Capítulo 3 - Mi yegua, Lola

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  Maratón 2/2

- Que sea rápido, yo aun tengo cosas que hacer.

- Cual elijo? - pregunté

- El que tu quieras, será tu caballo durante tu estadía - me advirtió - además, tu lo tendrás que adiestrar.

Me fijé en los 8 caballos y me llamó la atención uno color chocolate con una mancha blanca en el pecho con los cascos y las crines blancos, también.

- Este - dije orgullosa, mientras lo señalaba.

- Es una yegua, le pusimos Lola.

- Lola, que linda.

- Ahora, fíjate allí - dijo, señalando un estante - allí están las sillas, saca la que quieras y se la pones. Abres su compartimento y te la llevarás a la caballeriza C, que es la que está más cerca de la casa.

Impresionada por las ordenes recién recibidas, le reclamé.

- Pero, yo no sé hacer nada - reclamé.

- Exactamente, aprenderás sola, así es como se aprende.

- Pero...

- Adelante! Por suerte elegiste a la yegua más dócil - me insistió - Cuando llegues al establo C, verás un compartimento con tu nombre, allí guardas a Lola.

- Pero...

- Nos vemos, tengo que terminar mi trabajo - se despidió él - Mañana a las 7 lista para ir a desayunar.

- Chao - dije, aun impactada.

Y se alejaron los dos, mientras yo me quedé allí, buscando una silla de montar. Seleccione una color chocolate, me fui donde estaba Lola y la saqué de su compartimento.

- A ti tampoco te cae bien Malik, verdad Lola - le hable al animal, mientras acariciaba sus crines.

Tenía en la mano la silla, no sabía que hacer con ella. Intenté ponérsela, pero nada, no sabía. Llevaría a Lola al establo C, pero la caminaría, no la llevaría montada.

Tomé la silla y la cuerda de Lola, y comencé a caminar hasta la caballeriza más cercana de la casa, que suponía era la C.

Quedaba el último rayo de luz mientras transportaba a Lola. Cuando entré al establo noté los caballos un poco más corpulentos, eran más veteranos que la mía. Entre los del centro había un casillero vacío, en una placa tenía mi nombre.

- Bueno, Lola, creo que mañana nos veremos - dije, despidiéndome de mi nueva yegua.

Luego de que me aseguré de cerrar el establo, partí a mi casa, la cual no quedaba muy lejos.

Al llegar, abrí la puerta y me dispuse a darme una ducha.

La casa era muy futurista, hermosa. Comencé a llenar la bañera cuando sonó el timbre.

Bajé a abrir la puerta.

- Buenas noches, Srta. _____ - me saludó el Sr. Robert.

- Buenas noches, Sr Robert. Pase, pase - lo invite a pasar.

- Gracias - dijo mientras entrábamos y nos sentábamos a conversar - Cómo te fue?

- Bueno, si le contara. Primero el Sr. Malik me dio las llaves incorrectas y tuve que esperar a que regresara para que me diera las correctas. Luego, fuimos a escoger mi caballo y me dejo allí sola.

- Y que caballo elegiste?

- Lola

- Que bien, uno de los más dóciles, perfecto.

- Pero el Sr. Malik me dejo allí.

- Bueno, yo hablare con él esta noche. Debes tenerle paciencia, _____, es su primera vez siendo tutor y sabes que tiene carácter fuerte - me explicó - Deberías usar tus dotes como mujer para ablandarlo.

- Usted cree?

- No será algo milagroso, pero algo debe hacer.

- Si, definitivamente.

- Bueno, _____, la dejo - se despidió - Que pase buenas noches.

- Buenas noches, Sr. Robert.

Se fue y me dirigí a la tina, la cual ya estaba llena. Me senté y me pude relajar y pensar, estaba cansada por el viaje.

Así que, resumiendo todo, mi tutor resultó ser un joven jinete amargado que nunca baja de su caballo, pero es hermoso. Es mi vecino y mi jefe. De tez tostada y cabello negro. Robert me sugirió algo, tal vez sería bueno; entonces, lo haré.

Terminé de darme el baño, cansada me dirigí a mi nuevo dormitorio.

Una cama doble, grande, con un gran closet. Se me había olvidado que no desempaque; me tomé unos 10 minutos para sacar las cosas de la maleta y depositarlas al los alrededores, debido a que estaba muy cansada como para guardar las cosas en su lugar.

Me acosté a dormir, demasiado cansada.

Me desperté con el canto de los gallos, eran las 5:30 am, estaba amaneciendo. Pese a lo cansada que estaba anoche, y las pocas horas de sueño, había dormido bien, pero tenía un hambre feroz.

Me desperecé y fui al baño, luego bajé y preparé una taza de café. Cuando estuvo lista, subí de nuevo a la terraza para tomarme el café. La terraza daba a la parte posterior de la casa, hacia la parte recreativa de la hacienda; una gran piscina y con unas canchas cercanas, como todo, hermoso.

Las gemelas formaban una V, pero separada por 30 metros, así que podía ver la cara posterior de la casa de Malik. Cuando me fijé, él también estaba en su terraza; cuando nuestras vistas se encontraron lo salude cordialmente con la mano. Él se dio media vuelta y entró al cuarto. Que gesto tan grosero.

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-mily@#%&*

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2014 ⏰

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