueño se haya echo realidad. Estoy tan emocionada de que tú seas mi hermano que no tengo palabras para expresar lo que siento. — Agarro un mechón rebelde colocandoselo detrás de su oreja. Seguido la abrazo pegando ella su mejilla en mi pecho.

Pasamos dentro, le pido el favor a Alba que se lleve a Estrella, necesito hablar con Laura.
Comienzo hablando según me dicta el corazón, la compresión de mi mujer me ayuda bastante y aunque en algunos momentos de la conversación pensé que acabaría perdiéndola, no fue así.
Laura al igual que yo guardemos nuestro amor para no lastimar a Julen.
Ahora sí puedo decir que soy el hombre más afortunado y feliz del planeta tierra.

Después de cenar, y pasar todo el día con mi hermana y Estrella,  después  de  marcharse Alba , decidí acompañarla hasta su casa.
En la puerta, Estrella me invitó a pasar. Negué con mi cabeza, aún no me sentía preparado para afrontar mis fantasmas.

— Alois, te comprendo. Y sabes...no deberías de tardar en decirle la verdad a mamá, pues ella siempre ha rezado por poder encontrar a su hijo.

— Está bien. Mañana mismo volveré y hablaré con ella, pero... necesitaré de tu ayuda. — Estrella sonríe asintiendo con su cabeza agarrándome de la mano.

Sin decir nada mas, ella me abraza apollando su mejilla en mi hombro.

— Muchas veces me imaginaba poder abrazarte como mi hermana pequeña.

— Me alegro mucho de ser tu hermana. Ahora queda el último paso. — Estrella se separa de mí a su vez se baja del auto guiñándome un ojo, se marcha despidiéndose de mí con su mano.

Al llegar a casa, veo que todo está oscuro, bajando de la escalera con una vela en la mano viene a mi encuentro mi esposa.
Laura es adorable, por eso supe desde el principio que ella era la elegida. La mujer que amaría, respetaría y haría hasta lo incansable por qué nuestra relación tuviera éxito llegando a ser felices los dos.

QUERER, NO ES OBLIGARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora