𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓

[ 𝙑𝙀𝙄𝙉𝙏𝙀 ]

Hyunjin despertó al escuchar el ruido de la puerta al abrirse, permitiendo que un haz de luz solar entrara en la habitación. Pero no le dio importancia y decidió seguir durmiendo, abrazando la almohada con fuerza y hundiendo su cara en la suave tela. Aunque poco pudo hacer cuando le arrancaron las mantas de encima y lo empujaron para que cayera al suelo sobre la alfombra.

Se sorprendió al ver a su mejor amigo, que se hallaba riendo desde el otro lado de la cama.

—¿Estás loco? —preguntó, recogiendo sus cojines y lanzándolos en su dirección.

—¿Acaso sabes qué hora es? —el pelirosa se cruzó de brazos, mostrando su frustración—. Es casi mediodía y tú sigues en la cama, como si fueras un adolescente que se desveló toda la noche en una fiesta.

—En mi defensa diré que sí me desvelé toda la noche, pero dibujando —se puso de pie, estirando los brazos—. Y bebiendo unas copas de vino.

—¿Estás deprimido? —indagó Minnie, sentándose en la cama.

—No, una persona puede beber alcohol sin la necesidad de estar deprimida —estiró las piernas levemente, mostrando una sonrisa—. Es más, estaba feliz y sólo abrí una botella porque tenía ganas.

—Me hubieras invitado —se dejó caer en la cama, haciendo rechinar los resortes—, yo sí estaba deprimido.

El castaño se acercó a su amigo y se recostó a su lado, observándolo con atención y un poco de preocupación.

—¿Y eso por qué? —preguntó con curiosidad.

—Mi hermana también va a casarse —se volteó, tomando un almohadón y colocándolo sobre sus piernas—. Lo anunció ayer durante una cena familiar.

—Pensé que tu cuñado te caía bien —le acarició la mano, mostrando su apoyo.

—Ese no es el problema —suspiró afligido, dirigiendo la vista hacia el techo—, mi madre y mis tías comenzaron a interrogarme, ahora me insisten que también debo formar una familia.

—Y todavía no les has dicho que eres homosexual —lo interrumpió Hyunjin.

—No y tampoco sé si quiero decirlo, no creo que sea algo que se deba decir o aclarar —dijo frustrado, cubriendo su rostro con las manos—. Nadie le preguntó a mi hermana si era heterosexual, sólo lo dieron por hecho y… ¿Por qué no pueden hacer lo mismo conmigo?

—Lamentablemente no es lo mismo y lo sabes —sonrió de lado.

—Lo sé, y también me hace sentir triste saber que la última relación que tuve —lo miró apenado—, fue hace más de seis años y no creo que pueda volver a enamorarme.

—Minnie, lo dices como si tuvieras sesenta años y estuvieras al borde de la muerte —rió por lo bajo—. No seas tan dramático, tienes veintisiete años y toda una vida por delante.

—Pero, ahora todos los hombres me parecen unos idiotas —respondió, sentándose en la cama—. Nunca encontraré a alguien que quiera estar conmigo de esa manera.

—La vida da muchas vueltas, así que no puedes asegurar eso —lo abrazó por los hombros, ofreciéndole consuelo—. Quizás tu príncipe azul está más cerca de lo que te imaginas.