Este relato sepan ustedes que me lo ha troleado y borrado varias veces en este sitio web.
Aquella tarde en la administración de loterías lluviosa y fría, había sido aburrida y poco frecuentada.
Primitiva se puso a valorar el nivel erótico de sus clientes masculinos y acabó mojada. De repente se percató de la presencia de un hombre; cuando alzó su mirada vio todo un adónis de espeso y negro pelo, muy bien formado, 1'80, de penetrantes ojos verdes, carnosos labios y robusto. Todo un perfil de macho empotrador, como a ella había soñado muchas veces.
- Que desea ? Preguntó con voz temblorosa y mirada delatora del deseo de poseer aquel macho.
Aquel hombre descendió su cremallera del pantalón, introdujo su enorme miembro por la rendija, por donde transitan los boletos y el dinero y ella sin réplica alguna, sumisa ante aquella maravilla, se agachó e introdujo la verga en su boca, con precisos y rápidos movimientos como si de una máquina se tratase, en breves minutos su boca se inundó de el caldo de aquel semental.
Al acabar el le dijo: -y el resguardo?
Ella agarró un rotulador y le puso una combinación completa de arriba abajo a lo largo de su pene de la quiniela.
Con una pícara sonrisa el se guardó aquella pitón en la entrepierna y se fue.
Varios días después de aquel suceso y sin tener claro si había sido realidad o un sueño, la tarde se tornó gris e igualmente aburrida como la semana pasada.
De repente, no lo podía creer. Aquel adónis de la pasada semana entró en la administración.
Nerviosa vio como hacía descender la cremallera del pantalón y sacar aquel enorme, robusta y amenazadora verga.
Ella se quedó pasmada e inmóvil, sin poder artícular palabra alguna.
- vengo a comprobar si he sido premiado. Dijo él.
- Si, va a ser que si, tienes toda la combinación perfecta. Contestó ella
